Damos por hecho que mejores tripas llevarán a mejores gráficos en PS5, que la vibración háptica mejorará la experiencia con el nuevo DualShock, que las cargas serán más rápidas con su SSD y que el audio 3D conseguirá que los juegos sean más inmersivos.
Sin embargo, más allá de lo que ofrezca su catálogo, no hay nada en el anuncio de PS5 que haya conseguido volarnos la cabeza. Las mejoras visuales son lo esperado, la vibración háptica ya llegó hace años a otras plataformas, las posibilidades del SSD llevamos experimentándolas desde hace tiempo y el audio 3D, bueno, está bien pero no nos vende una consola.
Tal vez por eso Jim Ryan, presidente de Sony Interactive Entertainment, haya aprovechado una reciente entrevista para avivar la llama sobre PS5 y asegurar que aún no hemos visto nada:
"Cada vez que se lanza una nueva consola los procesadores y las gráficas mejoran. Eso es emocionante, claro, pero también necesitamos tener atractivos especiales. Hemos confirmado el uso de un SSD. Tener tiempos de carga cercanos a la nada es un gran cambio.
El audio 3D y el feedback háptico para el mando son también añadidos que, cuando los pruebas, te sorprenderán por el gran cambio que suponen. Incluso jugar a un juego de coches como Gran Turismo Sport con un mando de PS5 es una experiencia completamente distinta. Aunque se juega bien con el mando anterior, no hay vuelta atrás cuando notas la superficie rugosa con el control háptico y los gatillos adaptativos.
Pero aún quedan más elementos únicos de PS5 que la separan de las consolas anteriores. Las mayores diferencias están por anunciar."
Si Ryan está echando balones fuera o realmente se han guardado lo mejor para el final es algo que, como él mismo dijo hace unas horas en su conferencia del CES, conoceremos en los próximos nueve meses.
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