Análisis de Pac-man 256: el comecocos no para de reinventarse (y con acierto)

Análisis de Pac-man 256: el comecocos no para de reinventarse (y con acierto)

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Análisis de Pac-man 256: el comecocos no para de reinventarse (y con acierto)

Creo que llevo, a lo tonto, un par de años desconectado completamente de los juegos para smartphones. Me cansé de la idea de jugar desde un móvil (para algo han existido siempre las consolas portátiles), aparte que, por lo general, todo éxito de dispositivos táctiles se acaba lanzando después en consolas y PC. Como por ejemplo, el éxito del año pasado: 'Pac-man 256'.

Ayer lo publicó Bandai Namco en PlayStation Network, Steam y Xbox Live, respetando la mecánica ya vista el año pasado en iOS y Android, y con el añadido exclusivo de un modo multijugador local para cuatro jugadores, lo que facilita sobremanera la tarea de obtener puntuaciones mayores.

Vale, pero ¿de qué iba el 'Pac-man 256' original? Lo vemos.

Pac-man aún tiene mucho que decir (y que comer)

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A estas alturas de la película, no hace falta explicar quién es Pac-man ni por qué es un icono de culto en esta industria. Del mismo modo, tampoco hace falta explicar en qué consiste la mecánica que le ha hecho tan famoso. Lo que sí hay que hacer es resaltar que aquella mecánica se sigue conservando de maravilla y que Bandai Namco podría seguir viviendo de rentas rescatando sus clásicos (cosa que sigue haciendo), sin embargo, de vez en cuando nos sorprende con un giro.

Ahí están los imprescindibles 'Pac-man Championship Edition', que supieron mejorar la fórmula hasta el punto de hacerla más adictiva que nunca. Y en cierto modo, eso se ha trasladado a este 'Pac-man 256', donde el concepto de fase vuelve a desaparecer y en su defecto nos tenemos que preocupar de llegar lejos y obtener la mayor puntuación posible. Así una y otra vez.

Esto tiene matices, claro, puesto que, a modo de incentivo, iremos consiguiendo y desbloqueando un montón de power-ups, sin olvidar, claro, la pac-bola que permite a Pac-man comerse a los fantasmas. Todo ello mientras nos alejamos del famoso glitch de la fase 256 del Pac-man original, que aquí actúa a modo de jefe final incansable y que no parará de subir por la pantalla para meternos prisas.

Un arcade muy adictivo y para jugar con colegas

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La base del Pac-man original se mantiene, en cualquier caso, pero está aderezada con diversos complementos. Por ejemplo, podremos realizar combos comiendo bolas pequeñas sin descanso (las frutas aumentarán el multiplicador de puntos). Y también tendremos retos para las partidas, como eliminar a cierto número de enemigos con un power-up específico o recoger un tipo de fruta.

Los power-ups son, de hecho, uno de sus mejores añadidos, porque los hay de muchos tipos y nos permiten crear distintas estrategias para salir del paso. El primero que desbloquearemos será el láser, pero más adelante veremos lo útil que puede resultar una bomba (actúa a modo de escudo: si nos tocan o se agota el tiempo, explota) o la estela que va dejando el fuego a nuestro paso. Y claro, después está el incentivo extra de que podremos mejorar todos los power-ups.

Para ello hay que gastar monedas, las cuáles se pueden conseguir en poca cantidad dentro de la partida, o ya de forma más generosa al acabar la partida y recoger la recompensa. Y cómo no, después está el pique de los marcadores online o de nuestra propia marca personal, con un montón de parámetros.

Los power-ups son uno de sus mejores añadidos, porque los hay de muchos tipos.

Lógicamente, no faltan los cuatro fantasmas más famosos de la saga (Blinky, Clyde, Inky y Pinky), aunque en este caso cuentan con patrones de movimientos más diferenciados si cabe. Pinky, por ejemplo, está quieto hasta que nos ve, mientras que Inky no para de rodear una figura. A estos hay que sumarle después otros como Spunky, Sue, Funky y Glitchy, otro fantasma que homenajea el conocido error de la fase 256 del Pac-man original, aparte del propio jefe.

Para rematar, esta fantástica edición se completa con diez temáticas distintas, tocando tanto las distintas apariciones del comecocos (hasta veremos de Pac-mania) como de otros juegos ajenos a la saga de Bandai Namco, como 'Crossy Road', no en vano su desarrollador es el mismo de ese otro éxito de móviles.

Y luego el antes mencionado multijugador a cuatro bandas y de manera local, en donde cooperaremos con el resto de jugadores. Si, por ejemplo, cae uno, podremos revivirlo más adelante, y cuando uno coge un power-up, se activa automáticamente para el resto, de ahí que este modo nos facilite de manera exponencial la obtención de puntuaciones más altas o el llegar más lejos. De todas formas, hay una pequeña parte competitiva, al mostrar las puntuaciones de cada jugador (cada uno tiene su propio contador de combos, claro).

La opinión de VidaExtra

En definitiva, si ya fue un éxito el año pasado, este 'Pac-man 256' de sobremesa consigue elevar el listón con el añadido de un multijugador muy necesario (lástima, eso sí, que no se haya incluido también opción online, ya que estamos) y una docena de skins que le aportan mucho colorido. Todo por tan solo 4,99 euros. ¿Qué más se puede pedir? ¡Larga vida a Pac-man! Y que siga el Waka-Waka.

A favor

  • Gran reinvención de la fórmula de Pac-man
  • Su gran variedad de power-ups
  • El añadido del multijugador a cuatro bandas
  • Sus skins, como la de Crossy Road
  • Y su precio

En contra

  • Por pedir, un modo online complementario al local
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