He de reconocer que no había visto un solo capítulo de la serie animada en que se basa 'The Legend of Korra' antes de ponerme a jugar por primera vez con él, y aunque sí que estoy más familiarizado con 'Avatar: la leyenda de Aang', la obra original de la que luego surgió esta continuación, mi relación general con este universo animado producido por Nickelodeon es más bien reducida. Explico este detalle como punto de partida porque considero que es importante para establecer mi forma de afrontar este título, centrada exclusivamente en sus características como juego y no en su valía como adaptación de una obra previa.
A pesar de mi desconocimiento, el hecho de que fuera PlatinumGames el estudio encargado de su desarrollo me pareció motivo suficiente para darle una oportunidad. A fin de cuentas estamos hablando de una casa que ha ido trazando un camino ejemplar durante estos últimos años, situándose como la nueva factoría predilecta para los amantes de la acción. Lamentablemente, me temo que en esta ocasión los japoneses no han conseguido estar a la altura de sus elevados estándares y han tenido aquí su primer pinchazo.
Mi compañero Juan Carlos se mostraba moderadamente optimista en sus primeras impresiones, pero lamentablemente no puedo compartir gran parte de sus buenas apreciaciones, porque estamos no solo ante el peor juego que ha llevado la firma de Platinum hasta la fecha, sino ante un producto prescindible, muy poco cuidado y apto únicamente para aquellos seguidores de la serie que estén dispuestos a perdonarle cualquier pecado con tal de poder ser protagonistas en las aventuras de Korra y compañía.
Golpes para todos
Pocas explicaciones requiere la fórmula sobre la que gira 'The Legend of Korra', tan pocas como las que necesitaremos para llegar a dominar su sistema de juego, pensado para poner unas barreras mínimas de entrada. Nos queda claro desde el primer momento que el objetivo era crear un modelo accesible para todos, fuera cual fuese la experiencia previa en el beat'em up del usuario que decidiera emprender la aventura, así que todo se construirá en torno a sencillas combinaciones de golpe fuerte, golpe débil, guardia con contragolpe y movimiento de esquive.
Dado que la aventura toma el clásico punto de partida en que el sufrido héroe pierde sus habilidades y se ve por tanto obligado a emprender la cruzada por recuperarlas, el sistema de juego empezará a mostrar su cara más interesante cuando hayamos conseguido recuperar el dominio de los cuatro elementos por parte del Avatar. No obstante, en ningún momento se llegará a alcanzar ese profundidad en machaque de botones ni esa dimensión que persiguen otras producciones de esta misma casa como 'Bayonetta 2', donde uno llega a sentir un placer casi extático cuando consigue dominar el flujo de batalla y se convierte así en el centro de una espectacular danza donde todo es destrucción y efectos especiales a su alrededor.
La variedad de rivales es tan ridícula que antes de alcanzar la mitad de la aventura estaremos aburridos ya de encontrar siempre a los mismos malos
Y es que, salvo situaciones muy puntuales como son los desafíos aislados que se presentan para recuperar poderes, aquí nos dedicaremos a hacer lo mismo una y otra vez desde el principio hasta el final. La poca gratificación que presenta el intentar algo más allá de los ataques básicos y los fallos demasiado habituales que se presentan en mecánicas como los ángulos de cámara o el sistema de fijado de enemigos hacen que solo encontremos motivación en la vía más rápida de acción para avanzar.
No ayuda a buscar más profundidad el hecho de que, durante seis de las siete fases del juego (ocho si contamos al jefe final como una fase), nos encontraremos exactamente con tres tipos de enemigos: los "masillas" genéricos, unos guerreros un poco más fuertes y unos robots gigantes. Estos tres grupos de rivales se irán repitiendo hasta la extenuación, con pequeñas variaciones en sus ataques que quedarán reflejadas por un cambio en el color de sus texturas y poco más. Salvo un nuevo tipo de enemigo que aparecerá en la fase final por exigencias del guión, la variedad de rivales es tan ridícula que antes de alcanzar la mitad de la aventura estaremos aburridos ya de encontrar siempre a los mismos malos, haciendo lo mismo por enésima vez, con la única salvedad de que cada vez aparecerán en grupos mayores para que la cosa resulte un poco más difícil.
El (poco) cariño y los trabajos por cuenta ajena
No considero el terreno gráfico de un videojuego como algo fundamental para valorar su calidad general; es más, soy de la firme opinión de que hasta el peor apartado visual se puede perdonar cuando se alcanzan unas cotas mínimas de diversión. No obstante, encontrar una ejecución gráfica tan pobre como la que presenta 'The Legend of Korra' se convierte en este caso en todo un indicativo del poco cariño y atención que sus creadores han puesto en él. La situación se hace aún más sangrante si nos enfrentamos a él en una consola de nueva generación.
Lo pobre y descuidado del diseño de producción, propio de lo que aún veíamos hace un par de generaciones, queda más patente que nunca mientras pateamos los escenarios. El problema no está en que éstos tengan un trazado descaradamente "pasillero" (de hecho es algo de lo más común en este género y por tanto no vamos a culparles de ello), sino en que resultan ridículamente repetitivos, con un diseño y un decorado muy pobre que nos hacen tener la sensación de estar recorriendo el mismo punto una y otra vez. Sumadle a ello que los enemigos a combatir son siempre los mismos y tenemos como resultado una constante sensación de déjà vu que consigue minar toda la motivación que intentemos poner en el juego.
Las muestras del poco interés que se ha puesto en general sobre el juego las tenemos casi a cada paso
Las notas de variedad vienen por cuenta de algunos momentos plataformeros que a duras penas supondrán un reto y por las fases protagonizadas por Naga, el oso polar sobre el que cabalgaremos en carreras de obstáculos a toda velocidad, algo toscas en su ejecución pero entretenidas en líneas generales. No evitarán en cualquier caso que el reciclado constante de materiales se convierta en una descarada constante, mermando una experiencia que ya desde el primer momento flojea de forma evidente.
Las muestras del poco interés que se ha puesto en general sobre el juego las tenemos casi a cada paso. El abusivo empleo que se hace de las barreras invisibles para evitar que nos salgamos del camino trazado es propio de diseños de hace una década, la forma en que se va presentando la historia mediante unas escuetas secuencias animadas no resultará interesante ni a los más acérrimos amantes de la serie y la frustración nos golpeará en determinadas situaciones donde las complicaciones no estarán en el reto y la dificultad del juego, sino en su mal diseño.
Lo que The Legend of Korra podría haber llegado a ser
Al final, la sensación más habitual mientras completamos 'The Legend of Korra' es que podría haber llegado a ser un juego bastante decente si se hubiera puesto un poco más de interés en él. Lamentablemente, sus desarrolladores parecen empeñados en dejar patente a cada momento que se trata de un simple encargo para cumplir con el público de una cadena de televisión infantil y que por tanto no merece la pena para ellos esforzarse más de lo justo y necesario. Sin duda, las mimbres de la buena acción están ahí, porque a pesar de todo en Platinum no se han olvidado de cómo hacer lo suyo, pero quedan demasiado ocultas por un juego muy descuidado.
Si considero que no resulta un descalabro total es porque en los puntos más básicos sale a relucir el talento de sus creadores, y puede que por ello los seguidores de la producción televisiva sean capaces de pasar por el aro con tal de repartir unos cuantos mamporros virtuales. Para el resto de nosotros, la verdad, creo que existen ahí fuera otros muchos juegos de acción claramente más atractivos que éste en los que invertir nuestro tiempo y nuestro dinero.
La historia principal es además bastante corta y se rodea de muy pocos modos de juego adicionales, y la posibilidad de volver a jugar alguna de sus ocho fases de nuevo según vamos adquiriendo nuevos poderes en combate y objetos en la tienda, para así inflar nuestros registros de puntuación, apenas conseguirá disimular su escaso recorrido. Alguno podrá decirme que por 14,99 euros que cuesta tampoco se le podía pedir mucho más, pero aun con todo es bueno tener en cuenta lo reducido de su vida útil antes de afrontar la compra.
Soy perfectamente consciente de que no tiene sentido esperar de todos los juegos de acción un acabado como el de las obras más grandes de PlatinumGames, pero creo que es necesario esperar unos estándares mínimos incluso cuando el producto esté, como en este caso, pensado para un público objetivo cuya edad media oscila varios años por debajo del rango del jugador más tradicional.
Llevamos demasiado tiempo viendo cómo se aprovechan las licencias (de cine, de televisión o de cómic) para colar a sus seguidores juegos mediocres y que difícilmente habrían triunfado de venir sin el envoltorio de la adaptación, y lamentablemente Korra no ha sido una excepción a esta tendencia.
,5
A favor
- Sistema de combate accesible a cualquier tipo de jugador
- No es muy caro
- Seguro que los seguidores de la serie le sacarán más jugo
En contra
- Diseño de producción muy pobre a todos los niveles
- Sus fallos provocan una experiencia frustrante
- Es corto y repetitivo
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