En el espacio nadie puede oír tus gritos, pero sí los oirán tus vecinos con los sustos que pega el Alien en Game Pass

Alien: Isolation
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Han pasado casi 50 años y todavía sigue provocando pesadillas Alien: el octavo pasajero. La película de Ridley Scott marcó a varias generaciones de espectadores plantándonos en la nave Nostromo y soltando a un peculiar alienígena con la manía de colarse por los conductos de ventilación. No había insecticida que pudiese con él.

Los videojuegos basados en la franquicia nos han dado una de cal y otra de arena. Desde el desastroso Aliens: Colonial Marines hasta propuestas cooperativas la mar de apañadas como Aliens: Fireteam Elite, pero hay un gran consenso acerca de que Alien: Isolation es lo mejor que ha salido de ese universo. Y si no lo habéis probado nunca, lo tenéis a tiro en Xbox Game Pass para Xbox One, Xbox Series X/S y PC.

Más os vale tener pañales, desfribilador y el teléfono de emergencias al lado, porque la tensión que se respira es asfixiante. Controlamos a Amanda, hija de Ellen Ripley, quince años después de los acontecimientos vistos en la película original. Intentando averiguar qué diantres sucedió con su madre, se ve involucrada en una cruenta batalla por sobrevivir.

Una enorme nave será el escenario que exploraremos, pero no a gusto. Un alien, temible e intimidante, estará rondando por los pasillos, siempre al acecho. El sistema que se sacó de la chistera Creative Assembly es una maravilla, pues la criatura cuenta con dos cerebros. Uno sabe dónde estamos en cada momento y el otro dirige las acciones del monstruo. Con esa temible combinación tendremos que hacer uso de tácticas de sigilo.

Prácticamente no hay defensa posible contra el alien, el cual nos causará muerte instantánea si no llevamos encima la defensa adecuada. Repta, agáchate, enciérrate en una taquilla, cuélate por los conductos de ventilación y aguanta la respiración mientras rezas para que pase de largo. Por si fuera poco, hay también otras amenazas preocupantes esperando como Alien: Isolation, pero nada tan temible como el xenomorfo.

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