Se puede decir bien claro, especialmente después de que Phil Spencer lo haya reconocido. El gran fracaso de Arkane Studios hasta la fecha ha sido Redfall, pero la metedura de pata con los vampiros no debe alejar el foco de uno de los estudios con mayor talento de los videojuegos.
Si nos remontamos a los inicios de la desarrolladora, nos toparemos con Arx Fatalis, un RPG de fantasía en primera persona que podemos jugar a través de PC Game Pass. Está disponible únicamente en el servicio de Microsoft para ordenadores y nos presenta el primer juego que salió de la factoría afincada asentada en Lyon.
Fue la mente de Raphaël Colantonio la que utilizó las bases de obras como System Shock y Ultima Underworld para dar forma a un mundo que da nombre al propio juego. Arx ha sufrido una catástrofe solar que ha terminado con el sol apagado, por lo que la mayor parte de razas se han visto obligadas a refugiarse en las cavernas del subsuelo. Es ahí donde entra en juego nuestro avatar, al cual podremos dar forma.
El campeón que creemos no recuerda ni su nombre y debe hallar su destino en esta vida, al mismo tiempo que le asignamos puntos de habilidad para los hechizos,las armas, armaduras y hasta el sigilo. Las amenazas que nos toparemos bailan desde los trols hasta los trasgos, pasando por los humanos más violentos. Templos ancestrales, ciudades repletas de vida, reliquias olvidadas y toda una retahílade descubrimientos aguardan en Arx Fatalis.
Evidentemente, el método para encarar la aventura no es único, ya que el argumento no es lineal y cada decisión posee consecuencias imprevisibles para conseguir los diferentes finales disponibles. Esto garantiza un buen margen para la rejugabilidad en una obra que ofrece de por sí más de 40 horas de viaje.
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