Jugamos a Dragon Ball: The Breakers, el disparatado multijugador asimétrico hecho a medida de los archienemigos de Son Goku

Jugamos a Dragon Ball: The Breakers, el disparatado multijugador asimétrico hecho a medida de los archienemigos de Son Goku

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El universo de Dragon Ball siempre ha estado en constante expansión, incluso desde antes de su exitoso salto a la pequeña pantalla. A veces con el beneplácito de Akira Toriyama y otras sin él. Dragon Ball: The Breakers, el nuevo videojuego de Bandai Namco, no tiene reparos en romper con todas las fórmulas con las que se ha llevado el manganime de culto del papel a consolas y PC. Y eso hace que el resultado final juegue tanto a su favor como en su contra.

Porque Dragon Ball: The Breakers es una sorpresa, desde luego, diseñada para atraer a los fans del Dragon World a partir de una estética muy reconocible. Repartiendo elementos icónicos por aquí y por allá. Pero también se aleja del espíritu la obra original y las propuestas de juego que durante décadas se han asociado a las batallas de saiyans y la aventura al estilo Toriyama. Aunque, siendo justos, en cada partida se propician situaciones que derivan en combates explosivos y una desesperada búsqueda de las propias dragon balls.

¿Eso es bueno o es malo? Eso ya depende de nosotros. Dragon Ball: The Breakers busca con muy poca sutileza ofrecer una experiencia muy diferente al fan de Goku y compañía con el enorme gancho de situarse en el universo Dragon Ball de los videojuegos, pero en el fondo acaba siendo un multijugador online asimétrico casi, casi de manual: en un enorme escenario, siete jugadores intentan escapar de la constante amenaza de un octavo jugador capaz de reducirlos al menor descuido y, en el proceso, reducir a escombros el mapa de juego. Literalmente.

Un Dragón Ball muy experimental. Una fórmula que va sobre seguro

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Lo que le da una singularidad total a Dragon Ball: The Breakers es que, salvo que adoptemos el rol de uno de los archiconocidos villanos de Dragon Ball, tomaremos el control de un terrícola corriente y moliente. Un personaje sin adiestramiento de combate, armado con una pistola que -a efectos prácticos- sirve para romper cajas, jarrones y poco más. Según la trama del propio juego, que la tiene, un náufrago temporal que debe sobrevivir a la desesperada y encontrar una vía de escape.

Situado en el mismo universo de los juegos Dragon Ball Xenoverse y Dragon Ball Online, siendo una especie de spin-off de ambos, en The Breakers nos encontramos con que una serie de grietas temporales han captado a civiles y los han arrastrado a una línea de tiempo que combina elementos de toda la historia de Dragon Ball. Un entorno en el que lo mismo encontramos el tatami del Juego de Cell que la nave de Freezer, así como pequeños y grandes entornos poblados y silvestres de la Tierra. Un reducto del espacio-tiempo en el que un poderoso enemigo anda suelto.

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La única manera de sobrevivir a esta masacre es escapar de esta línea temporal. Por suerte, las piezas de una súper máquina del tiempo también se han repartido por el escenario; de modo que toca registrar a fondo cada zona, armarse con cualquier cosa que nos encontremos y ensamblar la máquina antes de que el acechador elimine a todos los civiles o destruya todo el escenario.

Los elementos del Dragon World comienzan a manifestarse poco a poco a partir de esa sencilla premisa, dando forma e identidad a cada partida y, de manera gradual, despega la propuesta de  acción y supervivencia en el que el trabajo en equipo no es opcional. Los supervivientes deben coordinarse y encontrar una serie de elementos repartidos por el enorme escenario. Activarlos sin ser detectados por el villano y, finalmente, escapar en la máquina del tiempo.

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Y, si bien, la ausencia total de Goku, Vegeta, Gohan y el resto de los Guerreros Z no pasa nada inadvertida, nos encontramos con que son los icónicos archienemigos de Dragon Ball los que realmente toman las riendas de la partida y sostienen el peso de la propuesta de juego. Y, por extensión, ponerse en la piel de éstos resulta bastante más entretenido. Aunque, como veremos, hay margen para las batallas y, a diferencia de otros juegos de supervivencia asimétrica, éstos también pueden ser sometidos y eliminados en combate.

Existe un último recurso: las dragon balls. Repartidas por todo el mapa veremos las codiciadas esferas que nos permitirán invocar un deseo y reunir el poder necesario para vencer al acechador. Pero, siendo prácticos, es mejor dedicarse a reconstruir la máquina que apostarlo todo a la suerte.

Ahora bien, pese a que los supervivientes son terrícolas normales (o Cerdos en caso de desbloqueemos el aspecto de Oolong) a lo largo de cada partida podremos recolectar energía y activar un Cambio Dragón, una técnica en la que heredaremos por tiempo muy limitado la fuerza, la capacidad de vuelo y las técnicas de héroes como Goku, Krillin, Piccolo o Vegeta. Una habilidad que bien administrada nos permitirá escapar o eliminar al villano. Eso sí, un recurso muy limitado que, una vez consumido, nos dejará totalmente expuestos.

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Más que un desequilibrio de fuerzas, Dragon Ball: The Breakers está planteado para ofrecer las mismas oportunidades a los supervivientes y el acechador. Prescindiendo de la atmósfera de terror de juegos como Dead by Daylight (uno de los referentes actuales del multijugador asimétrico) o la tensión de Among Us, en favor de recursos y mecánicas propios más alineados con el espíritu del anime, incluyendo el uso de las cápsulas Hoi-Poi o el desplazamiento de vehículos propios de Dragon Ball para unos, y las fulminantes técnicas de proyectiles y cañonazos de energía para otros.

Y es que, como decimos, Dragon Ball: The Breakers  tomando prestados  aquellos elementos que más le interesan del manga y el anime y con ellos da forma a una experiencia de juego con tintes de supervivencia y combates que, siendo justos, poco tienen que ver con las explosivas batallas que encandilaron a generaciones enteras en consolas y PCs. Pese a que el desarrollo de estas, cuando sucede, no es muy diferente al de otros juegos.

Un Dragon World diferente hecho a medida de los villanos

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Ser un terrícola superviviente es solo la mitad de la experiencia de Dragon Ball: The Breakers. La otra mitad, lógicamente, es tomar el rol del villano de turno. Un enemigo incansable que evoluciona durante el transcurso de la partida y que no solo se dedica a cazar al resto de jugadores a lo largo del enorme mapa, sino que se dedica a destrozar sus iniciativas y, de manera gradual, destruir el propio escenario.

Dragon Ball: The Breakers no es un Dead by Daylight ambientado en el Dragon World, aunque muchas de las premisas parecen estar extraídas del juego de Behaviour. Dicho lo cual, también hay gruesas pinceladas de los juegos de Battle Royale, como la importancia de los saqueos o la obtención de armas y mejoras. Y, por parte de los villanos, la manera de estrechar el área de juego gradualmente a base de brutales cañonazos. Un recurso excepcional que puede ejecutar con cada evolución o hito y que siempre funciona a conveniencia de la acción de la partida.

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A diferencia de los civiles, y pasados los compases iniciales de la partida, cada villano tiene acceso a su fuerza original, así como la capacidad de volar o detectar la energía de otras personas; de modo que podrá reducir y eliminar fácilmente a los jugadores dispersos o a los más rezagados de cada partida. Aquellos que no hayan logrado la capacidad de realizar un Cambio Dragón con el que poder defenderse o escapar.

Sin embargo, a diferencia de los acechadores de Dead by Daylight los villanos de Dragon Ball: The Breakers pueden verse superados si el resto de personajes se coordinan de manera eficiente o pasan a la ofensiva y reducen su barra de salud. Es más, como tarde demasiado en evolucionar se verá en una clara situación de desventaja, viéndose obligado a plantear un tipo de estrategia no tan ofensiva y centrada en el saboteo de los progresos del resto de jugadores.

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Un conjunto de elementos que, finalmente, se traducen en partidas de 10 a 15 minutos en los que la estrategia, la organización y el trabajo en equipo siempre eclipsan la acción predominante en la mayoría de juegos de Dragon Ball. Si bien, se promueve que haya combates, la tónica general de cada partida suelen girar en torno al concepto de búsqueda a la desesperada y la prioridad en común es obtener temprano un nivel de poder para atajar cualquier complicación.

Sin embargo, que los protagonistas sean personas normales abre la puerta a la integración de elementos de Dragon Ball que se fueron perdiendo poco a poco en el manga conforme su estilo -y el de la serie animada- se centró casi en exclusiva en las artes marciales. Nos referimos al uso de los divertidos vehículos y la increíble tecnología que nos fascinaba durante las aventuras del pequeño Goku al inicio del manganime, pero también a habilidades delirantes como la capacidad de transformarse en objetos como jarrones o sillas para ocultarse a manera conveniente.

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Incluso hay habilidades que, en realidad, implican el uso de objetos icónicos, como un gancho extensible que nos dará un extra de movilidad, una variedad de Radares que nos facilitarán la búsqueda o una cápsula de transporte del ejército de Freezer que nos permitirá cambiar de zona de manera rápida y sencilla. Fuera de las partidas podemos personalizar nuestro repertorio de habilidades e incluso mejorarlo, y saber cómo y cuando usarlas es absolutamente esencial.

Existen objetos y armas ofensivos, claro. Hay lanzamisiles, escudos y hasta guantes que nos permiten ejecutar técnicas características de los héroes. Todos ellos consumibles. Pero al final simplemente son recursos diseñados más para escapar o ganar tiempo: si el plan es enfrentarte al acechador hay que usar el Cambio Dragón y atacar en equipo. Y es ahí dónde patina Dragon Ball: The Breakers.

Siete cosas en las que The Breakers acierta y otras cuatro que debe pulir

Dragon Ball: The Breakers acierta al querer ofrecer una propuesta alternativa y original, pero hay aspectos que merecen recibir un empujón de cara a su lanzamiento definitivo.

El mapa de juego es enorme, variado y con montones de guiños

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En la versión del juego a la que tuvimos acceso solo se ofreció un mapa. Eso sí, en ese mapa hay de todo: lugares y emplazamientos muy reconocibles, entornos urbanos y naturales con una estupenda verticalidad y hasta cuevas con secciones acuáticas. Estamos deseando ver qué habrá en el resto de mapas que llegarán en el futuro.

La movilidad de los civiles es interesante y variada, aunque puede mejorar

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Si bien los villanos poseen una movilidad acorde a la de los seres más poderosos de Dragon Ball, los civiles son personas normales. Ahora bien, éstos pueden escalar, rodar, engancharse y desplazarse en cualquier dirección con un gancho e incluso darle uso a toda clase de vehículos. Una lástima que las sensaciones a los mandos o los controles por defecto sean aparatosos.

El villano es vulnerable al inicio de la partida

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El enemigo de Dragon Ball: The Breakers entra en la partida a la vez que el resto de jugadores, y pese a que tiene más recursos ofensivos que los supervivientes, su primera necesidad a cubrir es convertirse en una amenaza. En el caso de Cell, éste comienza como larva y deberá absorber la vida de civiles inmovilizados o enfrentarse a otros jugadores para evolucionar y, gradualmente obtener su forma perfecta.

La estrategia y la coordinación son la clave

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Da igual que seas superviviente o acechador: todas las partidas tienen una serie de prioridades, y si bien los logros de los primeros, por separado son presa fácil del segundo. La coordinación, realizar rescates de compañeros caídos y saber detectar y acomodarse al curso de la partida es lo que separa el éxito del fracaso.

Destruir las zonas de juego es un recurso brillante

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Cada vez que el enemigo evolucione o alcance un hito ganará acceso a una técnica demoledora: aparecerá en el cielo y, de un cañonazo, destruirá una de las cinco zonas que componen el mapa. Tal y como suena.

Como recurso es brillante: no solo se ajusta de manera natural el ritmo de la propia partida, sino que hace que los supervivientes se tomen la búsqueda más en serio, se preocupen de escapar con vida o busquen una estrategia alternativa para ganar en función de las circunstancias.

Existen diferentes maneras de ganar la partida

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Si bien, supervivientes y acechador tienen su roles muy definidos, existen diferentes maneras de ganar la partida:

  • Los supervivientes deben concentrarse en obtener las piezas de una máquina del tiempo y activarla. En caso de que ese plan fracase o la máquina sea destruida, pueden realizar una escapada alternativa activando unas balizas. Además, si han reunido suficiente energía podrán luchar y eliminar al acechador.
  • Por su parte, el enemigo tiene como propósito eliminar a los otros siete jugadores de la partida, pero también puede ganar destruyendo todas las máquinas del tiempo o reduciendo todo el mapa a escombros.

Los combates no son el principal reclamo, pero pueden ser mucho mejores

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Tarde o temprano nos tocará luchar. Bien contra el enemigo o para eliminar a los supervivientes. Y es entonces cuando se despliega lo que podemos denominar una fase de combate. Desafortunadamente, la movilidad, los golpes y el sistema de proyectiles cuenta con un control tosco y caótico, la cámara del juego no ayuda y es relativamente sencillo perder de vista al adversario.

Con el Cambio de Dragón los supervivientes se transforman y adoptan diferentes formas basadas en los héroes de Dragon Ball y sus técnicas, pero lejos de adoptar un esquema similar al de los juegos como DB: Xenoverse o DBZ: Kakarot se apuesta por una movilidad torpe que conserva varias de las acciones originales. Y eso hace que irremediablemente perdamos valiosos segundos de transformación.

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Puede que las batallas no sean el plato fuerte, pero Bandai Namco debe afinar más y mejor el sistema de combates si quiere que la experiencia sea tan atractiva como la marca.

Un sistema de personalización que le da un punto de color a nuestros personajes

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Si bien, en The Breakers el aspecto de los enemigos estará muy definido, podremos crearnos un superviviente al gusto y darle el aspecto que queramos. A priori todos son terrícolas, pero existen toda clase de ajustes personalizables, así como sets de gestos, complementos y animaciones de entrada con los que diseñar nuestro propio héroe de Dragon Ball y vestirlo para la ocasión.

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Además de lo anterior, también existen disfraces o skins que podremos usar en la partida. Algunos muy reconocibles: en la beta nos hemos podido vestir del propio Oolong, el compañero de aventuras del pequeño Goku, o la propia Bulma. Algo que, se mire como se mire, es un divertido reclamo.

Las salas de juego merecen ofrecer más variedad

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Entre partida y partida en Dragon Ball: The Breakers pasaremos el rato en una sala de espera que, en esencia, es un área construida en torno a una mesa y en la que podremos personalizar el aspecto y las habilidades de nuestro personaje, ver los eventos en curso o acceder a la tienda del juego y el gacha. Sobre el papel no está mal, pero en la práctica podía ser mejor.

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Por un lado, le vendría muy bien ofrecer un acceso directo a las secciones que queremos visitar en lugar de estar dando bandazos de punta a punta. Sin embargo, la espera en la misma hasta que se completan los emparejamientos y se encuentra la partida evidencia que la propia Sala de Espera necesita alguna actividad o minijuego.

Sí, hay un sistema de Gacha. Y no solo añade elementos estéticos

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Las intenciones de Bandai Namco son que The Breakers llegue a precio reducido, pero se ofrecerán diferentes compras a lo largo del mismo. Algo bastante común y razonable en los juegos multijugador online. Una de ellas es un Pase de Batalla con el que convertir nuestros progresos en recompensas. Sin embargo, habrá otros premios que se obtendrán a base de suerte.

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El edificio más grande de la Sala de Espera es un Sifón de Energía que se encarga de convertir los Tiquets, Zennis y Puntos en premios que se otorgan por invocaciones. Algunos de ellos son objetos estéticos y otros son ataques y habilidades.

Lo bueno del formato de juego es que, teniendo en cuenta la premisa de ser un juego de 7 contra 1, no se puede decir que se rompa el elemento competitivo o se llegue a abrir la puerta a un Pay-to-Win. Lo malo es  que Bandai Namco deberá medir muy bien cómo y de qué modo se obtiene crédito si no quiere que este aspecto pase a ser un punto en contra.

Hablemos de los planes de lanzamiento y post-lanzamiento

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Como el propio Cell, Dragon Ball: The Breakers nace con el propósito de ser un juego en constante evolución. Con un conjunto de elementos iniciales que irá creciendo con el paso del tiempo; y por elementos nos referimos a nuevos mapas, nuevos personajes y aspectos y, por supuesto, muchos más enemigos. Es cuestión de tiempo que Broly asome por el juego.

A esto hay que sumar un sistema de Pases de Batalla que recompensará la dedicación y el desempeño de los jugadores en partida con premios que serán todo un reclamo para los fans de Dragon Ball. ¿Un atractivo para el juego en sí? Bueno, eso dependerá de cómo se pulan los puntos anteriores de cara a la versión final.

Dragon Ball The Breakers: a medio camino entre una propuesta original y una salida fácil

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Bandai Namco nos ha acostumbrado a lanzar al menos un juego de Dragon Ball al año, y hay que reconocer que sabe ofrecer variedad al fan: Super Dragon Ball Heroes, Dragon Ball Fusions o Dragon Ball Z: Dokkan Battle son algunos ejemplos de que hay margen para ser experimental. Dragon Ball: The Breakers no descarta los combates explosivos, pero quiere aportar un punto de vista inédito hasta ahora en el universo de Dragon Ball.

Y es que no nos vamos a engañar: si el tráiler de Dragon Ball: The Breakers hubiese aparecido el primero de abril (o el 28 de diciembre) el anuncio se hubiera recibido desde el humor. Y pese a que es un proyecto serio, cuesta ponerlo al mismo nivel que producciones recientes como Dragon Ball FighterZ, Dragon Ball Z: Kakarot o un Dragon Ball: Legends lanzado en móviles. Las comparaciones son injustas pero inevitables.

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Si bien, dentro del enorme legado de Son Goku en los videojuegos se puede considerar que The Breakers es una de las propuestas más originales, lo cierto es que se fuera de ese contexto trata de llevar la marca a fórmulas que llevan siendo sinónimo de éxito durante años sin llegar a empapar el conjunto lo suficiente en la obra de Toriyama. Es más, la esencia de sus personajes tampoco dice presente en esta aventura de supervivencia.

En cualquier caso, desde la creación de Dragon Ball Online, en 2010, Bandai se ha dedicado a crear su propio Dragon World. Un universo alternativo y a medida, lo suficientemente abierto como para ser atrevidamente experimental, sacarse de la manga transformaciones imposibles y darle las vueltas necesarias a la historia conocida. Dragon Ball: The Breakers es la más reciente y atrevida propuesta basada en ese canon alternativo, y estamos seguros de que no será la última.

  • Plataformas: PS4, Xbox One, Nintendo Switch y PC
  • Multijugador: Sí ( 7 contra 1)
  • Desarrollador: Dimps
  • Compañía: Bandai Namco
  • Lanzamiento: Principios de 2022
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