'StarCraft II: Wings of Liberty'. Análisis

'StarCraft II: Wings of Liberty'. Análisis
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Siempre me he considerado un jugador principalmente de consola, incluso en la época en que el ordenador era la plataforma reina, pero eso no me impide negar que hay ciertas experiencias únicas que sólo se pueden disfrutar por medio de un ratón y un teclado. Y en lo que a compatibles se refiere, pocas compañías puedan igualarse a Blizzard, una desarrolladora que es garantía total de calidad en cada nuevo lanzamiento que produce, como ha demostrado una vez más con ‘StarCraft II’.

Lejos queda ya el año 98, cuando descubrí el primer título de la saga y fundí interminables horas delante de mi viejo 486. Ya había tenido experiencias previas con la estrategia de salón gracias a títulos como ‘Command & Conquer: Red Alert’ y, sobre todo, ‘Warcraft II’, pero mi pasión por el género despertó realmente con el inicio de las batallas entre Terran, Zerg y Protoss por todo el universo conocido. La espera ha parecido casi eterna desde entonces, pero por fin podemos decir que ha valido la pena, pues estamos ante un juego redondo en todos los campos.

A un mes ya de su lanzamiento, la compañía ha anunciado que se han despachado tres millones de copias en todo el mundo, el doble de lo que el título original vendió en su primer año a la venta. ¿Conseguirá la secuela superar los casi diez millones de unidades vendidas por la primera entrega? Pues todo apunta a que sí, y razones tiene más que de sobra para conseguirlo. ¿Quieres saber por qué? Bienvenido a la gran batalla.

El poder narrativo de ‘StarCraft II’

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Alguien poco aficionado al género podría considerar que la estrategia no es el soporte ideal para contar historias, pero Blizzard demuestra una vez más que eso no es así. ‘StarCraft II’ consigue superar a su predecesor y a prácticamente cualquier título de este corte en lo que a intensidad narrativa se refiere, expandiendo y dando aún más veracidad a un universo que ya era rico de por sí gracias a la primera entrega, y a la multitud de obras paralelas que se han publicado.

Imagino que la gran mayoría de jugadores que se acerquen a este título conocerán de alguna forma la historia precedente, pero para los que empiezan desde cero se hace un resumen bastante apropiado de la situación durante la fase de instalación y en el manual. Cuatro años después de los acontecimientos de la expansión ‘Brood War’, Jim Raynor vive en la clandestinidad al frente de un grupo de mercenarios, junto a los que busca derrocar al emperador Arcturus Mengsk. Éste por su parte ha iniciado una fuerte campaña de desprestigio contra Raynor y los suyos aprovechando su control de los medios.

Mientras tanto, nadie ha sabido nada de la corrompida Kerrigan y su enjambre Zerg desde la última batalla, pero es obvio que tarde o temprano volverán a dar la cara para seguir su proceso de destrucción indiscriminada. Aprovechando el aparentemente pacífico statu quo, los Protoss han vuelto a pasar a un segundo plano y viven inmersos en sus rivalidades religiosas, mientras que Zeratul se dedica a seguir la pista de una antigua profecia sobre el origen de su especie y de sus “hermanos”, los Zerg.

A partir de aquí se despliega un gran modo campaña donde iremos siguiendo los pasos de todos estos viejos conocidos y de otros nuevos personajes, como el salvaje ex presidiario Tychus Findlay, el refinado comandante Matt Horner o el ambicioso hijo del emperador, Valerian Mengsk, quienes en realidad ya habían tenido su protagonismo en algunas novelas. La historia de todos ellos se nos cuenta por medio de insuperables vídeos prerenderizados y de escenas con el motor propio del juego, siempre espectaculares y bien planteadas.

Si algo funciona, ¿por qué cambiarlo?

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Ese debió ser el mantra que los desarrolladores del juego se estuvieron repitiendo incontables horas durante su creación. Y es que a pesar de los años que han pasado ya desde el primer ‘StarCraft’ y de su posterior expansión, la mecánica de juego creada por aquel entonces roza la perfección en todos los apartados, así que no ha sido necesario realizar ninguna gran revolución ni ruptura con el pasado. En esencia se conservan las mismas líneas maestras, pero refinando unos cuantos aspectos aquí y allá para llevar la obra al máximo nivel posible.

Volvemos a tener las tres mismas facciones enfrentadas y perfectamente equilibradas, para adaptarse a los gustos de cada tipo de usuario: los Terran como punto intermedio, con sus excelentes medidas defensivas y su racionado árbol de estructuras; los Zerg como alternativa para los amantes del juego rápido, facilitando la creación masiva de unidades menos fuertes; y los Protoss como contrapunto de gran potencia, pero de costoso y lento proceso de producción. Todos ellos conservan su núcleo fuerte de estructuras y unidades, aunque obviamente han experimentado cambios que en ningún momento alteran el equilibrio entre los tres frentes.

En general, los cambios incluidos en las unidades y estructuras buscan aportar aún más profundidad al juego, permitiendo que el rango de posibilidades con cada ejército sea aún mayor. Naturalmente, si quieres seguir usando tu raza favorita como lo has hecho toda la vida, podrás hacerlo sin el más mínimo problema, pero la gracia del asunto es que ahora el abanico de estrategias se ha ampliado para hacer de éste un título colosal.

Por tanto, el proceso general de las partidas sigue siendo el mismo, así que tenemos de vuelta la estrategia a tiempo real en su versión más directa y agresiva. Si eres de los que le gusta tomarse las partidas con calma, planteando estrategias a largo plazo y con horas de construcción por medio, está claro que ‘StarCraft II’ no es para ti, pues aquí la velocidad es crucial. No se trata de ir más rápido que el rival, porque dar un golpe antes de lo debido o con precipitación puede convertirse en un error que acabemos pagando muy caro; la gracia del asunto está en controlar en todo momento el pulso del juego y saber cuándo actuar.

Las alas de la libertad

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Aunque las mecánicas de juego se hayan mantenido muy similares a las del primer título, en el modo campaña sí que encontramos una importante cantidad de novedades que adaptan la obra a los tiempos que corren. Como ya sabréis, ‘StarCraft II’ será una trilogía formada por tres campañas, una por cada raza de las que se enfrentan en este universo. La que ahora nos llega se titula ‘Wings of Liberty’, y está centrada en los Terran con Jim Raynor como protagonista principal, a través del cual tendremos acceso a un total de 29 misiones.

Lo primero que llama la atención al iniciar el modo campaña es el nuevo sistema ideado para actuar entre misiones, consistente en varias salas del crucero de batalla Hyperion por las que podemos movernos para realizar distintas accciones. Así pues, tendremos el laboratorio para investigar avances con las muestras que recojamos, la cantina para contratar mercenarios, el arsenal para mejorar nuestras unidades y estructuras, y el puente de mando para elegir nuestra próxima misión. Este planteamiento de menús interactivos ayuda a reforzar las cuestiones narrativas a las que hacía referencia en un apartado anterior.

Otra interesante novedad es que ahora la campaña no está planteada de forma lineal, pudiendo elegir en cada momento qué misión vamos a realizar, y teniendo que optar en determinados momentos entre dos caminos que nos llevarán a distintos destinos. El final del juego va a ser el mismo hagamos las elecciones que hagamos, pero algunos hechos variarán sustancialmente hasta llegar a él en función de nuestras decisiones. Además de ello tenemos unas misiones opcionales protagonizadas por Zeratul que nos ayudan a profundizar más en la historia, y que merece la pena realizar.

A pesar de que nada más ejecutar el juego se nos pide nuestro nombre de usuario y contraseña en Battle.net para conectarnos al servidor, es posible disfrutar del modo campaña entrando en modo sin conexión, así que podéis estar tranquilos porque la experiencia de juego se puede disfrutar sin necesidad de acceso a Internet. Eso sí, jugando sin conexión no podréis obtener los logros que se adjudican al completar las misiones, así que si os gusta coleccionar méritos ya sabéis lo que toca.

En el juego online, la experiencia es un grado

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El otro gran avance de ‘StarCraft II’ está en su modo de juego online, donde Blizzard ha puesto toda su experiencia y conocimientos sobre la mesa para perfeccionar al máximo la faceta multijugador. Dejando a un lado la polémica sobre la ausencia de juego en red local, uno de los grandes pilares de la primera entrega incluso a día de hoy, no se le puede poner la más mínima pega al trabajo hecho por la compañía en la nueva versión de Battle.net.

Gracias al nuevo sistema desarrollado para la organización de partidas, podéis decir por fin adiós a los encuentros con rivales imposibles que nos hacen sufrir lo indecible, o a los novatos que no suponen reto alguno. Tras pasar una ronda previa de encuentros mediante los que se determinará nuestro nivel, el sistema nos asignará en ligas donde sólo encontraremos rivales que estén a nuestra altura. Los habrá mejores y peores, pero por lo general casi siempre disfrutamos de partidas igualadas, que es a fin de cuentas lo más divertido.

La nueva versión de Battle.net añade otros puntos interesantes como el chat integrado con nuestros contactos, permitiéndonos interactuar con amigos que estén en otros juegos, soporte para VoIP y una gran cantidad de datos estadísticos para repasar o para fardar ante los rivales. Todo está notablemente optimizado para poder disfrutar de nuestra propia cuenta en distintos ordenadores gracias a la gran cantidad de datos que se almacenan en la nube, algo que los usuarios que cambien habitualmente de equipo agradecerán.

Mención especial merece una vez más el editor desarrollado por Blizzard, completísimo y mucho más avanzado que el han integrado otros títulos de la compañía. Gracias a él podremos crear misiones, mapas y mods completos que harán de este título algo prácticamente infinito, pudiendo desarrollar incluso modificaciones que se adapten a otros géneros, como RPGs o shooters. Si la creatividad no va con vosotros o sois demasiado perezosos para aprender a usar el editor, la gran cantidad de material generado por la comunidad os garantiza cientos de horas de juego.

Se te ve bien, y suenas mejor

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Visualmente no estamos ante el mejor juego de su categoría, pero el listón general al que raya el motor gráfico es de sobresaliente, tanto en juego real como en las fases interactivas que se desarrollan en el Hyperion. Las unidades y estructuras pueden mostrarse tan grandes como queramos, y todas ellas conservan el sabor del título original, pero con un nivel de detalle que las hace bastante creíbles, especialmente en los modelos más grandes como el Thor o la Nave nodriza.

Pero ante todo, lo importante es que el juego responde con una fluidez y soltura envidiable en todo momento, incluso cuando la pantalla está llena de tropas explotando todo su arsenal. Una vez más, Blizzard ha hecho un gran trabajo de optimización con el título, y tras haberlo probado en distintos equipos (tanto PC como Mac) para ver cómo responde en situaciones diversas, os puedo confirmar que no deberíais tener el más mínimo problema para disfrutarlo. De hecho he llegado a ponerlo a prueba en ordenadores con requisitos por debajo de los mínimos y he podido disfrutar con solvencia del juego, aunque con pocos artificios.

Pero si el nivel visual es francamente bueno, algo a lo que también ayuda la gran labor artística realizada, la palma se la lleva un apartado sonoro encabezado por su gran banda sonora. Orquestación voluptuosa, rock duro y electrónica bien entendida se mezclan para aportar a cada instante la dosis justa de épica, emoción o desenfado que se requieran. Como buena banda sonora, nunca llega a ser protagonista, pero siempre está ahí realzando las situaciones según convenga.

A destacar también el buen doblaje a nuestro idioma, aunque los actores que prestan sus voces a algunas unidades resultan un tanto histriónicos y te sacan en cierta medida de la partida. Las voces de los personajes principales sí que son todas muy buenas, así que los vídeos que sirven para avanzar en la historia se disfrutan sin ninguna distracción por esta parte. Os puedo decir que he probado también el juego con el doblaje inglés y la profesionalidad mostrada en ambas versiones es bastante próxima, así que no habrá que lamentar nada.

En conclusión, ‘StarCraft II’ lo vale

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La espera ha sido larguísima, pero es una gran alegría para mí poder decir que ésta ha merecido totalmente la pena. Dudo mucho que ningún fan de la primera entrega se pueda sentir decepcionado con ‘StarCraft II: Wing of Liberty’, pues conserva casi intactos todos los puntos que hicieron grande a aquel título, y mejora enormemente allí donde había puntos débiles, entregando una obra absolutamente redonda. ¿El mejor juego de estrategia de la historia? Bueno, ese juico lo dejo a elección de cada uno.

Se le pueden achacar cosas, claro está, como lo excesivamente conservadores que han sido sus creadores en los aspectos más fundamentales, manteniendo una experiencia de juego tan similar a la original, que desde la primera partida ya sabremos hacer casi de todo. Pero no era una revolución lo que Blizzard buscaba, y de hecho creo que esta franquicia aún no la necesita, así que los resultados por mi parte son más que satisfactorios.

Una campaña larga y variada, un juego online capaz de contentar a todos, un apartado técnico inmaculado y posibilidades infinitas gracias a su editor. ¿Aún le pides más? Pues paciencia porque la experiencia continuará con sus dos futuras expansiones para relatar los sucesos desde el punto de vista de las otras razas, aunque mucho me temo que por ahora no tienen fecha de lanzamiento prevista, y todo apunta a que se harán esperar. Mientras tanto, tendremos entretenimiento de sobra con ‘Wings of Liberty’.

Ficha Técnica: StarCraft II: Wings of Liberty

Siempre me he considerado un jugador principalmente de consola, incluso en la época en que el ordenador era la plataforma reina, pero eso no me impide negar que hay ciertas experiencias únicas que sólo se pueden disfrutar por medio de un ratón y un teclado. Y en lo que a compatibles se refiere, pocas compañías puedan igualarse a Blizzard, una desarrolladora que es garantía total de calidad en cada nuevo lanzamiento que produce, como ha demostrado una vez más con ‘StarCraft II’.

Lejos queda ya el año 98, cuando descubrí el primer título de la saga y fundí interminables horas delante de mi viejo 486. Ya había tenido experiencias previas con la estrategia de salón gracias a títulos como ‘Command & Conquer: Red Alert’ y, sobre todo, ‘Warcraft II’, pero mi pasión por el género despertó realmente con el inicio de las batallas entre Terran, Zerg y Protoss por todo el universo conocido. La espera ha parecido casi eterna desde entonces, pero por fin podemos decir que ha valido la pena, pues estamos ante un juego redondo en todos los campos.

A un mes ya de su lanzamiento, la compañía ha anunciado que se han despachado tres millones de copias en todo el mundo, el doble de lo que el título original vendió en su primer año a la venta. ¿Conseguirá la secuela superar los casi diez millones de unidades vendidas por la primera entrega? Pues todo apunta a que sí, y razones tiene más que de sobra para conseguirlo. ¿Quieres saber por qué? Bienvenido a la gran batalla.

El poder narrativo de ‘StarCraft II’

StarCraft II

Alguien poco aficionado al género podría considerar que la estrategia no es el soporte ideal para contar historias, pero Blizzard demuestra una vez más que eso no es así. ‘StarCraft II’ consigue superar a su predecesor y a prácticamente cualquier título de este corte en lo que a intensidad narrativa se refiere, expandiendo y dando aún más veracidad a un universo que ya era rico de por sí gracias a la primera entrega, y a la multitud de obras paralelas que se han publicado.

Imagino que la gran mayoría de jugadores que se acerquen a este título conocerán de alguna forma la historia precedente, pero para los que empiezan desde cero se hace un resumen bastante apropiado de la situación durante la fase de instalación y en el manual. Cuatro años después de los acontecimientos de la expansión ‘Brood War’, Jim Raynor vive en la clandestinidad al frente de un grupo de mercenarios, junto a los que busca derrocar al emperador Arcturus Mengsk. Éste por su parte ha iniciado una fuerte campaña de desprestigio contra Raynor y los suyos aprovechando su control de los medios.

Mientras tanto, nadie ha sabido nada de la corrompida Kerrigan y su enjambre Zerg desde la última batalla, pero es obvio que tarde o temprano volverán a dar la cara para seguir su proceso de destrucción indiscriminada. Aprovechando el aparentemente pacífico statu quo, los Protoss han vuelto a pasar a un segundo plano y viven inmersos en sus rivalidades religiosas, mientras que Zeratul se dedica a seguir la pista de una antigua profecia sobre el origen de su especie y de sus “hermanos”, los Zerg.

A partir de aquí se despliega un gran modo campaña donde iremos siguiendo los pasos de todos estos viejos conocidos y de otros nuevos personajes, como el salvaje ex presidiario Tychus Findlay, el refinado comandante Matt Horner o el ambicioso hijo del emperador, Valerian Mengsk, quienes en realidad ya habían tenido su protagonismo en algunas novelas. La historia de todos ellos se nos cuenta por medio de insuperables vídeos prerenderizados y de escenas con el motor propio del juego, siempre espectaculares y bien planteadas.

Si algo funciona, ¿por qué cambiarlo?

StarCraft II

Ese debió ser el mantra que los desarrolladores del juego se estuvieron repitiendo incontables horas durante su creación. Y es que a pesar de los años que han pasado ya desde el primer ‘StarCraft’ y de su posterior expansión, la mecánica de juego creada por aquel entonces roza la perfección en todos los apartados, así que no ha sido necesario realizar ninguna gran revolución ni ruptura con el pasado. En esencia se conservan las mismas líneas maestras, pero refinando unos cuantos aspectos aquí y allá para llevar la obra al máximo nivel posible.

Volvemos a tener las tres mismas facciones enfrentadas y perfectamente equilibradas, para adaptarse a los gustos de cada tipo de usuario: los Terran como punto intermedio, con sus excelentes medidas defensivas y su racionado árbol de estructuras; los Zerg como alternativa para los amantes del juego rápido, facilitando la creación masiva de unidades menos fuertes; y los Protoss como contrapunto de gran potencia, pero de costoso y lento proceso de producción. Todos ellos conservan su núcleo fuerte de estructuras y unidades, aunque obviamente han experimentado cambios que en ningún momento alteran el equilibrio entre los tres frentes.

En general, los cambios incluidos en las unidades y estructuras buscan aportar aún más profundidad al juego, permitiendo que el rango de posibilidades con cada ejército sea aún mayor. Naturalmente, si quieres seguir usando tu raza favorita como lo has hecho toda la vida, podrás hacerlo sin el más mínimo problema, pero la gracia del asunto es que ahora el abanico de estrategias se ha ampliado para hacer de éste un título colosal.

Por tanto, el proceso general de las partidas sigue siendo el mismo, así que tenemos de vuelta la estrategia a tiempo real en su versión más directa y agresiva. Si eres de los que le gusta tomarse las partidas con calma, planteando estrategias a largo plazo y con horas de construcción por medio, está claro que ‘StarCraft II’ no es para ti, pues aquí la velocidad es crucial. No se trata de ir más rápido que el rival, porque dar un golpe antes de lo debido o con precipitación puede convertirse en un error que acabemos pagando muy caro; la gracia del asunto está en controlar en todo momento el pulso del juego y saber cuándo actuar.

Las alas de la libertad

StarCraft II Wings of Liberty

Aunque las mecánicas de juego se hayan mantenido muy similares a las del primer título, en el modo campaña sí que encontramos una importante cantidad de novedades que adaptan la obra a los tiempos que corren. Como ya sabréis, ‘StarCraft II’ será una trilogía formada por tres campañas, una por cada raza de las que se enfrentan en este universo. La que ahora nos llega se titula ‘Wings of Liberty’, y está centrada en los Terran con Jim Raynor como protagonista principal, a través del cual tendremos acceso a un total de 29 misiones.

Lo primero que llama la atención al iniciar el modo campaña es el nuevo sistema ideado para actuar entre misiones, consistente en varias salas del crucero de batalla Hyperion por las que podemos movernos para realizar distintas accciones. Así pues, tendremos el laboratorio para investigar avances con las muestras que recojamos, la cantina para contratar mercenarios, el arsenal para mejorar nuestras unidades y estructuras, y el puente de mando para elegir nuestra próxima misión. Este planteamiento de menús interactivos ayuda a reforzar las cuestiones narrativas a las que hacía referencia en un apartado anterior.

Otra interesante novedad es que ahora la campaña no está planteada de forma lineal, pudiendo elegir en cada momento qué misión vamos a realizar, y teniendo que optar en determinados momentos entre dos caminos que nos llevarán a distintos destinos. El final del juego va a ser el mismo hagamos las elecciones que hagamos, pero algunos hechos variarán sustancialmente hasta llegar a él en función de nuestras decisiones. Además de ello tenemos unas misiones opcionales protagonizadas por Zeratul que nos ayudan a profundizar más en la historia, y que merece la pena realizar.

A pesar de que nada más ejecutar el juego se nos pide nuestro nombre de usuario y contraseña en Battle.net para conectarnos al servidor, es posible disfrutar del modo campaña entrando en modo sin conexión, así que podéis estar tranquilos porque la experiencia de juego se puede disfrutar sin necesidad de acceso a Internet. Eso sí, jugando sin conexión no podréis obtener los logros que se adjudican al completar las misiones, así que si os gusta coleccionar méritos ya sabéis lo que toca.

En el juego online, la experiencia es un grado

StarCraft II menú

El otro gran avance de ‘StarCraft II’ está en su modo de juego online, donde Blizzard ha puesto toda su experiencia y conocimientos sobre la mesa para perfeccionar al máximo la faceta multijugador. Dejando a un lado la polémica sobre la ausencia de juego en red local, uno de los grandes pilares de la primera entrega incluso a día de hoy, no se le puede poner la más mínima pega al trabajo hecho por la compañía en la nueva versión de Battle.net.

Gracias al nuevo sistema desarrollado para la organización de partidas, podéis decir por fin adiós a los encuentros con rivales imposibles que nos hacen sufrir lo indecible, o a los novatos que no suponen reto alguno. Tras pasar una ronda previa de encuentros mediante los que se determinará nuestro nivel, el sistema nos asignará en ligas donde sólo encontraremos rivales que estén a nuestra altura. Los habrá mejores y peores, pero por lo general casi siempre disfrutamos de partidas igualadas, que es a fin de cuentas lo más divertido.

La nueva versión de Battle.net añade otros puntos interesantes como el chat integrado con nuestros contactos, permitiéndonos interactuar con amigos que estén en otros juegos, soporte para VoIP y una gran cantidad de datos estadísticos para repasar o para fardar ante los rivales. Todo está notablemente optimizado para poder disfrutar de nuestra propia cuenta en distintos ordenadores gracias a la gran cantidad de datos que se almacenan en la nube, algo que los usuarios que cambien habitualmente de equipo agradecerán.

Mención especial merece una vez más el editor desarrollado por Blizzard, completísimo y mucho más avanzado que el han integrado otros títulos de la compañía. Gracias a él podremos crear misiones, mapas y mods completos que harán de este título algo prácticamente infinito, pudiendo desarrollar incluso modificaciones que se adapten a otros géneros, como RPGs o shooters. Si la creatividad no va con vosotros o sois demasiado perezosos para aprender a usar el editor, la gran cantidad de material generado por la comunidad os garantiza cientos de horas de juego.

Se te ve bien, y suenas mejor

starcraft 2

Visualmente no estamos ante el mejor juego de su categoría, pero el listón general al que raya el motor gráfico es de sobresaliente, tanto en juego real como en las fases interactivas que se desarrollan en el Hyperion. Las unidades y estructuras pueden mostrarse tan grandes como queramos, y todas ellas conservan el sabor del título original, pero con un nivel de detalle que las hace bastante creíbles, especialmente en los modelos más grandes como el Thor o la Nave nodriza.

Pero ante todo, lo importante es que el juego responde con una fluidez y soltura envidiable en todo momento, incluso cuando la pantalla está llena de tropas explotando todo su arsenal. Una vez más, Blizzard ha hecho un gran trabajo de optimización con el título, y tras haberlo probado en distintos equipos (tanto PC como Mac) para ver cómo responde en situaciones diversas, os puedo confirmar que no deberíais tener el más mínimo problema para disfrutarlo. De hecho he llegado a ponerlo a prueba en ordenadores con requisitos por debajo de los mínimos y he podido disfrutar con solvencia del juego, aunque con pocos artificios.

Pero si el nivel visual es francamente bueno, algo a lo que también ayuda la gran labor artística realizada, la palma se la lleva un apartado sonoro encabezado por su gran banda sonora. Orquestación voluptuosa, rock duro y electrónica bien entendida se mezclan para aportar a cada instante la dosis justa de épica, emoción o desenfado que se requieran. Como buena banda sonora, nunca llega a ser protagonista, pero siempre está ahí realzando las situaciones según convenga.

A destacar también el buen doblaje a nuestro idioma, aunque los actores que prestan sus voces a algunas unidades resultan un tanto histriónicos y te sacan en cierta medida de la partida. Las voces de los personajes principales sí que son todas muy buenas, así que los vídeos que sirven para avanzar en la historia se disfrutan sin ninguna distracción por esta parte. Os puedo decir que he probado también el juego con el doblaje inglés y la profesionalidad mostrada en ambas versiones es bastante próxima, así que no habrá que lamentar nada.

En conclusión, ‘StarCraft II’ lo vale

StarCraft II

La espera ha sido larguísima, pero es una gran alegría para mí poder decir que ésta ha merecido totalmente la pena. Dudo mucho que ningún fan de la primera entrega se pueda sentir decepcionado con ‘StarCraft II: Wing of Liberty’, pues conserva casi intactos todos los puntos que hicieron grande a aquel título, y mejora enormemente allí donde había puntos débiles, entregando una obra absolutamente redonda. ¿El mejor juego de estrategia de la historia? Bueno, ese juico lo dejo a elección de cada uno.

Se le pueden achacar cosas, claro está, como lo excesivamente conservadores que han sido sus creadores en los aspectos más fundamentales, manteniendo una experiencia de juego tan similar a la original, que desde la primera partida ya sabremos hacer casi de todo. Pero no era una revolución lo que Blizzard buscaba, y de hecho creo que esta franquicia aún no la necesita, así que los resultados por mi parte son más que satisfactorios.

Una campaña larga y variada, un juego online capaz de contentar a todos, un apartado técnico inmaculado y posibilidades infinitas gracias a su editor. ¿Aún le pides más? Pues paciencia porque la experiencia continuará con sus dos futuras expansiones para relatar los sucesos desde el punto de vista de las otras razas, aunque mucho me temo que por ahora no tienen fecha de lanzamiento prevista, y todo apunta a que se harán esperar. Mientras tanto, tendremos entretenimiento de sobra con ‘Wings of Liberty’.

Análisis StarCraft II

El poder narrativo de ‘StarCraft II’

Análisis StarCraft II
  • Plataformas: PC, Mac (versión analizada)
  • Editor: Activision Blizzard
  • Desarrollador: Blizzard
  • Lanzamiento: Ya disponible
  • Precio: 49,95 euros

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Starcraft 2
  • Plataformas: PC, Mac (versión analizada)

  • Editor: Activision Blizzard

  • Desarrollador: Blizzard

  • Lanzamiento: Ya disponible

  • Precio: 49,95 euros


Vídeo | YouTube
Sitio oficial | StarCraft II

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