El origen de Assassin’s Creed: la historia real de la Orden de los Hassasin y el nacimiento de la palabra asesino

El origen de Assassin’s Creed: la historia real de la Orden de los Hassasin y el nacimiento de la palabra asesino

7 comentarios Facebook Twitter Flipboard E-mail
Assassins Creed

Suele decirse que en una guerra son los ganadores los que marcan el discurso de su historia y, en el caso de la mal llamada Orden de los Asesinos que sirvió como punto de partida para la creación de Assassin’s Creed, el dicho se cumple a rajatabla.

El cómo se forjó su leyenda, de dónde salió la idea, y por qué llamamos asesino a quienes matan a otra persona con premeditación, puede ayudarnos a comprender qué hay de cierto tras juegos como Assassin’s Creed Mirage y la relación entre verdad y mito tras la franquicia de Ubisoft.

¿Existió realmente la Orden de los Asesinos de Assassin's Creed?

Cuando en el islam nació la necesidad de elegir un sucesor para el profeta Mahoma, los musulmanes acabaron divididos en dos grupos principales. Por un lado estaban los suníes, que acabarían dominando la comunidad islámica mundial hasta convertirse en la rama mayoritaria del islam. Entre un 80 y 90% de los musulmanes a nivel mundial se consideran suníes.

Mientras que estos centran sus creencias en el Corán y la Sunna, una serie de dichos y preceptos religiosos atribuidos a Mahoma, al otro lado se daba forma a un segundo grupo que consideraban que la sucesión del profeta debía estar ligado a la familia de este. Algo así como el derecho monárquico tan en boca de todos durante los últimos días. A este segundo grupo se le conocería como chiíes.

Alrededor del siglo IX hubo un conflicto entre los chiíes respecto a quién debía liderarlos y se creó un grupo adicional, los ismailitas que seguían al Imán Ismail como sucesor espiritual. A su vez, a principios del siglo XI, estos volverían a experimentar otra ruptura que, siguiendo al príncipe Nizar en su conquista de Alejandría para ganarse el trono, acabaron derivando en un grupo aún más pequeño llamado nizaríes.

Perseguidos, odiados por el resto de los chiíes, y considerados herejes, los nizaríes huyeron a las montañas persas incapaces de hacer frente a ejércitos mucho mayores. Allí, la rama considerada secta, empezó a crear bastiones desde los que entrenar a sus propios soldados. Por su devoción y sacrificio por la causa, aquellos combatientes terminarían llamándose fedayines.

Assassins Creed

Con tácticas de guerrilla y ataques más centrados en el sigilo y el disfraz que en la fuerza bruta, los nizaríes y sus fedayines empezaron a marcar y eliminar objetivos estratégicos como militares, políticos y miembros de la realeza, lo que generó aún más rechazo entre grupos contrarios.

El origen de la palabra asesino

De modo peyorativo, a aquellos asaltantes empezaron a llamarles hashishin, un término que mediante traducción literal se acercaría a "consumidor o bebedor de hachís" y que, según fuentes de la época, probablemente estaba más cerca de una metáfora para referirse a gente de clase baja o marginados.

Con la llegada de las cruzadas y la entrada en escena de miembros ajenos a la comunidad musulmana, el auge y fama de los nizaríes y su apodo crecería aún más, alcanzando su mayor punto con la invasión mongola de Marco Polo, que acabaría adoptando en sus crónicas las historias de aquellos fedayines.

Assassins Creed

En ellas avivó aún más la leyenda de esos legendarios ataques estratégicos asegurando que sólo alguien embriagado por las drogas podría ser capaz de asumir esos retos mortales, a menudo sacrificándose por la causa y manteniéndose fieles a su comunidad tras ser torturados cuando eran capturados.

La idea y leyenda de un grupo homicida comandados por un anciano en una montaña siguió creciendo hasta la destrucción de sus principales bastiones por el ejército mongol, momento en el que los nizaríes acabaron aún más desperdigados y escondidos hasta su caída y disolución.

Con el tiempo, occidente adoptó el término y lo adaptó a nuestras lenguas para convertir a aquellos hashishin en asesinos, dando así forma a una palabra destinada a nombrar aquellos actos de dar muerte de forma voluntaria y con premeditación que perseguían un fin o recompensa.

Comentarios cerrados
Inicio