El 2023 ha sido muy especial para League of Legends por todas las novedades que ha ido introduciendo Riot Games a lo largo de estos meses, aunque de cara al 2024 también tiene preparadas unas cuantas sorpresas muy importantes. Una de las mejores que nos ha dejado este año ha sido la llegada del modo Arena, lo que le otorgó al MOBA un soplo de aire fresco muy necesario.
Este modo de juego temporal fue recibido de manera asombrosa por parte de la comunidad. Los usuarios no pararon de disputar partidas sin cesar y se quedaron con ganas de seguir jugando más y más. Es por ello que la compañía escuchó la oleada de peticiones que solicitaban su regreso, de ahí que se haya vuelto a incluir temporalmente en las últimas semanas.
No obstante, Riot Games era consciente de que el modo Arena no era perfecto, de ahí que considerase que era necesario introducir cambios y otros añadidos completamente nuevos. Sin embargo, algunos han resultado ser todo un acierto, pero otros no han podido evitar que siga fallando en los mismos aspectos tan negativos.
Las novedades tan necesarias
Durante estos meses el equipo detrás de League of Legends ha estado revisando y estudiando los comentarios y propuestas que iba dejando la comunidad para hacer que este modo resultase más atractivo todavía. Principalmente, su objetivo era el de optimizar varios apartados: el poder jugar con más amigos, ajustar a determinados campeones y la jugabilidad de las distintas rondas.
Algunos de estos pilares fueron criticados en la versión anterior, de ahí que Riot Games quisiera centrarse en ellos para optimizarlos aún más y en parte hay que reconocer que lo ha conseguido. Antes solo se podían juntar dos amigos para jugar juntos, nada más, pero ahora en una misma partida pueden llegar a participar ocho personas que se conozcan, en cuyo caso pasará a convertirse en una batalla privada, mientras que el dejar cualquier hueco libre permite que se una al grupo otra persona aleatoria.
Aun así, este detalle no es tan importante como, por ejemplo, los cambios que se han realizado en el propio campo de batalla. Ahora ofrece una mayor movilidad gracias a los hexportales, como los que aparecen en ARAM, ya que cada dos de ellos están situados en cada punta del mapa para que así resulte más fácil huir de los contrincantes en el caso de que haya que poner pies en polvorosa, lo que sin duda agradecen aquellos campeones que cuenten con una peor movilidad.
Además, para que no les atrapen al perseguirlos, los portales disponen de un tiempo de enfriamiento para que no se puedan usar hasta transcurridos unos segundos. Por otro lado, para que las batallas no se alarguen eternamente, el anillo de fuego sigue estando presente como en los Battle Royale, pero ahora el punto central donde acaba es completamente aleatorio, para así garantizar también que nadie se ponga a campear en un mismo lugar y estén obligados a moverse.
Después de jugar un buen puñado de partidas agradezco profundamente estas novedades, pero si tuviera que elegir una en concreto sería la de la resurrección. Cuando jugué con un amigo al modo Arena a veces sentíamos que la partida estaba completamente perdida en cuanto uno de los dos moría, pero ahora los cadáveres dejan debajo de ellos un círculo sobre el que hay que posicionarse durante varios segundos para que así renazca, pudiendo hacerlo una vez por persona y por ronda.
Desde luego este añadido es bestial y el mejor de todos para que así las partidas puedan estar más reñidas, porque en algunas parecía que era imposible ganar en un 2vs1, pero al resucitar a mi compañero la balanza se inclinaba a nuestro favor, dejando claro que no todo está perdido hasta que ambos acaban siendo derrotados.
Por lo demás, también se han implementado nuevos poderes para hacer las combinaciones más variadas. Entre ellos hay algunos muy divertidos, como un rayo que une a ambos compañeros dañando todo a su paso, otro con el que puedes resucitar hasta tres veces volviéndote cada vez más pequeño, también otro con el que disparas una especie de misiles constantemente y no faltan los que recargan a toda velocidad las habilidades. En resumidas cuentas, algunos son tremendamente útiles, aunque eso no quita que haya otros que lo normal es ignorarlos por completo.
Los cambios que necesitan una revisión enorme
Precisamente, el hecho de que todavía existan algunos aumentos que ni fu ni fa, es lo que provoca a veces que las partidas no están demasiado equilibradas. Es obvio que no todos los poderes que pueden aparecer entre rondas pueden ser excelentes, porque si no, no tendría ninguna gracia. Además, es una forma de probar combinaciones diferentes con un mismo personaje, pero a veces, entre los tres que te dan a elegir, suele haber uno o varios que resulta inevitable rechazarlos porque no son muy útiles con determinados campeones.
Dicho esto, el factor de aleatoriedad era uno de los principales puntos negativos del modo Arena y, lamentablemente, no se ha corregido. De hecho, me atrevería a decir que incluso ha empeorado más todavía. Aparte de por el tema de los aumentos, que tienen un gran impacto en los acontecimientos de las partidas, también por los llamados Cameos. Estos son participaciones de campeones controlados por la inteligencia artificial que están en el campo de batalla simplemente para incordiar.
Se supone que estos deberían ser imparciales y al menos en uno de ellos sí que he notado el cambio, como el hecho de que Pyke ahora ataca una vez a cada equipo en vez de hacerlo aleatoriamente. No obstante, con Sylas, una de las nuevas incorporaciones, no parece aplicarse este caso. Su poder implica que cada uno de los jugadores reciba aleatoriamente una habilidad definitiva de alguno de los campeones existentes. No de los más de 160 existentes, sino de una selección más reducida.
Aquí volvemos nuevamente al fastidioso factor de aleatoriedad, porque no todas las habilidades definitivas son igual de buenas. Es un hecho irrefutable, porque no es igual de efectivo pegar la patada de Lee Sin que hacer que los oponentes se maten entre ellos con las pociones de Renata Glasc, por poner un par de ejemplos. Así pasa que cuando he jugado una ronda en la que Sylas era el Cameo se ha decidido quién ganaba por las habilidades definitivas en lugar de por las manos de los jugadores.
Entiendo que la gracia de este juego es el hecho de no saber a veces qué va a pasar o cómo ciertos factores pueden alterar los acontecimientos. Aun así, considero que las habilidades al teclado y al ratón de cada uno deberían predominar por encima de cualquier otra cosa, porque no es agradable perder sabiendo que se ha debido a la suerte y no a que hayas jugado mal.
Asimismo, cuando Riot Games presentó el regreso del modo Arena, aseguró que se habían esforzado en que determinados campeones no estuvieran tan rotos, dado que había muchos que nunca o casi nunca se elegían. Pues bien, parece que no ha funcionado muy bien, porque al principio de cada partida, durante la fase de bloqueo de campeones, siempre suelo ver las mismas caras. De manera similar, en la fase de selección de personajes, hay algunos que suelen estar presentes en la mayoría de las ocasiones.
En este sentido, no he visto a tres cuartas partes de los campeones que existen ni una sola vez. Por un lado se puede entender que hacer que el modo esté equilibrado para todos es una locura, pero de ahí a que suelan aparecer los mismos casi siempre, va un trecho. Por esa misma razón, a menudo no tengo más remedio que jugar con los mismos personajes, porque muchos de mis favoritos no son adecuados para este modo, ya sea por su movilidad, sus habilidades o porque no son adecuados en determinados escenarios.
Por todo ello, en un principio agradecí el regreso de Arena porque en verano me lo pasé en grande jugando infinidad de partidas y pensaba que con las mejoras introducidas la cosa iría a mejor, algo que en parte es cierto porque hay novedades muy interesantes que demuestran que Riot Games está haciendo bien los deberes. Sin embargo, eso no quita que todavía tenga mucho trabajo por delante para que desee que este modo temporal vuelva en unos meses. Sinceramente, prefiero que se le dé un buen descanso con tal de que cuando se introduzca de nuevo sea porque se han corregido sus graves defectos.
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