Un juego divertido, tontón, consciente de su condición y, lo más importante, perfecto para desconectar. ¿Para qué quieres más? Ese es el espíritu que envuelve a Fall Guys y lo ha convertido en una de las sensaciones del verano. Y sin embargo, no puedo evitar tener un regusto amargo.
El Battle Royale de 60 jugadores de Mediatonic y Devolver Digital cuenta con una base increíble sobre la que cimentar su divertida propuesta, pero sus patas resultan ser tan cortas como las de los simpáticos personajillos que luchan a muerte por un salto a la siguiente ronda.
Luces y sombras de colores pastel
Desde su anuncio como juego gratuito de PS Plus las comparaciones con Rocket League se han vuelto la comidilla de internet. Disponible en Steam por 19,99 euros, la mejor forma de valorar estas primeras horas con su innegablemente divertida propuesta es preguntarme si lo compraría si la versión gratuita de PS4 desapareciese de la noche a la mañana.
La respuesta, al menos por el momento, es no. Si bien caso por completo con la idea -una serie de pruebas de habilidad a la que puede sumarse toda la familia por lo accesible de su puerta de entrada-, no he podido evitar tener la sensación de que se estaba repitiendo en exceso.
La gran diferencia entre pruebas, las hay tremendamente divertidas y otras que resultan bastante aburridas, hacen que el paso por algunas de ellas sea más un trámite que un entretenido pasatiempo (juego de las colas, te estoy mirando a ti).
Sí sigo disfrutando de las carreras, por poner el ejemplo más claro y citar las pruebas que más elevan el listón del juego, pero ahí tampoco todo son fiestas porque los niveles son casi siempre iguales. Molesta un poco porque, al menos desde la barrera, parece que sería fácil contar con un puñado de variaciones para cada una de las ideas que propone.
Entre el free-to-play y el juego de pago
Lo justito que va a nivel de variedad de niveles se suma a la tabla de Excel que le obliga a abrazar todos los males endémicos del free-to-play. El progreso en forma de Pase de Batalla es terriblemente lento y, aunque los premios podrían acabar saliéndote por las orejas, la mayoría de creaciones que sirven para personalizar los muñequitos están atadas a la tienda del juego.
No una tienda clásica a la que acudir para gastar los puntos y victorias conseguidos en trajes especiales o demás cucamonadas, sino una de esas tiendas rotatorias al más puro estilo Fortnite que obligan a conectarte cada día con la intención de comprobar si esa skin que te llamaba la atención está o no disponible.
Una vez más, me pega en un juego free-to-play, pero ver micropagos en un juego de pago -cuyo sistema de progreso no invita a aplaudir- no es algo ante lo que que sentirse especialmente cómodo. Es una forma totalmente válida de ingresar más allá de lo básico, pero creo que de no estar disponible en PS4 de forma gratuita la sensación sería muy distinta.
Queda por ver si todo lo positivo que rodea a Fall Guys ayuda a sus creadores a seguir trabajando en la idea con algo más de ahínco. Nada me gustaría más que quitarme de la boca este sabor a acceso anticipado que me han dejado las primeras horas con él. Estoy deseando ver qué más tienen guardado bajo la manga para mantener vivas las risas y el entusiasmo más allá de un puñado de partidas.
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