Jugadores de Cyberpunk 2077, no estáis solos: yo también odio a la escoria de los Hijos del Vudú

Jugadores de Cyberpunk 2077, no estáis solos: yo también odio a la escoria de los Hijos del Vudú

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Cyberpunk 2077

Mi posición en Cyberpunk 2077 es sencilla: mientras no te metas conmigo, no eres mi enemigo. Un planteamiento que tengo claro desde que comencé mi aventura en Night City y he mantenido a raya en todo momento, pues en cuanto vea que hay un atisbo de duda, apuñalo por la espalda. Sin embargo, el que tiene ahora la herida sangrando soy yo.

Me he topado con los Hijos del Vudú, unos auténticos capullos que no solo me han hecho una jugarreta detestable, sino que han hecho lo propio con prácticamente cualquiera que haya probado el RPG de CD Projekt RED. Lo que debía ser un trabajo sencillo terminó convirtiéndose una decisión a cara o cruz que me ha salido rematadamente mal.

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Proscritos futuristas

Mis pesquisas para averiguar quién era el contacto de Evelyn terminan con el rescate de la cabecilla del Lizzie's del tugurio en el que la han metido los de Clouds. La verdad, no sé qué clase de ayuda me ofrece Judy, porque mi tarea es asegurarme de no nos vean y no pegar ni un solo tiro. Demuestro mi maestría con el sigilo y me topo con una Evelyn que es prácticamente un cadáver, así que la llevamos de vuelta a su casa. Tras un par de hackeos aquí y allá, consigo explorar sus recuerdos para averiguar que quien quiera que fuese la persona con la que acordó recuperar el Relic, pertenece a Pacífica.

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Casi ni me despido de Judy al salir del apartamento y cierro el capítulo con ellas; para mí ya no existen. El señor Hands me consigue un trabajo con los llamados Hijos del Vudú y, si lo cumplo, tendré una audiencia con Brigitte, su líder. Accedo, pues no me queda otra, y para cuando llego a la región comienzo a entender la fama del lugar. Pacífica es un pozo de pobreza extrema, chabolas que se caen a pedazos y un dominio imponente de la violencia por cada esquina. Normal que las corporaciones quieran arrasar con todo para apoderarse de la zona.

En plena búsqueda de Brigitte entro en la iglesia en la que Evelyn se reunió con ella y es entonces cuando comienzo a alucinar. Están celebrando alguna clase de ritual con luces cyberpunk, han monetizado el confesionador de la iglesia -seis edis por expiar tus pecados- y no quepo en mí del asombro. Placide es el próximo contacto al que tengo que acercarme y me lo encuentro en una carnicería que haría explotar todas las alarmas del Ministerio de Sanidad. Que me introduzca un programa para poder ver y oír lo que yo hago no me mola, pero Silverhand dice que cierre la boca, así que habrá que hacer caso. Rezo Agwe es el nombre del sistema que usan los Hijos del Vudú y tiene más miga de lo que parece.

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Rezo es una palabra perteneciente al idioma criollo francés, el cual es típico entre la población criolla haitiana y parte del término francés réseau, o lo que es lo mismo, red. Por su parte, Agwe, tiene un origen más teológico y se vincula con el vudú haitiano. Esta religión es una de las más famosas y denostadas del mundo, debido principalmente a su relación constante con los espíritus, los intentos de posesión y la resurrección de los muertos. Para los que la practican, existe una figura llamada loa, los cuales son seres subordinados a la deidad creadora para los creyentes, Bondye. Son habituales los rituales que permiten que los loa posean a personas, lo cual facilita la comunicación con los mismos y, en última instancia, con Bondye. Habiendo más de mil loa en la religión vudú, nos topamos con que Agwe es la correspondiente al mar, la cual brinda protección y orientación en terrenos acuáticos.

En semejanza, Rezo Agwe posee a V para brindarle una forma de comunicación a los Hijos del Vudú respecto a lo que quieren ver, más allá de servir a sus propósitos contra NetWatch. ¿Para qué sirve todo este disparate? Para que entre como un pollo sin cabeza en Grand Imperial Mall, un centro comercial abandonado que ha sido tomado por los Animales. Allí tengo que averiguar qué diantres están tramando, con ayuda de quién y conseguir información acerca del paradero de Brigitte, la cual ha sido secuestrada.

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Traición traicionera

Dos mamelucos son los que me dan las últimas indicaciones antes de entrar y ya veo cuál es el problema. Estos salvajes no son más que bestias cibermodificadas, pero no como los Maelstrom, sino con el fin de otorgarles una fuerza bruta colosal. Teniendo en cuenta que son capaces de saltar cinco metros y hay un Sasquatch esperando en una sala, decido que la confrontación no es mi opción preferida. Sin embargo, el verdadero dilema aparece cuando me entero de que un netrunner de NetWatch está escondido en la sala de cine. Lo encuentro, él es el que da apoyo logístico a los Animales y antes de que lo atrape para cerrar el acuerdo con los Hijos del Vudú, comienza una ruleta rusa.

Este agente me empieza a decir que Rezo Agwe no es más que un virus con el que me pueden freír en cualquier momento y lo harán en cuanto cumpla mi parte del trato. No tengo por qué creerle, pero decido agotar todas las opciones de diálogo con él; si puedo sacar tajada de una traición, lo haré sin dudarlo. Me intenta convencer de todas las formas de que los Vudú me van a traicionar y que forme equipo con él, pero me conozco a las corporaciones; al fin y al cabo, provengo de Arasaka. Le parto la cara, me conecto a su red para exterminarlo rápidamente y de repente veo cómo Placide fríe a medio NetWatch, conmigo en el proceso. La madre que lo trajo, me despierto cadavérico, pero vivo. Silverhand, que siempre se cree que va dos casillas por delante del resto, está maldiciendo por todas partes y yo también. Brigitte ya ha sido liberada y voy a tener unas cuantas palabras con ella.

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La mandamás de los Hijos del Vudú no tiene ese nombre por casualidad. Maman Brigitte es el nombre adjudicado a la loa del ciclo de la vida y la muerte para el vudú haitiano, mostrándose como una representación femenina de una mujer joven, con cabello largo negro. En Cyberpunk 2077 no se ha decidido incluir su cara pintada de blanco en forma de calavera, pero es una señal inequívoca de su vínculo con el más allá, lo cual le confiere unos poderes extraordinarios dentro del organigrama religioso. Para calmar mis ánimos, me asegura que me ayudará con el Relic y para ello necesita introducirme en el Muro Negro. Hay que encontrar a Alt Cunningham, creadora de Almicia -en consecuencia del propio Relic- y un escarceo amoroso que tenía montado Johnny Silverhand. Él sirve como reclamo para que nos ayude a contactar con ella, la cual es tan solo un conjunto de engramas dentro de la Red.

Para cuando he conseguido salir del mundo virtual, Brigitte me manda a freír espárragos, sencillamente porque pensaba que iba a morir en el proceso. No hay más discusión, voy a aniquilar a todos y cada uno de los Hijos del Vudú en cuanto se me presente la oportunidad.

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Odio compartido

¿Soy el único que no traga a la banda de Pacífica? Lo cierto es que no, a tenor de los comentarios e hilos que he descubierto por Internet. Me he informado con profundidad acerca de los Hijos del Vudú y me he hecho un spoiler que agradezco. No tengo claro cómo, pero al parecer me van a intentar traicionar otra vez, en una segunda misión y a Dios pongo por testigo que no van a salir vivos de la encerrona que les voy a hacer. Sin embargo, hay que admitir que ellos tampoco lo han tenido muy fácil.

Hablamos de emigrantes de Haití, una región que ha sido tremendamente castigada por desastres naturales como el terremoto del 2010 y el posterior brote de cólera entre la población. Buscar un lugar mejor en el que vivir y trabajar es perfectamente comprensible, pero la sociedad no les ha ayudado a incorporarse a la rutina de Night City. Viven en chabolas, en condiciones míseras, se ganan la vida en carnicerías y tienen montado un entramado como netrunners por la ciudad. No lo han puesto nada fácil tampoco ellos para que nos caigan bien, pues el vudú no es la mejor carta de presentación para los extraños. Placide me advirtió que me andase con ojo, pues gente como yo destacamos demasiado. No como sus graffitis y la capilla, mezclando el vudú con el catolicismo, lo cual es una práctica habitual en el país caribeño.

Brigitte asegura que los dioses se quedarón en la isla, pero eso no les impide rendirles cierto tributo. Si por tributo entiende traicionar a todo el mundo, no quiero saber nada de sus dioses. La sensación general entre la comunidad es que no hay forma de cogerle cariño a los Hijos del Vudú y es una lástima teniendo en cuenta que lo tenían todo para que nos cayesen bien. Eso no significa que Cyberpunk 2077 haga un mal trabajo en la construcción de personajes; al contrario, ha creado una banda que refleja mejor que nunca a los humanos.

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