No es solo que se coronase con la mayor cantidad de premios Oscar en toda la historia, sino que El Señor de los Anillos: el Retorno del Rey también triunfó por todo lo alto con su adaptación a los videojuegos. La obra de EA es recordada con mucho cariño por lograr trasladar con fidelidad la épica y la fantasía que plasmó Peter Jackson en las salas de cine.
Lanzado en 2003 para los sistemas de la época, el título de acción nos permite controlar a Gandalf, Aragorn, Legolas, Gimli, Frodo y Sam para vivir batallas absolutamente gigantescas. Ese fue precisamente uno de los problemas que tuvo que afrontar EA Redwood Shores, ya que conseguir trasladar las masivas luchas al formato virtual se complicó demasiado.
Tanto fue así que Glen Schofield, productor de la obra, se dio cuenta de que el proyecto se estaba estancando. Es por ello que recurrieron al aliado más inesperado de todos, tal y como reveló en WIRED.
"Bueno, mis equipos han creado muchos motores y son difíciles. Se tardan años y años en crear, especialmente hoy en día. Necesitas tomar un motor antiguo y rehacerlo, pero hacer un motor desde cero en el mercado actual te llevará años y millones de dólares, y aún así lo harás mal. Cuando llegué a EA, tenían muchos motores diferentes, estábamos empezando a construir uno para El Señor de los Anillos y no sé, llevábamos alrededor de un año en eso. Entonces, dije: ¿Qué estamos haciendo? Estamos a dos años de distancia.
Así que miramos a nuestro alrededor y fuimos creativos. El Señor de los Anillos se trata de áreas grandes y luego una especie de castillo al final o algo así, una fortaleza. Tiger Woods tiene áreas largas y al final es donde consigues comida cuando terminas. Así que tomamos el motor de Tiger Woods y lo convertimos en el motor de El Señor de los Anillos."
Efectivamente, la saga Tiger Woods fue un salvavidas para El Señor de los Anillos: el Retorno del Rey. Eran ya dos entregas las que se habían lanzado para PS2 en aquellos tiempos y, gracias a los enormes campos de golf, se pudieron recrear los escenarios tan grandes que podemos recorrer en la Tierra Media.
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