Es prácticamente imposible recordar el número de horas que llegué a acumular con una GunCon en la mano, pero sí tengo muy presente que es algo que echo muchísimo de menos. La mítica pistola de Namco y sus Time Crisis desaparecieron con PS3 y los fans del género nos habíamos quedado un poco huérfanos.
Blood and Truth y al realidad virtual quieren ser nuestros padres adoptivos. Puede que todavía no sean los padres perfectos, pero desde luego es mucho mejor que seguir huérfanos. Sony London Studio firma aquí un espectáculo de acción palomitera que no llega a vendernos PSVR, pero sí es un título imprescindible para todo aquél que posea el casco o se sienta mínimamente atraído por él.
El ticket dorado de El último gran héroe
Tras juguetear con una idea similar en London Heist, una de las experiencias de prueba incluidas en PlayStation VR Worlds, el estudio de Sony coge esa base encargada de mezclar historia de mafias y película de acción para meternos de lleno en una mezcla entre escenas que podrían estar sacadas de La Jungla de Cristal, 007 o cualquier otra fantasmada hollywoodiense veraniega.
Pegar tiros mientras saltas de una azotea con explosiones a la espalda, agarrarte al cable del ascensor mientras este se desprende, encaramarte a un avión a punto de despegar o eliminar el helicóptero que te persigue mientras vas en coche a toda velocidad. Blood and Truth demuestra no tener medida, y lo cierto es que le funciona de maravilla.
Con la excusa de ser parte de una familia adinerada que se está viendo acosada por el capo de una empresa rival, nuestra labor será intentar derrocar a quienes pretenden aprovecharse de la situación para sacar tajada. A los mandos un militar con complejo de espía que se atreverá con todo, desde forzar cerraduras hasta lanzarse a pecho descubierto con una pistola en cada mano.
La buena noticia es que aquí, a diferencia de London Heist, el ritmo de la historia está mucho mejor llevado, las secuencias de acción permiten más libertad de movimiento y, por encima de todo eso, cada cinemática que hace mover la historia queda lejos, lejísimos, de la chapa que suponía escuchar lo que aquellos mafiosos londinenses tuviesen que contar.
Disparos y explosiones (casi) sobre ráiles
Aquí hemos venido a pegar tiros y ver explosiones a cámara lenta, y es justo lo que haremos durante toda la partida. Dividido en casi 20 capítulos que pueden llevarte algo más de una tarde, el movimiento del juego bien podría ser un shooter sobre raíles de no ser porque en la mayoría de ocasiones somos nosotros los que decidimos hacia dónde nos movemos y qué cobertura usamos.
Lejos de apuntar hacia dónde queremos ir y reaparecer allí tras un fundido a negro, en Blood and Truth en todo momento vemos el control del personaje. Ya sea mediante botones o mirando en la dirección adecuada, podremos elegir dónde nos parapetamos o qué camino elegimos para continuar la historia, lo que a su vez alarga un poco la vida del juego ofreciendo distintas vías y escondiendo coleccionables en ellas.
Al no haber reposicionamiento automático, vivimos todo lo que hace el personaje, lo que incluye que cuando la música suba al ritmo de la acción, vivamos secuencias en las que el protagonista echa a correr pistola en mano sin que decidamos su trayectoria, sólo preocupándonos de dónde disparar y, por descontado, también de disfrutar del espectáculo que sucede a nuestro paso.
Tengo la suerte de ser completamente inmune a los mareos de la realidad virtual, pero habiendo saltos y movimientos bruscos por doquier, sí puedo imaginar cómo deben acabar aquellos que pasan por un mal trago cada vez que tienen el casco puesto más de una hora. Para mí, en cambio, el no tener que lidiar con reposicionamientos extraños es una auténtica delicia que me mantiene constantemente enganchado a la acción.
Opciones de control para todos los públicos
Jugado con dos PlayStation Move, mi mayor problema con el juego reside en los problemas que me ha dado esa configuración. Sin problemas siempre que lleves armas de una mano o utilices las de dos haciendo caso omiso a esa posibilidad, pero un dolor de cabeza cuando intentas colocar dos Move juntos para simular que estás sujetando un rifle con cierta precisión.
La lectura de movimientos demuestra ahí que Sony debería buscar soluciones de cara a su nueva generación, aunque sólo sea añadiendo una segunda cámara que cubra otro ángulo de visión. Entiendo que en esos puntos se busca dar importancia al uso de PlayStation VR Aim, pero con la pistola se pierde parte de la gracia cuando hay otros elementos en juego.
Hablo de esos puntos en los que te toca escalar agarrándote con las manos, arrastrarte por un conducto de ventilación, echar la mano al pecho para coger un cargador e insertarlo en el arma, o utilizar el kit de herramientas del personaje para abrir una cerradura con ganzúas o manipular un panel electrónico a base de pequeños puzles que implican cortar cables, cambiar fusibles y accionar interruptores.
Habiendo probado también el uso del Dualshock como controlador, la experiencia sigue siendo muy disfrutable, pero queda lejos de la sobrada que supone entrar en una habitación con los brazos extendidos en direcciones opuestas mientras disparas. Hemos venido a ser un héroe de acción, y sin un Move en cada mano esa sensación puede llegar a diluirse bastante.
La brecha visual de PlayStation VR
A los problemas con la correcta lectura de los Move se suman otro: el resultado a nivel visual en una PS4 normal. Desconozco a qué nivel se verá en una PS4 Pro, aunque me atrevo a adivinar que si sigue el mismo camino de otros títulos de Sony la mejora será notable, pero en la versión primeriza de la máquina de Sony hay ciertos momentos que dejan bastante que desear.
La distancia de dibujado es excesivamente borrosa, todo lo que no quede a un palmo de tus ojos se ve desdibujado y, cuando la acción se frena y estás ante otro personaje contándote sus milongas, puedes ver cómo lo que en algún punto fue una cara redondeada, ahora parece el filo de una sierra.
Entiendo que al final la potencia de PS4 puede quedarse corta, pero he visto otros juegos que esquivaban muchísimo mejor todos esos problemas y, viniendo de la propia Sony, esperaba que el nivel de calidad mínimo, sin importar qué consola poseas, estuviese varios puntos por encima. No es algo que afecte cuando estás en plena ensalada de tiros, pero ten en cuenta que el nivel de calidad ofrecido en esa consola queda muy lejos de lo visto en vídeos promocionales.
Otra razón más para desear que la nueva generación pueda aportarnos el salto adecuado, y es que quiero volver a disfrutar de Blood and Truth en todo su esplendor sin que los errores visuales me saquen por completo de la experiencia, ya sea completando la historia, buscando todos los coleccionables y armas que se han quedado atrás o aprovechando los desafíos contrarreloj para pegar cuatro tiros y desconectar por completo.
La opinión de VidaExtra
Espero y deseo que Sony siga apoyando su casco de realidad virtual con propuestas como Blood and Truth. Ideas que sigan sumando y ofreciendo experiencias que, cada vez más, se acerquen a la idea que todos tenemos de videojuego. Atrás quedan las demos cortas y limitadas, esto es un juego con todas las de la ley.
Sigue sin ser el título que anime a decir que tienes que tener PSVR sí o sí si tienes una PS4 en casa, pero sin duda es uno de los esfuerzos first party que más cerca se quedan de esa barrera aún por descubrir. Un juego divertidísimo que nos mete de lleno en una película de acción y que, por encima de todo, demuestra que la realidad virtual promete ser una fábrica de alegrías que sólo acaba de empezar.
Blood and Truth
Plataformas | PS4 |
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Multijugador | No |
Desarrollador | Sony London Studio |
Sony | Ubisoft |
Lanzamiento | 29 de mayo |
Precio | 34,90 euros |
Lo mejor
- Como vivir una película de acción
- Sin saltos de reposicionamiento
- Gran cantidad de armas y coleccionables a desbloquear
Lo peor
- En PS4 normal la calidad está por debajo de lo esperado
- Algunos problemas puntuales con PlayStation Move
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