Retroanálisis de Bust-A-Move 2, la pasión por explotar burbujas no entiende de edades

Retroanálisis de Bust-A-Move 2, la pasión por explotar burbujas no entiende de edades

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Bust-A-Move 2

La legendaria Taito Corporation nos ha brindado más de un clásico atemporal en sus casi 50 años de historia, como la saga Bubble Bobble y todo el universo que le rodea, como Rainbow Islands.

De ahí, el spin-off a modo de rompecabezas con espíritu arcade Puzzle Bobble (también conocido como Bust-A-Move, según el terrirorio), es sin lugar a dudas el más famoso y original. Motivo por el que ahora nos apetece rememorar el gran Bust-A-Move 2 que se adaptó a consolas en 1996.

Esto eran burbujas y no las del cava

Bust-A-Move 2

Ocho años después de dejar su sello con el original Bubble Bobble, del que surgieron toda una retahíla de clones, Taito nos sorprendía con ese giro a modo de puzle para competir con el mismísimo Tetris. Clásico que, para no poca gente, logró superar a esa joya de Alexey Pajitnov de 1984.

Siguiendo el concepto de otros juegos del mismo estilo, como los Puyo Puyo de Compile, surgidos en 1991, en Bust-A-Move teníamos que explotar burbujas agolpando, al menos, tres del mismo color. La gracia, eso sí, venía de todas esas burbujas que estaban colgando y que podían caer como consecuencia de esa primera explosión. Y la fiesta ya estaba montada.

El primer Puzze Bobble fue un éxito total y su secuela, la que nos sitúa, no se hizo esperar, ampliando los modos de juego con uno de historia que enfrentaba al dragoncito Bub contra diversos personajes controlados por la máquina y de dificultad creciente, tanto por su habilidad como por la colocación inicial de las burbujas en cada fase. Era francamente divertido.

A esto había que sumarle un rediseño para el modo Puzle, con distintas rutas a escoger, como si de un OutRun se tratase: de inicio escogíamos entre la ruta A o la B. Después se bifurcaban en C, D y E, y así sucesivamente. La gracia es que en Bust-A-Move 2 la rejugabilidad era más palpable en solitario, hasta el punto de pasarlo muy bien en cada uno de sus retos. Y tampoco faltó un modo Time Attack para luchar contra el crono.

Bust-A-Move 2 no tiene (casi) rival en compañía

Bust-A-Move 2

Por mucho que se incrementasen los alicientes (y modos) para un jugador, también para mejorar nuestra técnica afinando al máximo cada tiro controlando, incluso, los rebotes, el mayor atractivo de esta saga es su modo Versus contra otra persona y esta secuela no fue la excepción.

Pocos juegos en su estilo pueden toserle a Bust-A-Move 2 en cuanto a pique entre colegas se refiere. Además, ¿quién no ha echado alguna monedita en los recreativos? Taito creó el destroza-amistades perfecto. Y a la vez, un juego muy propenso a conocer a más gente en esos salones. Porque a los Puzzle Bobble juega todo el mundo, es universal. Todos son muy accesibles.

Otro tema es llegar a dominarlos, principalmente por la arriesgada técnica de rebotar las burbujas para alcanzar las zonas superiores cuando se junta mucho obstáculo de por medio. Pero ahí también radicaba su gracia: en forzarnos a ser mejores y a hacer los movimientos más rápidos que el rival, de lo contrario nos podría preparar un buen amasijo de burbujas en contra.

Por desgracia, la saga ha pegado un parón importante de muchos años en sistemas de sobremesa, siendo su mercado actual el de los móviles. Al menos están las conversiones de las recreativas de los dos primeros por medio de la línea de clásicos ACA NEOGEO. Pero es una pena que no haya nada nuevo.

¿Ha aguantado bien el paso del tiempo?

Sí, totalmente. Sigue siendo un verdadero vicio incluso aunque tengamos que jugarlo en solitario. Aunque todo el mundo sabe que Bust-A-Move 2 es rabiosamente adictivo cuando se juega contra otra persona. No puede faltar en la vida de nadie. Porque las burbujas de Taito son pura alegría.

Imprescindible

Bust-A-Move 2

Bust-A-Move 2

Plataformas Arcade, PlayStation (versión analizada), Saturn, PC y Nintendo 64
Multijugador Sí, local (hasta dos jugadores)
Desarrollador Taito
Compañía Acclaim
Lanzamiento 1995 (Arcade) | 1996 (PlayStation y Saturn)
Precio No disponible

Lo mejor

  • Los piques a dobles son antológicos
  • El modo Puzle tenía mucha miga en fases avanzadas
  • El modo Historia contra la máquina era muy simpático
  • Lo adorable que resulta su estética

Lo peor

  • Las horripilantes carátulas, en especial la de EEUU
  • No contar con un editor de fases (llegó en Bust-A-Move 3)

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