'Fire Emblem: Shadow Dragon'. Análisis

'Fire Emblem: Shadow Dragon'. Análisis
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El remake del título que dió origen a una de las sagas más prolíficas de Nintendo y de la que hasta hace muy pocos años no pudimos disfrutar de algunas de sus entregas en nuestro país. Ahora es algo por suerte muy habitual, y lo mejor es que nos están llegando en castellano. Como es lógico, este 'Fire Emblem: Shadow of Dragon' no es una excepción.

Dicho título es el primero en debutar en la DS, una consola muy agradecida para el género de los tactic-rpg. Su doble pantalla le brinda comodidad para mostrar diversas estadísticas sobre el terreno donde se libra cada batalla, muy destacable en este aspecto, ya que es uno de los juegos que mejor la aprovecha en este sentido.

La duda es saber si el resto de los apartados cumple al mismo nivel. Pues sí y no. Ahora os lo explico.

De sobras es conocida mi pasión por esta clase de títulos, y por este motivo no es de extrañar que esta creación de Intelligent Systems estuviese entre mis prioridades del año. El problema viene de su propia naturaleza, un remake de un juego que debutó en la Famicom en 1990. Pero no lo digo por su aspecto técnico, si no por lo poco avanzado que estaba en su estreno de cara a las clases disponibles.

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Acostumbrados como estamos a las últimas entregas de Gameboy Advance y Wii, con gran número de clases a elegir, sorprende lo limitadísimas que están en 'Fire Emblem: Shadow of Dragon'. Cada unidad solo puede promocionar a una determinada clase: Paladín, General, Caballero Dragón, Campeón, Espadachín, Guerrero, Bárbaro, Tirador, Jinete Arquero, Obispo, Sabio y Hechicero. Atrás quedaron las dos opciones disponibles, por ejemplo, Asesino, Jinete Pesado, Pícaro, Valkyria, Jinete Mago, Invocador, Auriga (o jinete pegaso, aunque en este caso parece que por medio de un objeto oculto del modo WiFi se puede desbloquear), Druida o Invocador, por nombrar tan solo unos pocos.

En el caso de este 'Shadow Dragon' contaremos con dos clases que no había visto en todos los 'Fire Emblem' que jugué: Artillero y Camaleón. Ambas de poco agrado para mi, y que al igual que el Lord, Ladrón y Manakete, no promocionarán, si no que podrán alcanzar el nivel 30 y ése será su tope. Y ésto, unido al excesivo número de personajes que podremos reclutar (pero exageradísimo, incluso he llegado a prescindir de dos o tres porque ya estaba harto de la típica escena de diálogo para reclutarlo), junto con que no tendremos conversaciones de apoyo (no me extraña, con la inmensa lista de personajes) son algunos detalles con los que no contaba y que me han decepcionado bastante. Es que, de hecho, en la aventura (que podréis terminar en menos de 30 horas) he llegado a utilizar una media de 12 personajes por batalla, prescindiendo de los dos o tres adicionales que nos ofrecía la partida, pero es que no los necesitaba.

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Al igual que pasó con el último 'Fire Emblem' que salió para la Wii, podremos guardar la partida en medio de un combate sin necesidad de "Interrumpirla". Algo de agradecer, porque algunas batallas se pueden alargar bastante, y de esta forma tendremos un seguro de vida de cara a los coliseos, de auténtica necesidad si queremos promocionar a nuestras unidades de la forma más rápida y segura. Aparte que por duplicado, ya que por una parte está la unidad que apuesta, y por la otra la encargada de curarlo una vez termine el combate (o combates).

Por el resto, la mecánica es exactamente la misma que la de todos los títulos de la saga. La espada vence al hacha, ésta última a su vez es superior frente a la lanza, y para terminar la que queda es superior a la primera citada. Una regla que deberemos memorizar (si no lo hemos hecho ya a lo largo de estos años) y que nos salvará de más de un apuro. Además, recordad que si una unidad muere, muere de verdad. Aunque en el penúltimo capítulo encontraremos un bastón especial para revivir a una sola unidad (por suerte no he tenido que reiniciar ni un solo combate, y por descontado no me ha muerto nadie en el campo de batalla).

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La historia, a su vez, es la misma de siempre. Tenemos a un lord, en este caso Marth, que acompañado de un paladín (de los peores que haya visto, lo usé en las primeros mapas y luego lo mandé a tomar viento fresco como reserva) va reclutando más y más gente para derrotar al malo de turno (un Manakete con muy mala leche) en una misión que ha sido de las más difíciles que recuerde y de la que salí vivo sorprendentemente a la primera. Y digo sorprendentemente porque es la típica misión que nos la plantean de una forma y a los pocos turnos nos sorprenden con situaciones inesperadas (que si te cierro unas puertas y te acribillo con la artillería, que si te saco unidades promocionadas de este sitio que no te esperas...) para intentar acabar con nuestra paciencia. Lo malo es que misiones así hubo muy pocas, siendo un verdadero paseo el finalizar toda la aventura.

Lo gracioso es que a pesar de ser una mecánica trillada hasta el extremo, resulta de lo más divertida, aunque a esta entrega le falla mucho la rejugabilidad. Tenemos de inicio dos niveles de dificultad a elegir (normal y difícil, obviando el segundo los capítulos del prólogo), y por otro lado el modo online, que por desgracia no pude probar porque no conozco a nadie que tenga el juego, en el que podremos escoger unos pocos mapas, a modo de escaramuza, escogiendo cinco unidades (tal y como pasó en 'The Sacred Stones', pero sin estar fijas) que se podrán desplazar libremente por todo el mapeado, con sus árboles para aumentar la capacidad de evasión, o los fuertes, que nos ofrecerán protección adicional y nos curarán cada turno. A su vez, tendremos una tienda especial en este modo en la que podremos conseguir algunos objetos exclusivos.

El problema es que quitando esto, no hay más motivos para seguir jugando, ya que los extras son muy pobres (escuchar la banda sonora y ver las escenas de toda la aventura), sin ningún modo libre para seguir deambulando por el mapeado, o alguna torre infestada de monstruos para seguir subiendo de nivel. Aún así, como digo, es un gran juego, pero que a mi parecer está muy por debajo del que sigue siendo mi favorito (a falta de probar los que no llegaron a nuestras fronteras y de los que podemos encontrar parches en inglés), 'The Sacred Stones'.

Ficha Técnica: Fire Emblem: Shadow Dragon

El remake del título que dió origen a una de las sagas más prolíficas de Nintendo y de la que hasta hace muy pocos años no pudimos disfrutar de algunas de sus entregas en nuestro país. Ahora es algo por suerte muy habitual, y lo mejor es que nos están llegando en castellano. Como es lógico, este 'Fire Emblem: Shadow of Dragon' no es una excepción.

Dicho título es el primero en debutar en la DS, una consola muy agradecida para el género de los tactic-rpg. Su doble pantalla le brinda comodidad para mostrar diversas estadísticas sobre el terreno donde se libra cada batalla, muy destacable en este aspecto, ya que es uno de los juegos que mejor la aprovecha en este sentido.

La duda es saber si el resto de los apartados cumple al mismo nivel. Pues sí y no. Ahora os lo explico.

De sobras es conocida mi pasión por esta clase de títulos, y por este motivo no es de extrañar que esta creación de Intelligent Systems estuviese entre mis prioridades del año. El problema viene de su propia naturaleza, un remake de un juego que debutó en la Famicom en 1990. Pero no lo digo por su aspecto técnico, si no por lo poco avanzado que estaba en su estreno de cara a las clases disponibles.

Fire Emblem: Shadow Dragon

Acostumbrados como estamos a las últimas entregas de Gameboy Advance y Wii, con gran número de clases a elegir, sorprende lo limitadísimas que están en 'Fire Emblem: Shadow of Dragon'. Cada unidad solo puede promocionar a una determinada clase: Paladín, General, Caballero Dragón, Campeón, Espadachín, Guerrero, Bárbaro, Tirador, Jinete Arquero, Obispo, Sabio y Hechicero. Atrás quedaron las dos opciones disponibles, por ejemplo, Asesino, Jinete Pesado, Pícaro, Valkyria, Jinete Mago, Invocador, Auriga (o jinete pegaso, aunque en este caso parece que por medio de un objeto oculto del modo WiFi se puede desbloquear), Druida o Invocador, por nombrar tan solo unos pocos.

En el caso de este 'Shadow Dragon' contaremos con dos clases que no había visto en todos los 'Fire Emblem' que jugué: Artillero y Camaleón. Ambas de poco agrado para mi, y que al igual que el Lord, Ladrón y Manakete, no promocionarán, si no que podrán alcanzar el nivel 30 y ése será su tope. Y ésto, unido al excesivo número de personajes que podremos reclutar (pero exageradísimo, incluso he llegado a prescindir de dos o tres porque ya estaba harto de la típica escena de diálogo para reclutarlo), junto con que no tendremos conversaciones de apoyo (no me extraña, con la inmensa lista de personajes) son algunos detalles con los que no contaba y que me han decepcionado bastante. Es que, de hecho, en la aventura (que podréis terminar en menos de 30 horas) he llegado a utilizar una media de 12 personajes por batalla, prescindiendo de los dos o tres adicionales que nos ofrecía la partida, pero es que no los necesitaba.

Fire Emblem: Shadow Dragon

Al igual que pasó con el último 'Fire Emblem' que salió para la Wii, podremos guardar la partida en medio de un combate sin necesidad de "Interrumpirla". Algo de agradecer, porque algunas batallas se pueden alargar bastante, y de esta forma tendremos un seguro de vida de cara a los coliseos, de auténtica necesidad si queremos promocionar a nuestras unidades de la forma más rápida y segura. Aparte que por duplicado, ya que por una parte está la unidad que apuesta, y por la otra la encargada de curarlo una vez termine el combate (o combates).

Por el resto, la mecánica es exactamente la misma que la de todos los títulos de la saga. La espada vence al hacha, ésta última a su vez es superior frente a la lanza, y para terminar la que queda es superior a la primera citada. Una regla que deberemos memorizar (si no lo hemos hecho ya a lo largo de estos años) y que nos salvará de más de un apuro. Además, recordad que si una unidad muere, muere de verdad. Aunque en el penúltimo capítulo encontraremos un bastón especial para revivir a una sola unidad (por suerte no he tenido que reiniciar ni un solo combate, y por descontado no me ha muerto nadie en el campo de batalla).

Fire Emblem: Shadow Dragon

La historia, a su vez, es la misma de siempre. Tenemos a un lord, en este caso Marth, que acompañado de un paladín (de los peores que haya visto, lo usé en las primeros mapas y luego lo mandé a tomar viento fresco como reserva) va reclutando más y más gente para derrotar al malo de turno (un Manakete con muy mala leche) en una misión que ha sido de las más difíciles que recuerde y de la que salí vivo sorprendentemente a la primera. Y digo sorprendentemente porque es la típica misión que nos la plantean de una forma y a los pocos turnos nos sorprenden con situaciones inesperadas (que si te cierro unas puertas y te acribillo con la artillería, que si te saco unidades promocionadas de este sitio que no te esperas...) para intentar acabar con nuestra paciencia. Lo malo es que misiones así hubo muy pocas, siendo un verdadero paseo el finalizar toda la aventura.

Lo gracioso es que a pesar de ser una mecánica trillada hasta el extremo, resulta de lo más divertida, aunque a esta entrega le falla mucho la rejugabilidad. Tenemos de inicio dos niveles de dificultad a elegir (normal y difícil, obviando el segundo los capítulos del prólogo), y por otro lado el modo online, que por desgracia no pude probar porque no conozco a nadie que tenga el juego, en el que podremos escoger unos pocos mapas, a modo de escaramuza, escogiendo cinco unidades (tal y como pasó en 'The Sacred Stones', pero sin estar fijas) que se podrán desplazar libremente por todo el mapeado, con sus árboles para aumentar la capacidad de evasión, o los fuertes, que nos ofrecerán protección adicional y nos curarán cada turno. A su vez, tendremos una tienda especial en este modo en la que podremos conseguir algunos objetos exclusivos.

El problema es que quitando esto, no hay más motivos para seguir jugando, ya que los extras son muy pobres (escuchar la banda sonora y ver las escenas de toda la aventura), sin ningún modo libre para seguir deambulando por el mapeado, o alguna torre infestada de monstruos para seguir subiendo de nivel. Aún así, como digo, es un gran juego, pero que a mi parecer está muy por debajo del que sigue siendo mi favorito (a falta de probar los que no llegaron a nuestras fronteras y de los que podemos encontrar parches en inglés), 'The Sacred Stones'.

Fire Emblem: Shadow Dragon

Ficha Técnica: Fire Emblem: Shadow Dragon

Fire Emblem: Shadow Dragon
  • Plataformas: DS
  • Distribuidor: Nintendo
  • Estudio: Intelligent Systems
  • Lanzamiento: Ya disponible
  • Precio: 39,95€
Fire Emblem: Shadow Dragon
  • Plataformas: DS

  • Distribuidor: Nintendo

  • Estudio: Intelligent Systems

  • Lanzamiento: Ya disponible

  • Precio: 39,95?

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