Este juego es diferente a los demás por una sencilla razón, vas a tenerlo siempre decorando tu salón

Este juego es diferente a los demás por una sencilla razón, vas a tenerlo siempre decorando tu salón

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Abalone

Si ahora mismo te pidiera que cerrrases los ojos y pensases en un juego de mesa -sin haberte contaminado antes con la imagen que tienes sobre estas líneas-, lo más probable es que tu cabeza se fuese a unas cartas, piezas de Trivial o Parchís, tableros como el de Monopoly

Incluso si eres uno de esos viciados al género como yo, es fácil que la imagen se cree a base de meeples de Carcassonne o piezas del Catán. Tal vez por eso mi primer contacto con Abalone fue tan especial. Tal vez por eso mi sensación la primera vez que lo vi fue la de “¿qué es esto?”.

El juego más decorativo de la historia

Cuando en 1988 dos animadores tuvieron que encargarse el hijo de un embajador francés, aburrido y cansado de seguir a su padre de aquí para allá, lo mejor que se les ocurrió para contentar al crío fue diseñar un juego de mesa para él: Abalone.

El mismo año que se crearon clásicos como el Scattergories, la idea de estos dos franceses fue completamente opuesta a lo que se entendía por juego de mesa en aquella época. Su propuesta estaba, de hecho, más cerca de clásicos como el ajedrez, las damas o el go.

La idea era que, sobre un tablero hexagonal con canicas de dos colores, 14 para cada jugador, los rivales deberían mover sus piezas en el tablero con la intención de expulsar del mismo a las bolas del equipo rival. Un juego abstracto y aparentemente simple, pero con una potente carga visual y unos movimientos sobre el tablero de lo más satisfactorios.

Tras convencer a un banquero francés para apoyar la idea, Abalone se ganó el respeto de público y crítica no sólo convirtiéndose en el mejor juego de la década, sino también haciéndose un hueco en la Asociación Internacional de Deportes Mentales junto al citado ajedrez o las damas.

Cómo se juega a Abalone

Como decíamos, gran parte de la gracia de Abalone es lo satisfactorio que resulta mover sus piezas por el tablero, y es que con un sistema adaptado para facilitar el proceso, lo haremos empujando las canicas de colores mientras estas se desplazan de forma uniforme y haciendo un característico ruido.

Para ganar, nuestro objetivo es expulsar seis bolas del rival del tablero, y lo haremos moviendo las nuestras en grupos de tres en cualquier dirección siempre que haya un hueco o límite del tablero que permita el movimiento.

Abalone2

El truco está en que, a la hora de empujar las nuestras y las del rival que tengamos delante, sólo podremos arrastrarlas si estamos en mayoría. Es decir, que moviendo tres bolas podremos arrastrar dos, y moviendo dos sólo podremos arrastrar una.

La mezcla de estrategia y anticipación que requiere Abalone para jugar lo convierten, sin duda alguna, en una de esas joyas frente a las que es fácil rendirse. Una idea tan simple como efectiva que, además, por su espectacular presentación a nivel estético, invita a tenerlo siempre a mano en un lugar visible.

Zygomatic Abalone - Juego de Mesa en español y portugués (AB02ESPTN)

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