Análisis de Fuser: lo nuevo de Harmonix es a los remixes lo que Dreams es a la creación de juegos amateur

Análisis de Fuser: lo nuevo de Harmonix es a los remixes lo que Dreams es a la creación de juegos amateur

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Siendo yo un nostálgico de los instrumentos de plástico, hacerle fiestas a un Fuser que se olvida de ellos por completo no deja la posibilidad de su retorno en muy buen lugar. Pero claro, si Harmonix hace un doble axel triple toe loop sobre la cabeza de una aguja, pues habrá que aplaudírselo.

Los eternos creadores de Guitar Hero y Rock Band firman aquí el giro de los juegos musicales que nadie vio venir. Un juego a lo Imagina ser pinchadiscos que es, a su vez, tanto un pasatiempo de fiesta de balcón como una herramienta formidable a nivel creativo. A nivel musical, Fuser es a los remixes lo que Dreams es a la creación de videojuegos amateur.

Una fábrica de temazos

Lo peor que se desprende de Fuser es que llega en un momento complicadísimo para verle brillar. A las puertas de la nueva generación, las vistas ya están puestas en otro sitio y temo que se pase por alto la soberbia propuesta de quienes ya llevan años haciéndonos gozar de la música.

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Facilitándonos el gozar de la música, diría yo. Si antaño era tocar un instrumento para aquellos que somos negados en ese logro, aquí la voltereta es convertirnos en DJ y permitirnos mezclar un tema de Dolly Parton con otro de Billie Eilish mientras mantienes una base de Armin van Buuren.

Un engendro sobre el papel que, a base de la decena de opciones que ofrece Fuser a golpe de botón, te permite crear auténticos temazos que podrás compartir con otros jugadores para que tu genialidad sea escuchada por alguien más que tus vecinos.

Tras nuestro primer contacto con el juego comenté que la clave del éxito de Fuser estaría en saber hasta qué punto podía hacer fácil lo difícil y, sumando aún más ayudas y atajos de los que pude ver allí, la voltereta de Harmonix es ya imparable. No sólo es una idea fantástica, también sabe ser un juego increíblemente divertido.

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Imagina ser Dj de Coachella

Con unos personajes de lo más Poochie que te puedas echar a la cara, la idea detrás de su modo campaña es que demos forma a nuestro avatar y pasemos por los distintos escenarios de un megafestival a lo Coachella para repartir nuestra música. La antesala a crear nuestros temas sin ayudas o limitaciones.

Sirviendo a modo de tutorial, las seis o siete sesiones que nos pide cada uno de los seis escenarios disponibles nos irán enseñando desde los conceptos básicos hasta las filigranas.

Desde colocar la base de un nuevo tema cuadrando el ritmo de la música hasta cambiar los cuatro discos con un subidón automatizado que tiene en cuenta la nota predominante, el modo y el BPM.

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Como a los mandos de Rock Band, de aquí no sales sabiendo ser Dj, pero sí teniendo ciertas nociones de por qué la música de nuestros artistas favoritos suena como suena. Y, más importante y emocionante todavía, sabiendo acercarnos a ellos con la varita mágica que resulta ser Fuser casi desde el principio.

Pese a lo mucho que puede tirar hacia atrás desde fuera por abordar una complejidad desmedida, lo cierto es que tomarle el pulso a su enorme abanico de opciones es insultantemente fácil. La mejor forma de verlo es con un ejemplo de cómo funciona una sesión en Fuser.

Un día cualquiera como cabeza de cartel

Tras preparar tu atuendo y adecentar el escenario con pirotecnia, luces, animaciones para las pantallas gigantes y hasta qué pelotas de goma gigantes se moverán entre el público, toca pasar a la acción eligiendo tus discos.

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Con una notable selección de más de 100 canciones -y la irremediable sombra de los DLC- eliges entre una lista de Country, Dance, Latino, Pop, R&B, Rap y Rock los temas que quieres tener a mano y los instrumentos -desde un piano hasta un sintetizador- que pretendes colar en la mezcla.

Ya sobre el escenario, toca empezar a brillar. Para ello vas eligiendo las cuatro partes de cada tema que quieres pinchar, una para cada botón principal del mando.

De esta pongo la base, de esta el bajo, de aquí la trompeta y de aquí las voces. Todo ello colocándolas al ritmo de la música, siguiendo un sistema de colores que bien podría ser un digno heredero de la carretera de notas de un Guitar Hero.

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Lo haces, a no ser que estés en el modo libre, siguiendo las indicaciones del promotor de dicho escenario, que te va pidiendo subir el ritmo de la música y añadiendo constantemente nuevas opciones de mezcla.

Si lo haces bien el público responderá alegrado y, si además cumples con las peticiones temporales que te llegan desde la masa que te alenta y bailotea -por ejemplo la oportunidad de un combo de alguien que te pide un sonido de guitarra y otro que te pide un tema cualquiera de los 90- la puntuación de la sesión crecerá como la espuma.

Ojo, no es fácil irte a casa después de cada sesión consiguiendo las cinco estrellas, los dos regalos estéticos, y los puntos que te permitirán subir de nivel para comprar más temas y cucamonadas, pero Fuser te deja muy claro qué has hecho bien y qué mal para no alcanzar ese hito.

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Hay que ser tremendamente ágil respondiendo a las peticiones y cambiar los temas de forma constante, pero conseguir clavar tus actuaciones es de lo más gratificante. Que te permita guardar esas mezclas para utilizarlas a posteriori, una genialidad.

La opinión de VidaExtra

Es curioso cómo, a diferencia de lo que ocurre con otros juegos del estilo, Fuser resulta ser mucho más que los temas que incluye en su enorme lista de opciones. Da igual que no te guste un estilo de música o canción en concreto, porque la posibilidad de aprovechar su base, o incluso su voz, cede hueco a auténticas explosiones de creatividad musical.

¿El Symphony Of Destruction de Megadeth fusionado con Bad Bunny y Whitney Houston? ¿Por qué no?

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No todos los añadidos y opciones son igual de interesantes y la idea de la campaña, más allá de servir como tutorial, no ha acabado de convencerme, pero sería una auténtica locura no reconocerle a Fuser el enorme logro que tiene a sus espaldas.

Han creado un juego musical que sabe ser creativo y divertido para todos los públicos, incluso para gente que no sabe seguir el ritmo de un simple palmeo (culpable). Pero más allá de lo mucho que pueda encandilar a esa clase de público, el panorama de temazos creado por auténticos maestros que tenemos por delante promete ser para enmarcar. Id preparando los altavoces porque vais a gozarlo. Un aplauso para Harmonix.

Yakuza: Like a Dragon

Fuser

Plataformas PC, Xbox One, Switch y PS4 (versión analizada)
Multijugador
Desarrollador Harmonix
Compañía NCSoft
Lanzamiento 10 de noviembre
Precio 64,99 euros

Lo mejor

  • Una evolución tremenda del género musical
  • Divertido como reto y como herramienta creativa
  • Infinitas posibilidades

Lo peor

  • El ritmo de la campaña decae bastante hacia el final
  • La sombra de las canciones como DLC

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