Oculus, vas a necesitar mucho más para hacerme pasar por el aro de la realidad virtual

Oculus, vas a necesitar mucho más para hacerme pasar por el aro de la realidad virtual

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Oculus, vas a necesitar mucho más para hacerme pasar por el aro de la realidad virtual

Desde que hace un par de años pude ponerme unas gafas de Oculus y comprobar por mi cuenta si toda esa maravilla de la nueva realidad virtual era cierta o no, he sido un firme defensor de la idea y del proyecto que tienen en mente tanto Oculus como alternativas como la de Sony y el reciente PlayStation VR (antes conocido como Project Morpheus). Lo malo es que, dos años después, no tengo la sensación de que estemos avanzando por el buen camino.

Lo de siempre, el dale tiempo, ten paciencia y espera a lo que vendrá, no me vale en una época en la que los avances tecnológicos se fagocitan para evolucionar y dejar caducas las ideas que ayer eran revolucionarias. La sensación que me dejan los anuncios de ayer es la de una situación que temíamos todos desde el principio, que Oculus puede avanzar y mejorar todo lo que quiera, pero sin contenido no nos sirve de nada.

No queremos una nueva moda caduca como el 3D

Así, a día de hoy la idea de la realidad virtual me viene a la mente con la misma fuerza que lo hizo el 3D, una tecnología que me maravilló antes en el mundo del videojuego que en el cine tras una presentación en la que las naves del 'Avatar' de Ubisoft esquivaban rocas cayendo mientras parecía que estuvieses ante un diorama completamente vivo.

¿Qué ocurrió con ella? Que los resultados perpetrados por aquellos que intentaron subirse al carro de la tecnología no le llegaban ni a la suela de los zapatos, que el contenido relativo al invento quedó en pañales y con tímidas pero muy válidas propuestas como la de 'Motorstorm Apocalypse' por culpa de un precio que se fue de las manos y, ahora que eso ya no es un problema, ya no le importa a nadie.

La llegada de contenidos de Netflix, Hulu y compañía es el parche de una presentación en la que 'ADR1FT' es lo único realmente destacable por culpa de un 'Minecraft' que ya está hasta en la sopa un 'Bullet Train' que huele a tiroteo sobre raíles que tira para atrás y un tráiler de videojuegos que están por llegar que no produce ilusión alguna.

Más Zuckerberg que Carmack

Las adaptaciones de otros juegos que podrían jugarse en una pantalla normal ofreciendo la misma experiencia es el equivalente a la bofetada de realidad que ofrece conocer cómo funcionarán los contenidos de Netflix o Twitch en la plataforma, que de la misma forma que nos dejó de pasta de boniato con la confirmación de la compatibilidad con Xbox One, se limita a crear un salón virtual con un pantallote colgado en la pared en vez de intentar aprovechar ideas como la de la creación de los vídeos de 360º que, al menos por ahora, Facebook cede a sus usuarios.

Un acuerdo con cara y ojos sería aprovechar la pasta invertida por los mecenas y todas las inversiones externas que han venido detrás (incluida la compra de Zuckerberg) para que la próxima serie de Netflix o superproducción de la FOX estuviese creada con un sistema de vídeo similar.

Que la alternativa propuesta sea tener un salón low poly en el que si giras la cabeza tienes una lámpara junto al brazo del sofá sirve de bien poco para convencer a la gente de un gasto que, parémonos ahí otro rato, es a todas luces un laberinto de propuestas que inevitablemente causa cierta confusión.

Un secretismo preocupante

De los 99 dólares del cacharro de Samsung apoyado en la potencia de los smartphones saltamos a los 275 dólares que costaba el kit de desarrollo en Kickstarter y, de ahí, a los casi 1.000 billetes que costarán los ordenadores compatibles que llevarán el sello de Oculus para remarcar que gastándote esa morterada sí vas a poder disfrutar de la tecnología en condiciones.

No sé, me parece un poco raro que la amalgama de precios sea tan dispar, y eso sin contar el posible precio de PlayStation VR, ya que lo que parecen decirnos con ello es que o uno no está a la altura o con el otro se han pasado tres pueblos. Que aún a día de hoy sigamos sin conocer el precio o la fecha de lanzamiento del cacharro es bastante de traca y, en definitiva, le augura un comienzo desconcertante a una tecnología que, en teoría, está ya a la vuelta de la esquina como para seguir guardando tantos secretos.

El bajón de centrarse en esta estrategia de contenidos y verdades a medias, además de tener que lidiar con una nueva versión de 'Surgeon Simulator' o el citado 'Minecraft' como si la realidad virtual hiciese de los fenómenos de YouTube mejores juegos, son precisamente los miedos que destacábamos cuando nos enteramos de la compra de Facebook.

Porque oigan, señores de Oculus y derivados, creo que los dos millones y medio de dólares (de una meta de 250.000 dólares) que recibisteis de miles de jugadores se entregaron con otra idea y otro futuro en la cabeza. Puede que la tecnología que tiene Oculus entre manos sea la bomba, y doy fe de ello que lo es, pero si no hay mecha ni mechero con la que llevarla al boom que todos esperábamos, de nada sirve gastarse el dinero en ella.

Esto no es suficiente para sobrevivir a una mera moda y ahora tengo la sensación de que el mundo del videojuego y la promesa de esta tecnología con el sector sólo ha sido el trampolín para acercarse a algo más que nada tiene que ver con el sueño inicial. La sensación que me queda tras la presentación de ayer es que los jugadores hemos financiado el futuro del cine y lo que quedará para nosotros serán sólo las migajas.

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