Durante una de esas noches de las vacaciones navideñas en las que te pierdes entre foros ancestrales y vídeos de YouTube, me topé con uno de esos misterios que pronto se convierten en la madriguera del conejo de Alicia. No sabes si tiene fondo, pero no puedes evitar seguir cayendo para descubrir el final.
La entrada, alojada en una wiki de GitHub, hacía referencia a una imagen de rocas que los arqueólogos llamaban “la textura de tu infancia”. Una diminuta instantánea con un puñado de ladrillos que, al parecer, había corrido como la pólvora entre los estudios de desarrollo de los 90 para dar forma a paredes de juegos como Super Mario 64, Medievil, Final Fantasy VII y muchos más.
La arqueología de texturas de videojuegos
Adornando materiales promocionales y escenarios de un buen puñado de juegos, el misterio detrás de la aparentemente arbitraria textura de ladrillos era que nadie conseguía dar con su origen. Parecía imposible descubrir cuál era la foto original que se había utilizado para dar forma a la imagen.
A base de rebuscar en internet y mediante la colaboración de entusiastas se había conseguido dar con el origen de imágenes míticas como las frutas de Super Smash Bros o incluso el material que se había utilizado para crear el Mario metálico de Super Mario 64, una surrealista pero avispada solución en la que tiraron de una fotografía realizada a unas flores con un ojo de pez.
Más allá de lo que para nosotros no dejaría de ser una mera curiosidad, la búsqueda de estos materiales originales está lejos de ser el pasatiempo de cuatro entusiastas que quieren indagar sobre el pasado de la industria y los métodos que se utilizaban antaño para crear sus videojuegos favoritos.
La investigación de este tipo de materiales resulta imprescindible para todos aquellos desarrolladores que, en pos de la preservación y la actualización de viejas glorias, persigue revivir juegos antiguos con gráficos en alta definición utilizando las mismas texturas para poder realizar una recreación lo más acertada posible.
La textura de tu infancia
El problema con la citada textura era que, al parecer, nadie era capaz de dar con la imagen original. El punto muerto al que habían llegado se limitaba a conocer su nombre gracias a la búsqueda de imágenes de Google. Dentro de una página de Autodesk, con una imagen lo suficientemente pequeña para que no fuese suficiente para satisfacer sus ansias de saber más, la textura descansaba sobre un nombre “cobble_stone”.
La búsqueda llevó a indagar en decenas de discos de texturas de la época, las fuentes de imágenes que utilizaban los diseñadores gráficos para realizar sus creaciones antes de que internet, las páginas de stock y la fotogrametría permitiesen agarrarse a soluciones más accesibles y ágiles, pero ninguno de ellos parecía alojar la misteriosa textura.
A principios de 2021, cuando los arqueólogos de texturas ya habían dado la misión por perdida, el equipo de 64History consiguió lo imposible. La comunidad, dedicada a recuperar la demo de Super Mario 64 con la que se presentó el juego en 1996, una versión cuyos gráficos, sonidos e incluso niveles difería bastante de lo que luego sería la versión final del juego, había conseguido encontrar el origen de “cobble_stone”.
El secreto estaba a buen resguardo en Alias/3, un programa de modelado 3D de 1993 que compañías como Nintendo o Rare utilizaron en su día para dar forma a sus juegos.
Allí descansaba la mítica imagen que durante muchos años se convirtió en el Santo Grial de la preservación y, junto a multitud de texturas como los ladrillos del mítico laberinto del salvapantallas de Windows 95, se inició otra búsqueda, la de intentar descubrir en qué jugos y materiales promocionales se habían utilizado todas aquellas imágenes que habían permanecido ocultas durante años.
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