Pese a tener pánico a las ratas, los últimos días los he pasado acercándome a escasos centímetros de una simpática ratona llamada Quill. Los dibujantes han hecho que los ratones de campo sean ese héroe que nadie espera, el animal indefenso y prescindible con todo lo necesario para convertirse en la sorpresa achuchable que sirva como protagonista a historias de todo tipo.
Desde detectives como los de Los Rescatadores hasta simpáticos ladrones como el de Un ratoncito duro de roer. Los hemos visto en incontables ocasiones en películas y series de animación, por lo que es normal que esa misma imagen se haya replicado luego en juegos como Ghost of a Tale o Moss. En este último, gracias a la realidad virtual, el vínculo con estos animales se hace aún más evidente.
Una pequeña gran aventura
Es parte de la gracia de un juego que busca desde el primer minuto que se genere un vínculo entre jugador y personaje. Nosotros, como deidad destinada a ayudarle en su camino hacia la gloria, seremos recompensados con sus bailes, saludos y la posibilidad de chocarle los cinco cada vez que la ratona supere un reto
La voz cantante, sin embargo, la llevará siempre ella. O mejor dicho, nosotros a través del DualShock que controla sus movimientos a la hora de saltar, trepar, atacar o esquivar los golpes de los tres tipos de enemigos con los que nos iremos cruzando a lo largo de la aventura.
El papel como espíritu del bosque se relega a mover objetos para superar puzles y zonas de plataformeo, por ejemplo acercando el mando a una piedra y pulsando los gatillos para moverla de una lado a otro. A ello se suma la posibilidad de frenar enemigos y, cuando toque enfrentarse a oleadas de ellos, también estar atentos para curar a Quill.
No hay desafío a nivel de dificultad en el poco más de una tarde que puede llegarte a durar la aventura, una experiencia bastante escasa a no ser que nos paremos en busca de coleccionables para sumar alguna hora más al marcador. Sin embargo, pese a lo simple y escueto que pueda sonar, es un viaje fantástico y totalmente recomendable.
Vivir dentro de una película de animación
La sensación de estar dentro de un cuento, algo que el propio juego apoya al plantarnos frente a un libro dentro de una biblioteca al inicio de la aventura -además de llamarnos el lector cada vez que se refiere a nosotros rompiendo la cuarta pared-, es pura magia. El trabajo a la hora de dar vida a Quill y los escenarios por los que paseamos es realmente embriagador.
Desde bosques que se alargan más allá de lo que nos permiten ver los arbustos hasta pequeñas ciudades ratoniles con sus pescadores, familias paseando o guardias controlando quién va y quién viene por sus caminos.
Si bien es cierto que no es el primer juego de realidad virtual al que me enfrento, y tampoco la primera sensación de ese estilo si tenemos en cuenta lo que ocurrió en su día con las 3D, si es la que más me ha impactado y me ha hecho partícipe de ese mundo.
Pese a lo focalizado de la acción, siempre delante o unos metros más allá, cada vez que Quill coge un camino o pasadizo y aparece en otro lugar tras un fundido a negro, perdía algo de tiempo fijándome en cada detalle de ese escenario. Impresionante la naturaleza pero más aún los interiores que, a base de tabernas, casitas o catedrales, te hacen sentir como meter la cabeza por una casa de muñecas.
Podría parecer que, en conjunto, suma mucho más la experiencia y el tema de la realidad virtual que todo lo demás, pero no me parece justo incluir Moss en ese saco. No sería igual de espectacular y perdería la que probablemente es su mejor baza, pero no negaré que habría disfrutado igual de su mezcla de puzles y plataformas de ser un juego más en vez de uno específico de realidad virtual.
La opinión de VidaExtra
La promesa de más recorrido una vez superado su enemigo final me llevó de la alegría más absoluta a una profunda decepción al darse a conocer que eso ocurriría en otro juego. El cierre es por todo lo alto, no me malinterpretéis, pero tras una tarde con Moss uno preferiría tener varias más por delante en vez de esperar a una hipotética segunda entrega.
Cumple con lo que promete y eso es innegable. Moss es una de las experiencias más satisfactorias que se pueden encontrar actualmente en la realidad virtual de PS4. No ha habido ni un solo momento en el que no lo haya disfrutado, pero ya que las cosas empiezan a pintar mejor para esta tecnología, lejos de conformarnos toca seguir pidiendo más. Que Moss sea la próxima adquisición de Sony y pongan toda la carne en el asador con la idea es uno de los deseos más claros.
Moss
Plataformas | PS4 |
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Multijugador | No |
Desarrollador | Polyarc |
Compañía | Polyarc |
Lanzamiento | Ya disponible |
Precio | 26,99 euros |
Lo mejor
- Una de las mejores experiencias de realidad virtual
- Plataformas, puzles y peleas muy divertidas
- Su mundo es una auténtica delicia
Lo peor
- Peca de ser notablemente corto
- Los que busquen un desafío saldrán decepcionados
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