Cómo un problema matemático de 1850 terminó disfrazado de Harry Potter (y ha evolucionado hasta algo tan divertido como Dobble Connect)

Cómo un problema matemático de 1850 terminó disfrazado de Harry Potter (y ha evolucionado hasta algo tan divertido como Dobble Connect)

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Con una idea tan simple como efectiva, Dobble se ha convertido en una de las franquicias más reconocibles del panorama de juegos de mesa. Es raro que, si en una casa con niños hay una estantería dedicada a los juegos, no haya en ella una copia de las múltiples versiones de esta ya mítica propuesta.

Los hay de DC, de los Minions, de Pixar, de princesas Disney… Vamos, que ya lo tienen hecho a poco que vayan aprovechando franquicias, y sin embargo en Dobble Connect tiran de ingenio para ir un paso más allá con una propuesta que, pese a ser en esencia la misma, se juega completamente distinto.

La siempre sorprendente brujería detrás de las matemáticas

Quince alumnas salen formadas de tres en tres durante siete días seguidos. ¿Cómo lo harías para que al terminar la semana, ninguna de ellas haya repetido compañera? El problema matemático planteado por Thomas Kirkman en 1850 es a día de hoy la base para un juego soberbio.

La fórmula matemática que lo sustenta, que daría para un texto propio y probablemente sea un hueso demasiado duro de roer para una calurosa noche de julio, fue lo que casi 100 años después animó al francés Jacques Cottereau a crear un juego basado en ello.

Su idea, la base que luego usaría Denis Blanchot para dar forma a Dobble y lanzar su primera edición en 2009, partía de un juego de 31 cartas en el que cada una de ellas tendría seis imágenes de insectos. La gracia estaba en que cada carta compartiría un mismo insecto con cualquier otra carta.

Con más símbolos y más cartas, esa es precisamente la base de Dobble, una suerte de magia matemática en la que, con una carta sobre la mesa, tu objetivo es dar con el símbolo que se repite antes que el contrario y colocar tu carta encima. Nunca dejará de sorprenderme la brujería que hay detrás del concepto cada vez que sacas una nueva carta y hay un símbolo repetido.

Llevar la magia un paso más allá con Dobble Connect

Con esa misma idea en mente, las 55 cartas y 50 símbolos distintos de Dobble Connect va un paso más allá para convertir lo que ya era una idea redonda que necesitaba pocas fantasías en algo aún más recomendable. Si eres de los que pensaba que Dobble estaba más enfocado a niños que a adultos por la simpleza de su idea, esta vuelta de tuerca te interesa especialmente.

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Lo que hasta ahora era un competitivo bastante individual en el que colocar una carta con símbolo repetido sobre otra antes que el resto, aquí se modifica en un juego por equipos en el que formar líneas de cuatro cartas para llevarte la victoria.

No hay turnos, por lo que cada jugador irá gritando símbolos repetidos y colocando cartas tan rápido como pueda no sólo centrados en crear su propia línea, sino también en cerrar los avances del resto de equipos que se sienten a la mesa.

El giro de Dobble Connect, que sigue siendo apto para jugar con críos pero se vuelve más complejo y frenético cuando hay adultos de por medio, me ha parecido una de esas propuestas divertidísimas que harán las delicias de quienes os vayáis en grupo estas vacaciones y necesitéis algo rápido y sin mucha preparación para jugar.

Zygomatic - Dobble Connect - Juego de Cartas en Español

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