Análisis de Harvestella: fantasía, granjas y JRPG con el inconfundible toque de Square Enix

Análisis de Harvestella: fantasía, granjas y JRPG con el inconfundible toque de Square Enix

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Harvestella

Empezar un día recogiendo lechugas y cerrarlo repartiendo espadazos y conjuros en mazmorras. O al revés, si lo prefieres. Incluso te puedes preparar un salteado de verduras y setas entre una cosa y otra. Harvestella tiene montones de aventuras y encargos menores que ofrecerte y una sola condición a la hora de llevarlas a cabo: nuestro héroe trabaja de sol a sol, con lo que para cuando canten los Lunnis tienes que estar en la cama y con el pijama puesto. No te preocupes, que te acabas acostumbrando.

Puedes ignorar la hora que es y seguir arando la tierra o buscando cofres del tesoros custodiados por goblins y monstruos de noche, pero tu héroe acabará en el suelo agotado si nos venimos muy arriba y con la mazmorra a medio hacer. Literalmente. Y lo que es peor: cuando te despiertes tocará empezarla casi desde cero. El protagonista del nuevo JRPG de Square Enix tiene el mismo horario que nuestro granjero de Stardew Valley, y eso no es malo: Harvestella está diseñado para disfrutarse a su propio ritmo. A ser posible, sorbito a sorbito.

Square Enix fusiona el encanto único del rol Made in Japan con el que ha conquistado medio planeta con la terriblemente adictiva fórmula de los juegos de granjas. En manos de cualquier otro es algo que puede salir o muy bien o muy mal. En manos de los creadores de Dragon Quest y Final Fantasy es una doble obsesión que toma con mucho descaro la inspiración de los propios juegos de la casa y los simuladores de vida agrícola.

¿Una combinación forzada? En absoluto. Como veremos, lo mejor de Harvestella es cómo se integran ambos conceptos de videojuego en una misma experiencia con pocas o casi ninguna sorpresa de cara al jugador muy acostumbrado a los juegos de Square Enix, pero con grandes aciertos tanto para aquellos que busquen un  juego de aventuras único al que dedicarle esos ratitos de ocio sueltos o una obsesión capaz de llenar tardes enteras.

Y es que, para deleite de los fans de los JRPG,  Harvestella es un juego en el que la firma de Square Enix está muy presente desde sus primeros compases. Un arranque que se hace muy cuesta arriba, todo sea dicho, pero que una vez superado no hay vuelta atrás: pasada la barrera del tercer capítulo quieres llegar cada vez más lejos en tu expedición, mejorar tu relación con el resto de personajes y, con un poco de suerte, impedir una catástrofe que ha puesto en peligro a todas las formas de vida: la quietud. Pero vayamos por partes.

De zanahorias, espadas y los cuatro cristales sagrados que rigen las estaciones

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Harvestella sabe ir directo al grano desde el minuto uno: la divina providencia pone a nuestro héroe, el cual nosotros daremos forma y nombre, frente a Lethe, un pueblo que nos es completamente desconocido, y sin un propósito definido.

La buena noticia es que el pueblo nos acogerá y nos dará una casa a las afueras. La no tan buena es que justo en ese momento se está produciendo un cambio de estación que da paso a la quietud, un fenómeno misterioso que marchita las cosechas y vuelve a los monstruos más revoltosos. Se desconoce el origen del mismo pero se sospecha que tiene que ver con los cuatro cristales sagrados que rigen las estaciones.

Así que, como la nueva heroína de la ciudad, junto con las llaves nos darán un puñado de semillas y una manera de ganarnos el pan: cultivar hortalizas en un pequeño huertecito.

Cuidar la tierra y enviar trigo y cebollas tiene su encanto. Socializar con los habitantes de Lethe mientras jugamos con los chiquillos o mejoramos nuestras herramientas y recursos es algo a lo que fácilmente se le pueden dedicar tardes enteras. Pero en Harvestella esa vida agraria es solo la mitad de la experiencia. Siendo justos, la mitad más pequeñita.

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Nuestra condición de ser el recién llegado a Lethe se esfumará en tiempo récord: no mucho después de familiarizarnos con el cultivo de cebollas descubriremos una extraña silueta inconsciente protegida por una extraña armadura. Los lugareños del pueblo no quieren tener nada que ver, pero en nuestra nueva casa sobra una cama y, visto lo visto faltarán manos. A partir de aquí haremos dos descubrimientos.

  • Dentro de la armadura no se encuentra una amenaza, sino una joven que afirma haber venido desde el futuro y tiene planeado volver a su tiempo.
  • Nos quedamos sin alguien que nos ayude a plantar verduras, pero a cambio una razón para emprender una gran aventura y, en el proceso, salvar los cuatro cristales sagrados.

Harvestella nos invita a compaginar el desarrollo de una historia de fantasía y heroísmo tejida con los mismos hilos que Square Enix suele usar en sus producciones roleras. Recurriendo a sus clichés, desde luego, lo cual deriva en que las grandes sorpresas son contadas y personajes principales y secundarios con alma propia pero no muy diferentes a los que llevamos viendo en sus juegos desde hace décadas. Ojo, elemetos que si se conjugan bien funcionan de maravilla. Harvestella es la mejor prueba de ello.

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Sin embargo, la entrada en la ecuación de los elementos de simulación de vida agrícola no es algo forzado, sino una extensión de la fórmula tradicional. Al abrir los cofres dispersos por las mazmorras no encontraremos ni oro, ni plata, sino semillas y recursos para la granja. ¿Entonces, cómo se supone que voy a vencer al mal con repollos? Ahí, precisamente, es dónde la cosa se pone interesante.

En Harvestella el tiempo es oro y las verduras son plata

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Como comentamos al principio, Harvestella es un JRPGmás o menos tradicional en el que están completamente integrados los elementos de los Simuladores de vida agrícola. Esto transforma la experiencia de arriba a abajo partiendo de algo tan simple como que bajo nuestra barra de salud hay una segunda barra que refleja nuestro cansancio. Si corremos y luchamos ésta se va vaciando, pero si aramos la tierra, plantamos o quitamos las piedras también.

En el momento en el que se queda totalmente vacía, además, nos desmayaremos y habremos perdido el día. Si en el bolsillo llevamos lechugas que habíamos vendido (es decir, no hemos metido en el cajón de recogida), no nos las pagarán hasta el día siguiente. Por suerte, despertaremos cómodamente en nuestra cama, aunque habrá que pagar la factura médica por el disgusto.

Para pagar esta factura, que se convertirá en un gasto recurrente, así como nuevas mejoras de equipamiento, deberemos alternar nuestras labores agrícolas con hacer recados y encargos expresos en diferentes localizaciones. Es más, incluso nos pondremos al servicio de las hadas elementales que están vinculadas a los cristales. Pero ahora llega lo interesante: podremos realizar cultivos únicos en zonas muy exóticas, lo cual le da muchas capas de variedad y profundidad al apartado de Simulador agrícola.

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Ahora bien, para llegar a estas zonas tan interesantes hay un trámite intermedio: deberemos avanzar tanto en la aventura como en la historia. No tardaremos en descubrir que cada uno de los cristales está relacionado con una estación y que hay cultivos que sólo crecen en épocas concretas. Sin embargo, al acabar el segundo episodio el juego se abre y permite que viajemos con relativa libertad hacia otras regiones basadas en las estaciones de agua (verano), viento (primavera) y tierra (invierno). Eso sí, más que un paseo, se trata de una aventura.

Si bien, como en todo JRPG con un toque clásico, en Harvestella recorreremos largas distancias a través de un mapa de mundo, al entrar en las mazmorras y los tramos intermedios deberemos hacer frente a toda clase de enemigos. Y ojo, lucharemos con la misma herramienta multiusos con la que aramos, regamos y rompemos piedras. Porque con la habilidad suficiente, también puede ser una espada, una pistola o una varita magica.

Nuestro héroe tiene acceso a una docena profesiones, cada una de ellas con su propio árbol de habilidades. Originalmente seremos un luchador capaz de esgrimir una espada, pero no tardaremos en aprender que conforme vayamos sumando miembros a nuestro equipo aprenderemos nuevos oficios de manera automática, desbloqueando e integrando habilidades como la magia o el uso de la tecnología en el desarrollo de los combates.

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Desafortunadamente, Square Enix no ha estado tan inspirada en el tema de las batallas. El sistema de combate de Harvestella es en tiempo real y nuestros compañeros de equipo atacan de manera autónoma (más o menos como en Xenoblade) pero necesitaremos avanzar horas para tener un repertorio decente. E incluso con esas, el ritmo de las batallas podía haber sido mucho mejor.

Se puede entender a medias: Harvestella es un RPG que ofrece muchos elementos tradicionales, pero que también busca llegar a los apasionados por los juegos de gestión de granjas, con lo que al final tienes que hacer que tu protagonista progrese en paralelo como aventurero y como granjero. Y, claro, no se es un buen granjero en dos tardes ni una semana. Es más, el calendario y el paso de los días es algo que el juego tiene muy presente.

Lo cual no quiere decir que no haya batallas épicas, que las hay, pero tardan mucho en llegar.

Con todo, el aspecto de simulador de vida agrícola también se ha implementado en el desarrollo de nuestra incursión en mazmorras, las cuales inicialmente deberán hacerse por tramos: el paso de las horas y el desgaste de nuestro héroe nos obligará a regresar a casa para reponer fuerzas, pero podremos crear atajos, puentes, escaleras y puntos de teletransporte para agilizar el regreso. Es un JRPG casi de manual, sí, pero también esa clase de juego que te invita a exprimir al máximo cada día.

Artísticamente precioso, conservador en lo jugable y muy modesto en lo visual

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Nos hemos acostumbrado a esto en los juegos de Square Enix, en especial los que crea para Nintendo Switch, pero eso no quita que sea una parte esencial a la hora de evaluar el conjunto: uno de los aspectos más cuidados de Harvestella es su apartado artístico. Tanto en lo que se refiere al diseño de los personajes como a los diferentes entornos de juego, pasando por los monstruos y jefazos finales. Es más, la impronta del estilo de la casa es algo omnipresente en todo el juego. Otra cosa es cómo se ha logrado que esto luzca en Switch.

De cara a nuestro análisis pudimos jugar a la versión de la consola de Nintendo de Harvestella, y lo cierto es que a la hora de jugar en televisión la imagen apenas mejora frente a lo que se ve en la pantalla de la consola: la resolución del juego es muy limitada y eso al final desluce los acabados de los personajes en el juego, los efectos y los escenarios.

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No es que Harvestella lleve al límite la Switch al respecto de lo que puede ofrecer la consola, hemos visto juegos similares y mucho más exigentes lucirse más en televisores, pero al final eso nos empuja a que echemos muchas más horas con la consola desconectada de la tele. Y no lo vamos a negar, teniendo en cuenta el tiempo que pasaremos dándo vueltas, cocinando o dándo paseos sin avanzar el juego se acaba disfrutando más en portátil.

Como referencia, aquí puedes ver las diferencias entre una captura nuestra y otra oficial de la versión de PC para Steam. Un dato adicional: según se puede leer en el portal de Valve, actualmente Harvestella es jugable en Steam Deck, aunque no está verificado.

Img 3244 Captura de nuestra partida de Harvestella en Nintendo Switch (modo TV)
Ss D42f0c373475c532850da9e7bb3f858ec5b4cd65 1920x1080 Captura oficial de Harvestella en PC

¿Y cómo rinde en movimiento el juego? Bueno, realmente Harvestella es un título que no necesita ir fluido dada su naturaleza pausada (que no contemplativa) hasta que nos metemos de lleno en su sistema de combate. Una vez nos metemos en mazmorras casi todo los grandes momentos quedan maquillados a base de efectos de luz, mientras que las batallas son demasiado sencillas como para exigirles un buen rendimiento.

Podría ser mejor, desde luego, pero a falta de saber cómo luce el juego en PCs, en Nintendo Switch ni decae el ritmo del juego y la experiencia tampoco lo necesita.

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La buena noticia: conforme vamos avanzando y la aventura se expande en todas las direcciones, los rodajes del juego se caen y abrazamos la experiencia tal y como es: un JRPG que nos ofrece algo más de cincuenta horas por delante. Algunas de ellas dedicadas al cultivo, otras a la aventura fantástica y, por supuesto, a la libre exploración con el propósito de desbloquear nuevas habilidades o probar las recién adquiridas.

A fin de cuentas, ¿qué mejor manera de afrontar el misterioso fenómeno de la quietud del mundo de Harvestella que exprimiendo cada minuto del día?

La opinión de VidaExtra

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Harvestella es el ejemplo perfecto del grado de maestría de Square Enix a la hora de ofrecer JRPGs capaces de obsesionarnos y su empeño por estirar los límites del propio género. No es una revolución ni tampoco la enésima repetición de las mismas fórmulas de siempre, sino una experiencia que tarda mucho -demasiado- en arrancar y encontrar su identidad, pero cuando el jugador entra en su dinámica queda tan atrapado como fascinado. Un título con las mismas características en otras manos no hubiera logrado las mismas sensaciones.

Es más, es incuestionable que la mayoría de miradas hacia Square Enix se centren en bombazos como los dos próximos Final Fantasy que saldrán en PS5 (Final Fantasy XVI y FF7 Rebirth), pero es innegable que ha compaginar esa responsabilidad con juegos de menor calibre, pero un cariño muy especial en Nintendo Switch y PC. Nos referimos a Triangle Strategy, a Live a Live y, antes de cerrar el año, un Harvestella que no decepcionará a los fans del JRPG. Al contrario: les tendrá obsesionados.

Shinsen P3 Adventure

Harvestella es una combinación curiosa en la que sus elementos por separado no son precisamente originales, pero tampoco quiere decir que vayamos sobre railes y vivamos la aventura en modo automático: el toque de Square Enix queda patente en personajes con alma propia y un sistema de progresión que, cuando ya está bien encauzado, sabe recompensar tanto la dedicación y la buena planificación como el heroísmo.

Eso no quiere decir que sea un título impecable: lo nuevo de Square Enix peca de modesto con los acabados técnicos, la trama y el sistema de combate en un juego en el que el departamento artístico estuvo realmente inspirado, Tanto con los personajes como en los escenarios.

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Sin embargo, el mayor problema de Harvestella es lo mucho que tarda nuestro héroe en desenvolverse con soltura en el juego. En no quedar expuesto a ser derrotado o fulminado por el agotamiento y despertase en el acto con la misma mueca de Bill Murray en Atrapado en el tiempo. Por suerte, nada de lo conseguido y avanzado se pierde en el viaje a casa.

Pero, una vez entras en la dinámica de Harvestella, este te atrapa. Convirtiéndose en el juego perfecto para dedicarle un ratito cada día. Tanto para cultivar zanahorias como para curiosear por las mazmorras y, ya metidos en los compases finales, encarar una amenaza a gran escala. No como un JRPG genérico, sino como una aventura que merece ser disfrutada en portatil, sin prisas y sorbito a sorbito. Como el buen café.

Harvestella - Switch - Formato : Nintendo

HARVESTELLA

HARVESTELLA

Plataformas Nintendo Switch y PC
Multijugador No
Desarrollador Square Enix
Compañía Square Enix
Lanzamiento 4 de noviembre de 2022

Lo mejor

  • Una curiosa mezcla que engancha y extiende los límites de los JRPG
  • La integración de elementos de simulador de vida agrícola le añade interesantes capas al desarrollo del juego
  • Personajes, Escenarios y montones de detalles que evidencian el mimo de Square Enix con sus proyectos para Switch y PC

Lo peor

  • Los primeros compases del juego son muy duros, y la progresión se hace cuesta arriba
  • Conservador en aspectos muy básicos como la trama o el desarrollo del juego
  • Pese a que tiene un estupendo apartado artístico, es muy modesto en lo visual

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