El colmo de los coleccionables en Star Wars Jedi: Fallen Order, despertar tu lado oscuro

El colmo de los coleccionables en Star Wars Jedi: Fallen Order, despertar tu lado oscuro

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Star Wars Jedi: Fallen Order

Este fin de semana pude completar al 100% el reciente Star Wars Jedi: Fallen Order, por fin. No fue una tarea sencilla por culpa de ciertos altibajos en ciertas secciones, pero en líneas generales me ha parecido una experiencia notable y un rumbo más que interesante para futuras producciones de Star Wars en EA.

Su problema es el habitual en esa clase de aventuras, más allá de los fallos en el control o bugs puntuales, para el que ansía el 100% en su registro con un Platino o 1.000G, según sistema: que pone a prueba la paciencia del jugador con mucho relleno y dedicación para escudriñar todos los rincones de su universo.

Con los cofres y los secretos no hay problema

Star Wars

El tramo inicial de Star Wars Jedi: Fallen Order es fascinante y se toma con ilusión, porque no sabemos qué nos puede deparar cada uno de sus planetas. Poco a poco van mostrando sus distintas regiones, a medida que Cal mejora sus habilidades, como si de un metroidvania se tratase, y hay retos interesantes en su interior a poco que exploremos, como las cuatro criaturas misteriosas.

Esa mezcla entre Dark Souls y el reboot de Tomb Raider me enganchó por completo deseando saber cómo acababa la historia (cronológicamente se sitúa cinco años después de Star Wars: La Venganza de los Sith) y dar con todos los cofres y secretos de las distintas regiones de cada planeta. En este sentido, salvo lo engorroso que resulta el mapa en ciertos tramos cuando se juntan distintas alturas y múltiples accesos, pocos problemas: el juego nos indica en todo momento cuántos cofres y secretos quedan de cada zona, por lo que es cuestión de tiempo hasta que demos con todos si somos constantes y pacientes.

No nos da todo mascado en cuanto al 100% de exploración de cada región, ya que no siempre nos indica qué rutas faltan por tomarse, al contrario que en las misiones de la historia, con un amarillo en cada acceso posible, pero al menos sabemos que si, por ejemplo, tenemos un 80% cubierto es que falta un 20% por localizar y habrá que dar una segunda vuelta fijándose más en los detalles, tanto en posibles puntos donde usar la Fuerza como en lianas o caminos estrechos.

La localización de los secretos siempre nos reportará un aliciente extra, tanto en forma de experiencia (necesaria para conseguir puntos de habilidad) como de posibles viales de curación para Cal, aumentando su límite. Sin embargo, todos los cofres serán totalmente prescindibles al brindarnos complementos estéticos para este Jedi y su sable de luz, su compañero BD-1 y la nave Mantis. Nada que afecte a la experiencia de juego. ¡Y estamos hablando de más de un centenar de cofres!


Ecos de relleno en Star Wars Jedi: Fallen Order

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Más allá de lo tediosa que resulta la tarea de localizar todos los cofres, en parte porque hay pocos diseños y colores que merezcan la pena, lo verdaderamente engorroso es completar los escáneres de BD-1 y escuchar todos los ecos.

Y parte de esa culpa la tiene la información del mapa.

Si nos guiamos por el mapa, nunca sabremos cuántos escáneres y ecos nos faltan por conseguir, ya que no forman parte del porcentaje de los planetas. Hay que guiarse por el banco de datos y deducir en ciertos casos dónde podemos obtenerlos más allá de saber en qué planeta están. Desde la flora y fauna hasta personajes clave en la historia, recordando por qué caminos nos cruzamos con ellos y tener la suerte de localizar alguno de esos coleccionables ocultos.

Para mi disgusto, al completar la aventura me faltaban cinco y tuve que dar varios rodeos por Dathomir y Kashyyyk, con tan mala fortuna de que me topé de bruces con dos bugs relacionados con la flora y fauna, y el archivo cinco del viaje de Cordova. Ni Sherlock Holmes daría con la solución de no ser por Internet, hasta que supe que había un escáner intercambiado (como si se hubiese modificado con un parche, porque la flora y fauna que me faltaba la había detectado como un "enemigo") y para corregir el archivo Ástrium tenía que meditar en un punto muy concreto de Kashyyyk y volver atrás para que BD-1 activase su escáner.

Cuando un juego me gusta, suelo exprimirlo al máximo para sacarle su jugo, pero tal y como me sucedió con Marvel's Spider-man, conseguir el 100% de su historia puso a prueba mi paciencia a niveles demenciales. Como si el juego se empeñase en llevarme al lado Oscuro. Pero al menos me he quitado ese peso de encima.

¿Qué otros juegos os sacaron de quicio con esa clase de relleno?

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