Las turbulencias que ha estado atravesando Activision Blizzard en los últimos dos años han sido enormes. La compañía capitaneada por Bobby Kotick está afrontando la mayor venta en la historia de los videojuegos, al mismo tiempo que lidia con sus graves problemas relacionados con el acoso entre la plantilla. Sobre este último punto se ha referido el mandamás en una entrevista concedida a Variety.
La Comisión de Igualdad de Oportunidades en el Empleo (EEOC), la Comisión de Bolsa y Valores (SEC) y el Departamento de Derechos Civiles de California (DFEH) son algunos de los organismos que han estado implicados en un proceso con muchas aristas. Recordemos que todo comenzó a raíz de una denuncia de la DFEH en 2021 alegando que el acoso sexual era constante hacia las empleadas y que la empresa no tomó las medidas adecuadas para poner fin a dicho comportamiento.
A su vez, se puso de manifiesto que Activision Blizzard favorecía laboralmente a los hombres frente a las mujeres, englobándolo en una actitud sexista imperante. Si bien la empresa llegó a un acuerdo con las víctimas por valor de 18 millones de dólares y otro con la EEOC, lo cierto es que la compañía decidió el año pasado ir de frente contra la DFEH por fallos éticos en su investigación e interferir en los acuerdos conseguidos.
Kotick no se ha librado de los dedos acusatorios. Él mismo estuvo en la diana al desvelarse un caso de acoso que protagonizó, lo cual no le ha impedido mantenerse al frente de Activision Blizzard. Con todo, en sus comunicados ha mostrado rechazo hacia todas estas situaciones.
"Hemos abordado todas las formas posibles de investigación. Y nunca tuvimos un problema sistémico con el acoso. No teníamos ninguna de las interpretaciones erróneas divulgadas en los medios. Pero lo que sí teníamos era un movimiento laboral muy agresivo que trabajaba duro para tratar de desestabilizar la empresa"
Bajo esa perspectiva, el CEO revela que están preparando un informe con gran cantidad de datos derivados de la investigación realizada por la EEOC y que desmentirán la imagen distorsionada de Activision Blizzard. Según su opinión, es muy baja la cantidad de denuncias de acoso y agresión para una empresa que cuenta con 17.000 empleados en todo el mundo. Por otro lado, también debe abordar la cuestión relacionada con los movimientos sindicales internos.
La Junta de Relaciones Laborales (CWA) ha sindicado con éxito a los miembros de Raven Software, al mismo tiempo que desde Game Workers Alliance, con apoyo de la CWA, se ha hecho lo propio con los trabajadores de Activision Albany. "Durante los últimos meses, trabajamos de manera cuidadosa y productiva con CWA y hemos entablado un diálogo que será beneficioso para nuestra gente, el sindicato y la empresa", aclara Kotick, que no tiene dudas de que estas asociaciones están influyendo en las investigaciones estatales y federales sobre el acoso.
"No estaría sentado aquí hablando contigo si algo de lo que lees en la narrativa incendiaria fuera verdad. Ningún consejo de administración de una empresa va a permitir que el director ejecutivo de una empresa siga dirigiendo la empresa si esas cosas fueran veraces"
Eso sí, el responsable también asegura que ha recibido muchos insultos y amenazas. "El odio se ha convertido en mucho antisemitismo. Cuando miras imágenes mías en Internet, hay estos matices antisemitas. Mis hijos han recibido amenazas de muerte", aclara Kotick.
Y 29 casos de acosos se confirman
Al mismo tiempo que las palabras de Kotick han sido publicadas, la propia Activision Blizzard ha desvelado un informe de transparencia en el que revelan que se notificaron 114 casos de acoso, discriminación o mala conducta entre los empleados en 2022. De ellos, 29 pudieron ser corroborados, tomando medidas sancionadoras a causa de estos incidentes.
"Incluso un caso de acoso, discriminación o represalia es demasiado. Tenemos procedimientos sólidos para resolver las inquietudes en el lugar de trabajo de manera neutral y justa y para tomar las medidas correctivas adecuadas", explican desde la empresa. La aparición de tantos casos es achacado a un escrutinio más exhaustivo entre la plantilla, lo cual se ha de interpretar como "señal de una cultura de denuncia saludable".
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