Análisis de Cobra Kai: The Karate Kid Saga Continues, la mediática serie de Netflix se pasa al videojuego repleta de fantasía

Análisis de Cobra Kai: The Karate Kid Saga Continues, la mediática serie de Netflix se pasa al videojuego repleta de fantasía

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Cobra Kai

Era difícil desaprovechar la oportunidad de adaptar a videojuego uno de los éxitos del momento en Netflix este 2020, pese a que su estreno se produjese dos años antes por medio de Youtube Red. Sí, Cobra Kai ha recibido su videojuego esta misma semana. Y sí, se toma demasiadas licencias para crear algo distinto.

Cobra Kai: The Karate Kid Saga Continues no lucía demasiado bien en los vídeos publicados por su editora, GameMill Entertainment, pero había que quitarse el mono por la espera de la tercera temporada de la serie (hasta el 8 de enero de 2021) y también satisfacer la curiosidad por ver cómo se han introducido elementos de fantasía en esta adaptación a videojuego, con magias al atacar.

Golpea primero. Golpea fuerte. Pero ten piedad

Cobra Kai

Vamos a dejarlo claro desde el inicio: estamos ante un juego poco recomendable, ni siquiera para los fans de la icónica Karate Kid o esta serie más actual. Es un beat 'em up que se nutre de sus rostros más conocidos, pero sin aportar nada a un género que está viviendo su segunda juventud en la actualidad gracias a clásicos "revisionados" como Streets of Rage 4 o Battletoads. Parece de otra generación.

Si bien se agradece que siga, hasta cierto punto, secciones de la propia serie (a su manera), o que personajes como Johnny Lawrence cuenten con su voz original, con ese QUIET tan tajante de William Zabka, no deja de ser una visión muy libre del producto de Youtube/Netflix al gozar de ataques especiales tan típicos de los juegos de lucha o beat 'em up. Un ejemplo de lo más gráfico: la mítica patada "ilegal" de Daniel LaRusso provoca que salga disparada una grulla a lo Hadoken.

De hecho, hay infinidad de técnicas, con varias exclusivas de cada personaje y de tipo fuego o hielo, que nos evocarán a clásicos de la talla de Street Fighter II, como el remolino de hielo de Sam a lo Chun-li. Hasta cuenta con un Kikoken idéntico a dicha luchadora de Capcom. Y, por supuesto, no faltan rostros como Hawk o Tory.

Es el mayor atractivo de Cobra Kai: The Karate Kid Saga Continues, ver el aspecto de videojuego que han recibido sus principales protagonistas, con duelos que no podían faltar entre los dojos de Cobra Kai y Miyagi-Do, pero alejado del realismo de la película o la serie para abrazar el típico arcade lleno de "fuegos artificiales".

No faltan, eso sí, las localizaciones vistas en las dos temporadas de la serie, con la parte del minigolf y los recreativos, el concesionario de coches de Larusso, el centro comercial, el festival del valle o, cómo no, el torneo. Además, tanto la campaña de Cobra Kai como de Miyagi-Do (sí, hay dos, con una tercera donde se desvela el verdadero final al pasar las dos en una misma partida de guardado) cuentan su propia historia a base de viñetas a color y un sinfín de diálogos.

Cobra Kai, una leyenda que luce mejor en Netflix

Cobra Kai

El problema, como suele ser habitual con esta clase de licencias, es que el conjunto está muy desdibujado si lo comparamos con el producto original. A nivel gráfico, por ejemplo, parece de la pasada generación de consolas si nos fijamos en los detalles de los escenarios, tal y como sucedió con Zombieland: Double Tap - Roadtrip. Y a nivel jugable necesitaría pulirse más, al ser brusco por momentos.

Hay fallos espontáneos en el sistema de colisiones, al golpear tienden a patinar, en vez de quedarse quietos y hay cierta torpeza y lentitud a la hora de ejecutar algunos ataques. Y eso que llega a divertir por momentos al usar el contraataque (viendo cómo a veces lanzamos a los enemigos hacia la pantalla, a lo Teenage Mutant Ninja Turtles de Konami) o a la hora de agarrarlos y lanzarlos contra varios objetos que se pueden ver por el escenario, como coches, canastas o "pulpos".

Si somos pacientes, podremos ir desbloqueando más técnicas especiales, tanto las afines al propio dojo como al personaje en cuestión, junto con otro tipo de mejoras pasivas, para que los combates ofrezcan más posibilidades, especialmente de cara a los combos o los juggles. Y hay diferencias entre Cobra Kai y Miyagi-Do, puesto que los primeros golpean más fuerte y son afines al fuego, con combos más fuertes, mientras que los de Larusso tienen más vida, sus ataques son de congelación y al ser más defensivos sus contras son mejores.

No es un beat 'em up que incite a rejugarlo dos veces hasta desbloquear el final verdadero, en cualquier caso, al no ser tan divertido como otros de su género, aparte que las fases tienden a alargarse con presentaciones que rompen el ritmo y con una sensación de profundidad (no será ir del punto A al B en línea recta, sino que a veces iremos hacia arriba o abajo) que no está muy lograda. Y eso que gracias a esa tridimensionalidad habrá algunos coleccionables bien escondidos.

La opinión de VidaExtra

En definitiva, Cobra Kai: The Karate Kid Saga Continues no es el producto soñado para los fans de la serie, siendo un videojuego al que hay que perdonarle mucho para que pase el corte exigido en lo que se ve a día de hoy en los "yo contra el barrio". Al final lo de "sin piedad" se ha vuelto a apoderar de otra licencia de éxito.

Cobra Kai

Cobra Kai

Plataformas Nintendo Switch, PS4 y Xbox One (versión analizada)
Multijugador Sí, local (dos jugadores)
Desarrollador Flux Game Studio
Compañía GameMill Entertainment
Lanzamiento 27 de octubre de 2020
Precio 34,99 euros

Lo mejor

  • Ver a todos los personajes de la serie
  • Esas técnicas especiales a lo Street Fighter

Lo peor

  • Gráficamente es flojo, flojo
  • Pero a nivel jugable tampoco mejora mucho
  • El ritmo de los escenarios es muy lento
  • Esta licencia necesitaba más cariño

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