Playboy, la consola portátil a color de Rare que estuvo a punto de competir con la Game Boy de Nintendo

Playboy, la consola portátil a color de Rare que estuvo a punto de competir con la Game Boy de Nintendo

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Gameboy

Mucho antes de que Rare se volviese famosa por sus Sea of Thieves, Perfect Dark o su revolución del personaje Donkey Kong, la compañía inglesa estuvo a punto de convertirse en una de las grandes compañías de hardware del sector gracias a su Playboy, la consola portátil con la que pretendían reventar el mercado.

Con pantalla a color, hardware propio y la archiconocida buena mano del estudio para crear juegos y exprimir al máximo las máquinas de la época, la Playboy bien podría haberse convertido en la gran rival de Nintendo en el mundo de las consolas portátiles, pero sin embargo algo hizo que la máquina no pasase de la fase de prototipo.

Playboy, una máquina adelantada a su tiempo

Desarrollada en 1988, un año antes de que Game Boy aterrizase en el mercado nipón, la Playboy era el siguiente paso de los fundadores de Rare para hacerse un hueco en el mercado del hardware. Los hermanos Stamper ya tenían experiencia en el mundillo de la mano de la placa RAZZ para recreativas.

El invento, lo bastante potente como para ofrecer miles de colores y gestionar los sprites con bastante soltura, en realidad no llegó a buen puerto, pero de las cenizas de aquella idea nació una aún más radical. Una que, de haberse alineado los astros, podría haber cambiado el curso de la historia tal y como hoy la conocemos.

El objetivo era llevar lo que ofrecían máquinas como las Game & Watch de Nintendo a la nueva generación y, siguiendo la estela de la Handy Game de Epyx, que luego se convertiría en la Atari Lynx, se pusieron a trabajar en su propia consola portátil aprovechando aquella placa desechada.

Con pantalla a color y suficiente potencia para equipararse en gráficos a la NES que en aquél momento estaba en boca de todos, la Playboy era un mamotreto con botones reciclados de la consola de sobremesa de Nintendo, la citada placa reestructurada a base de cinta adhesiva y una pantalla LCD que uno de los hermanos había extraído de una televisión portátil nipona. Era, a todas luces, un proyecto de lo más prometedor.

Un rival inesperado

Con ese mismo entusiasmo, Tim Stamper se plantó en el CES de 1989 con la intención de mostrar al público su invento y, por descontado, encontrar a un compañero de baile que les permitiese seguir trabajando en el proyecto para llevarlo al consumidor final de la mano de un gran lanzamiento. Al fin y al cabo, si Epyx había conseguido engatusar a Atari, ellos también podían hacerlo.

Playboy

En un momento en el que las filtraciones de hardware y los rumores sobre los siguientes planes de las compañías no pasaban del descansillo de la oficina, Rare llegó a la feria de electrónica con la ilusión de tener entre manos una auténtica revolución, pero lo que encontraron en aquél evento tiró por tierra todos sus planes.

Entre todas las compañías que acudieron a presentar sus lanzamientos también estaba Nintendo, su nueva y flamante Game Boy, y el juego que por aquél entonces estaba en boca de todos, el archiconocido Tetris que terminó vendiéndose en un pack junto a la consola reventando el mercado.

Tim Stamper volvió a casa decepcionado y consciente de que luchar contra aquella máquina iba a ser una pelea para la que no estaban preparados, así que el proyecto se abandonó y aquél único prototipo de la Playboy se quedó como un objeto de culto dentro de las oficinas de Rare hasta que fue donado al Retro Computer Museum de Leicester.

Imágenes | Jason Bradbury, TimeExtension

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