'Pokémon X' y 'Pokémon Y': análisis

'Pokémon X' y 'Pokémon Y': análisis
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La espera ya ha terminado y aquellos que esperabais ansiosos la llegada de 'Pokémon X' y 'Pokémon Y' ya podéis empezar a materializar el juego de Nintendo 3DS en vuestras manos. Además podéis estar tranquilos, la nueva entrega de la saga es justo lo que esperábamos, un juego con sus puntos buenos y sus puntos malos, pero por encima de todo un título tremendamente adictivo.

Lo tenían fácil para encandilarnos, y sin embargo han estado asegurando el tiro durante años con una fórmula que, aunque oxidada, parecía seguir funcionando. 'Pokémon X' y 'Pokémon Y' no representan el cambio, ya sabemos desde que encendemos la consola a qué nos vamos a enfrentar, pero es innegable que después de muchas entregas han acabado entendiendo qué significa evolucionar.

Pokémon X y Pokémon Y: la evolución de la fórmula

La senda continuista que se le achaca a muchas franquicias del sector también está patente en la saga de Games Freak y Nintendo, igual que las batallas contra niños desquiciados de un FPS, el reciclaje de caras del último juego de fútbol o el shooter que se conforma con añadir armas nuevas. Y como en los casos citados, 'Pokémon X' y 'Pokémon Y' consigue contentar a su nicho con las reglas que siempre le han funcionado.

Puede sonar a refrito, a un cambio gráfico que no consigue enmascarar lo que algunos comentarios nunca se han cansado de repetir, que 'Pokémon' ha perdido su magia y se dedica a vivir de viejos éxitos, pero para el que escribe el retorno a la caza de bichos kawaii ha sido más que satisfactoria.

Pokemon X Y

Se acabó el soñar con esa entrega que consiga devolvernos la ilusión por esta saga, 'Pokémon X' y 'Pokémon Y' bebe de mínimas referencias a títulos anteriores para que recuerdes tu aventura tras salir de pueblo Paleta, recapitules todo lo vivido hasta ahora y te alegres de que, por fin, un juego de 'Pokémon' vuelva a ser tu juego de cabecera.

Puede ser algo fácil de conseguir aprovechando la falta de experiencia de las nuevas generaciones, pero robarle cada minuto libre de su tiempo a ojos que ya han visto a centenas de diseños nacer y evolucionar es todo un logro. Los de la fe ciega tenían su parte de razón, ha merecido la espera por 'Pokémon X' y 'Pokémon Y'.

Novedades que no molestan

Pokemon X Y

'Pokémon X' y 'Pokémon Y' se sale con la suya porque es el juego más completo de la saga y el primero en muchos años que demuestra un poco de ambición. Los cambios, al final, acaban siendo más anecdóticos de lo que cabría esperar, y es que a la máxima de "si funciona no lo toques" se suma un conjunto de novedades sólido, suficiente para que te preguntes qué te espera a continuación pero sin que consiga desviarte de lo que llevas haciendo desde hace más de 15 años.

Sí, te mueves en patines, le cambias la gorra a tu personaje y hay nuevos tipos de combate como el aéreo, pero la clave sigue siendo rellenar tu Pokédex y conseguir medallas de gimnasio, y el interés que pongas en todo lo demás sólo depende de tus ganas de quemar horas como si fuesen segundos.

Pese a ello el juego ha aprendido a no hacerse pesado, a no repetirte las cosas decenas de veces y a darte todas las ayudas para que el transcurso de su historia no se te atragante demasiado. Se acabó el farmear como locos antes de entrar a un gimnasio, el regalo de los Pokémon clásicos para equilibrar tu equipo, las capturas con regalo de experiencia y el reparto de puntos entre tu equipo, si así lo deseas, se encarga de que llegues a cada combate con el nivel suficiente.

Alcanzado ese punto pueden suceder dos cosas, o que te encuentres con una medalla en las manos sin sudar o que acabe valiendo más la maña que la fuerza, pudiendo escapar de situaciones peliagudas convirtiendo la estrategia en tu as bajo la manga. Los sacrificios por un bien mayor a escasos golpes de ver tus pies partiendo hacia el Centro Pokémon más cercanos, siguen denotando una épica que pocos juegos han sabido replicar. Y no os voy a engañar, el suspiro de alivio final sienta tremendamente bien.

Más criaturas poco interesantes

Que 'Pokémon X' y 'Pokémon Y' sea un gran juego no quita que derroche cansancio en algunos aspectos. Sé que sigue siendo una cuestión de gustos, que cada generación tiene su elenco preferido y es difícil dar con la tecla después de más de 500 criaturas, pero hay que estar ciego para querer comparar bestias como Blastoise o Charizard con las últimas evoluciones del nuevo trio inicial. Lo siento pero no hay color.

Menos aún con la llegada de las megaevoluciones, que con un rediseño de alas o la suma de un cañón de hidropulso sobre la espalda inspiran más agresividad que un armadillo plagado de arbustos o un zorro con aspiraciones de Harry Potter. Huele a pocas ganas de arriesgar, a haberse perdido en el último intento de contentar a todos por igual y, definitivamente, a simple.

Pokémon X y Pokémon Y

No ayuda la entrada del grupo hada, que pasa sin pena ni gloria por el juego y no ofrece demasiados incentivos ni para el coleccionista ni para el luchador. Para que nos entendamos, demasiado Togepi y poco Beartic, y ese último caso es el vivo ejemplo de que el diseño de los animales puede ser encantador sin olvidar que va a pelear con uñas y dientes por su vida.

Hay excepciones, como de costumbre, en este caso protagonizadas por un T-Rex y un oso panda con muy mala leche, pero son menos de las que cabría esperar y la fórmula podría seguir funcionando contentando a los más pequeños sin dejar de lado a los fans de toda la vida.

Pokémon X y Pokémon Y: la mejora gráfica

Donde más acaban brillando 'Pokémon X' y 'Pokémon Y', tras dar por aprobada la calidad de su fórmula, es en el aspecto gráfico. Los combates pedían a gritos el cambio, y aunque seguimos sin ver bestias salvajes tirándose a la yugular del enemigo (no niego que me gustaría verlo, pero queda descartado por ser totalmente ilógico y contraproducente), las nuevas animaciones consiguen ofrecer algo más de espectacularidad.

No es lo mismo ver al Pidgey de turno echar a volar para caer en picado sobre el enemigo que ver un dibujo desaparecer y volver a aparecer en el sitio. Sé que hay fans del sprite a los que el cambio ni les va ni les viene, y es totalmente comprensible, pero os aseguro que vistos los modelados 3D se hace difícil volver a la antigua animación de "llamarada".

Pokémon X y Pokémon Y

El juego es lo suficientemente inteligente como para no quemar el recurso de la vista en tres dimensiones, que se usa en combates y en algunas zonas concretas del escenario, sólo allí donde puede ser impactante y jugar con la cámara. Recuerdo un momento en concreto, algo bastante especial, en el que el recorrido de uno de esos míticos pasillos interminables se inicia con la clásica vista cenital para acabar con un plano trasero que refleje la profundidad del siguiente tramo de escaleras. A otros ojos puede ser considerado algo nimio o incluso absurdo, pero supone el particular grito de "eh, estoy mejorando" que tanto tiempo llevábamos esperando.

El sistema 3D sigue chirriando en algunas ocasiones, como en la de ese plano que recorre la totalidad de una torre y consigue hacer casi imposible enfocar con claridad lo que tienes en pantalla, pero es algo puntual y la barra de control sigue estando ahí para que lo cambies a tu gusto.

Muchas más bondades que defectos en Pokémon X y Pokémon Y

Más preocupantes me parecen algunas ralentizaciones en las batallas que, incomprensiblemente, no se producen cuando los ataques finales salen a relucir y las olas o las llamas inundan la pantalla, sino cuando estás a punto de escoger el ataque y la cámara muestra distintos planos de los combatientes. No consigo encontrarle una explicación, pero tampoco invita demasiado a convertir la partida en una incesante búsqueda de ese fallo. Pasa unas veces y otras no, algunas te darás cuenta y otras ni te enterarás.

Pokémon X y Pokémon Y

Lo mejor de todo, lo que realmente diferencia a un gran juego del resto, es que esos pequeños fallos saben a menudencias, a algo que está ahí y no es lo suficientemente grande como para hacerle sombra al resto de bondades de un juego que mantiene su particular camino hacia la perfección sin apenas esfuerzo.

'Pokémon X' y 'Pokémon Y' sabe aprovecharse de lo que ha ofrecido esta saga durante años y el público que ha conseguido meterse en el bolsillo, pero marca un antes y un después en el que, con el paso de los años, volveremos a recordar esta misma frase haciendo referencia a esta sexta generación en vez de a la primera. Para una franquicia a la que se le acusa de repetitiva y poco original, eso es un logro enorme. Es el 'Pokémon' al que te querías volver a enganchar.

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A favor

  • El catálogo de Pokémon disponibles
  • Animaciones de combate
  • Es el Pokémon más completo

En contra

  • Que no tenga versión de sobremesa
  • 3D poco inspirado
  • Enemigos sin carisma
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