En nuestra difícil pero siempre agradecida tarea de recomendaros nuevos juegos a los que darle una oportunidad, hoy nos asomamos a una de las últimas joyitas ocultas de Game Pass que bien os puede apañar un fin de semana en PC y Xbox: el simpático juego de estrategia y gestión de Let’s Build a Zoo.
El pasado verano, después de tenerlo en mi lista de deseados de Steam durante eones y aprovechando el lanzamiento de su expansión de dinosaurios, Let’s Build a Zoo: Dinosaur Island, caí irremediablemente en una oferta con el juego base y el DLC para darle por fin una oportunidad.
Me flipan los juegos de gestión, y si hay animalicos de por medio aún más, pero la idea de saltar de Planet Zoo a algo aparentemente más simple no me acababa de animar a dar el paso. Y que el juego tuviese una estética pixelada en la que los animales podrían brillar poco tampoco era santo de mi devoción.
La sorpresa fue cruzarme con un juego que, pese a tener una superficie muy simplota, explota muchísimo la idea de convertir el zoo en una suerte de parque de atracciones y no se olvida de todo lo relativo a la mejora y ampliación de los habitats de los animales.
El girito para intentar diferenciarse de los chopocientos juegos similares que puedes encontrar por ahí está en las mezclas de ADN, que terminarán ofreciéndote animales rarísimos como el Jirafante hasta convertir las 500 especies básicas disponibles en una colección de cientos de miles de animales distintos. Vale la pena echarle un ojo.
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