Nueva vida y gloria para el gran clásico del terror espacial. Análisis de System Shock

Nueva vida y gloria para el gran clásico del terror espacial. Análisis de System Shock

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System Shock 2023

SHODAN ha regresado y, para variar, sus códigos éticos se han ido al traste. La culpa, casi treinta años después, la seguimos teniendo nosotros y eso es una muy mala noticia para la humanidad. Pésima. Pero, en el proceso, nos topamos con un remake de System Shock que logra lo que parecía imposible: no solo está a la altura de un juegazo de culto y todavía mayor impacto, sino que además sabe dejar muy buenas sensaciones al jugador. En especial, a los fans del original. Y eso tiene doble mérito.

Vaya por delante que el remake de System Shock no luce como una gran superproducción, ni tampoco lo necesita: hay un colosal trabajo detrás para hacer que todo se sienta genuinamente fiel al original de 1994, pero también un empeño constante en llevar sus hitos y aciertos a los jugadores actuales y preservar la estética, la temática y, sobre todo, la esencia de una obra que se considera una piedra angular para todo un género.

Dicho de otro modo: aquello que juegos del calibre de BioShock, Prey o Cyberpunk 2077 toman prestado con gran descaro sigue estando completamente a la vista y se manifiesta en pantalla desde los primeros compases. Incluso cuando su propia estética -de manera exquisitamente intencionada- tiende lazos con la época en la que nació el fenómeno. Y eso no solo le da más carácter al conjunto, sino que le queda rematadamente bien al System Shock del nuevo milenio.

Nightdive Studios, quienes firman este remake, renuevan con aciertos la visión de sus creadores, quienes han participado en el proyecto, y se nota; reivindicando a lo grande la gloria atemporal de System Shock a base de ofrecer la misma profundidad y experiencia de terror espacial con ambientación cyberpunk. Eso sí,  como veremos, nuestra incursión a la Estación Ciudadela ha recibido notables mejoras en lo jugable, nuevas sorpresas en lo que respecta a contenido y, por cierto, se disfruta de maravilla en Steam Deck.

System Shock, el renacer de un clásico

Si vienes del original o es tu primer cara a cara con SHODAN, el remake de System Shock te lleva a su terreno y gana el primero de los puntos a su favor nada más empezar la partida: su nuevo prólogo, una sencillísima escena que tardaremos un pocos minutos en exprimir, sabe recoger el guante tendido a los juegos de BioWare, Bethesda o CD Projekt RED y convertirlo en toda una lección de cómo crear contexto, ambientación y servir de tutorial básico.

A partir de ahí, la gran obra maestra que el clásico siempre fue comienza a manifestarse. Con un aspecto que tiende fuertes y acertados lazos al original a nivel estético, pero que sabe sacar partido al Unreal Engine a la hora de definir la experiencia jugable y la narrativa. Pero, sobre todo, replanteando y sumergiéndonos de lleno en una de las mejores experiencias de ciencia ficción y terror espacial jamás llevadas a los videojuegos.

En System Shock somos un hacker que se ha metido con la megacorporación equivocada y acaba pillado con las manos en la masa. Con el agua al cuello, se nos ofrece un trato que -definitivamente- no se puede rechazar: si eliminamos las restricciones éticas de la Inteligencia Artificial que controla a una Estación Ciudadela no solo escaparemos de rositas, sino que se nos ofrecerá ese valioso implante cibernético que originalmente íbamos a robar con la cirugía incluida.

¿Qué podría salir mal? Básicamente todo.

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Seis meses después, despertamos en esa Ciudadela tras una muy prolongada siesta y está todo manga por hombro. Las luces apagadas, el material quirúrgico por los suelos. ¿No hay nadie a bordo capaz de darle un repaso a la estación?  Desafortunadamente sí.

Durante todo ese tiempo se ha llenado de mutantes, cyborgs y robots que no se toman nada en serio ninguna de las tres leyes de Asimov. Minucias comparados con el gran problema: aquella IA a la que le anulamos la ética, SHODAN, ha tomado el control de la Estación Ciudadela, nos vigila atentamente a través de una red de cámaras y lo que es peor: lo único que tenemos al principio para salir al paso es una triste tubería.

System Shock no es estrictamente un shooter en primera persona, del mismo modo en el que tampoco lo son Prey, Deus Ex o Cyberpunk 2077. Es más, estos son solo algunos de sus alumnos más aventajados que han seguido muy de cerca la senda del original. Como juego, podemos definirlo como una aventura de terror atmosférico no lineal. Con tintes de Survival Horror y pinceladas gruesas de metroidvania en primera persona.

Como experiencia de juego, y siendo más específicos, una que nos aporta entre 15 y 20 horas de deliciosa ciencia ficción en su estado más crudo. Incluso menos. Porque quizás nosotros no tengamos el control de lo que ocurre en la Estación Ciudadela, por muchas cámaras que derribemos en el intento, pero sí sabemos qué clase de experiencia de juego tendremos por delante antes de iniciar la partida. Exactamente igual que en el original.

Una clase magistral de cómo revitalizar un juego de culto

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Si bien, no se puede considerar un juego de rol (aunque hay base para ello) como en 1994, nosotros mismos elegiremos qué a tipo de experiencia enfrentarnos configurando cuatro aspectos esenciales relacionados con los enemigos, la dificultad de los puzles, la vigilancia de SHODAN e incluso cómo nos desenvolveremos en el ciberespacio. Valores a tener muy en cuenta, ya que no solo estamos calibrando la agresividad de los enemigos, sino que las contraseñas de las puertas están fijadas en las dificultades más elementales y son aleatorias en el nivel difícil.

Como comentamos al principio, el remake de System Shock no luce -ni pretende lucir- como una de esas superproducciones de ciencia ficción de los videojuegos con armas de diseño retorcido, habitaciones en las que lucir el trazado de rayos o enemigos que podamos considerar realistas, sino que se refleja con acierto en la estética del original y le aporta una sensación retrofuturista que casa muy bien con la temática. Y eso juega doblemente a su favor.

De hecho, algunos los enemigos lucen como versiones tridimensionales de esos monstruos pixelados propios de la época, con su estética tan reconocible. Algo totalmente intencionado, de hecho, ya que Nightdive Studios no se ha andado con sutilezas y ha creado un sistema de desmembramientos, daños y desangrados realmente explícito para los enemigos. ¡Incluso le podremos ver los circuitos a los robots!

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La experiencia de juego y la exploración siempre se imponen en System Shock, y su ambientación le da carácter a la propuesta. No a base de recrear las texturas pixeladas originales, aunque algo de eso hay, sino a la hora de plantear una situación, un contexto y una amenaza que siempre está subyacente. Sin embargo, tanto la interfaz como el control son mucho más propios de los juegos actuales. Y eso redondea su propuesta enormemente.

Ahora bien, sin entrar en detalles ni querer adelantar sorpresas, Night Drive ha aprovechado la ocasión para añadir elementos que en ningún momento rompen con el clásico, incluyendo nuevas armas, zonas y elementos cambiados y enemigos que están muy bien integrados en el conjunto. Se nota que los creadores originales han participado en el proyecto y, salvo que nos conozcamos el título de 1994 al dedillo, en ningún momento veremos como lo nuevo solapa lo que ya había. Es más, la manera de interactuar con el juego es mucho mejor.

La gestión de los recursos, la interfaz de juego y la interacción con la nave es infinitamente más intuitiva que en el original, faltaría más, que aprovecha todas las posibilidades de ambos botones del ratón y, en el caso del mando, se hace un uso eficaz de los dos sticks a la hora de interactuar con los paneles o gestionar el inventario o los mensajes recibidos. Pasos obligados en la buena dirección en un juego empeñado en lucir lo mejor del título de 1994 pero sin perder la perspectiva de lo que puede y debe mejorarse.

Y ojo, que visitar esta Estación Ciudadela en la portátil de Valve a resultado una grata sorpresa.

SHODAN se ha colado en mi Steam Deck: esta ha sido la experiencia

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A nivel técnico, System Shock no pondrá contra las cuerdas a tu PC pero ofrece interesantes opciones. Pese a su apartado visual marcadamente retrofuturosta, sabe sacar partido de las 4K (3840x2160) con DLSS, así como diferentes efectos lumínicos, siempre más a favor de la ambientación que del propio rendimiento, aunque dejando la puerta abierta al jugador a que acomode elementos como el escalado de resolución.

Dicho lo cual, el grueso de mis horas de juego han sido en la pantalla de mi Steam Deck  y a unos muy resultones 1280 x 800 píxeles.

No es que el juego de Night Drive no se beneficie de ser jugado con ratón y teclado y una pantalla en 4K. De hecho, y como buen juego de terror y ciencia ficción, jugarlo de noche y con las luces apagadas es un enorme añadido a la experiencia. Pero dado el ritmo y la relevancia de aspectos como los puzles y la exploración del juego, te confieso que la mayoría de mis horas han sido en Steam Deck. Eso sí, con matices.

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A día de hoy, System Shock no está verificado para la máquina de Valve. Y eso que Nightdive Studios tiene una buena trayectoria a la hora darle a sus juegos y los clásicos que relanzan el sellito verde. Pero hay varios aspectos de la jugabilidad que merecen un par de ajustes adicionales y desde fuera:

  • De partida, a la hora de explorar e interactuar con los escenarios el trackpad derecho se impone al stick que hay justo arriba, aunque es necesario pulsar un botón. Para hacerlo más cómodo, adapté ese comando a uno de los botones traseros y la experiencia va como la seda.
  • Sin embargo, y pese a que es el remake de System Shock reacciona al uso de la pantalla táctil, la sensibilidad es enorme. Con lo que al señalar un objeto lo más probable es que descentremos completamente la cámara. Toca hacer ajustes aunque en mi caso directamente elegí no usarla.

Con un par de ajustes, es posible jugar al remake de System Shock en Steam Deck durante dos horas y media sin tener que buscar el enchufe. Y salgo las zonas en las que hay que adentrarse en el ciberespacio, en el cual tenemos libertad total de movimiento, la exploración se disfruta mejor cuando te tomas tu tiempo perdiéndote en los nueve niveles que nos conducen de manera irremediable hasta el puente y la estación de energía.

Tanto, que tras completar el juego por primera vez empecé una nueva partida en la que rebajé la dificultad de los enemigos y puse al máximo la de los puzles. Porque los combates quizás no sean lo mejor de System Shock, pese a la masacre que dejas a tu paso y lo bien planteados que están, pero hay que reconocer que perderse por la Estación Ciudadela jamás había sido tan estimulante.

La opinión de VidaExtra

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El remake de System Shock es un sueño cumplido que ha tardado muchísimo en hacerse realidad: anunciado originalmente en 2015 (hace ocho años) su desarrollo ha pasado por todas las fases imaginables, desde un cambio de motor a un replanteamiento hacia el reboot y de vuelta al concepto de remake. Sin embargo, bien está lo que bien acaba: como restauración y puesta al día del original, NightDrive Studios dan en el clavo de pleno. Como videojuego de ciencia ficción y terror, sigue siendo intachable. Y ahora, además, es atemporal.

El apartado artístico quizás divida opiniones, dado su empeño en preservar la estética del original y ofrecer unos diseños, acabados y texturas retrofuturistas que, sin limitar la ambientación, podía haber sorprendido de otra manera. No está nada mal que se refleje en el videojuego de 1994, que conste, y sobra decir que System Shock no es Scorn o Doom; pero si bien los veteranos celebramos esta decisión, será interesante ver la acogida de aquellos que lleguen de nuevas a la Estación Ciudadela.

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¿Y qué decir de SHODAN sin ofrecer más revelaciones de las necesarias? Si el juego fuese un concierto, ella llevaría la batuta como hace casi 30 años. Siendo casi tan protagonista como el propio jugador dada su omnipresencia. Revalidando su importancia como icono -no olvidado- dentro de la historia del videojuego y la madre no oficial de GlaDOS y tantas otras IAs que nos ha ofrecido el medio. Que, además, Terri Brosius vuelva a prestarle su voz tanto tiempo después completa el círculo.

Si disfrutarse del System Shock en su día o mucho después, el remake de NightDrive superará tus expectativas. Si no lo conoces o lo dejaste a medio camino, también estás de enhorabuena: independientemente de lo que ocurra o deje de ocurrir en la Estación Ciudadela, vas a disfrutar de la mejor versión jamás hecha del gran clásico de culto a través de un viaje sin retorno al terror espacial.

Precio de System Shock (2023)

Pese a que System Shock arrancó como un proyecto de crowdfunding, nos llega de la mano de Prime Matter a un precio irresistible para los fans del original: 39,99 euros en las versiones de PC. Y ojo, que las reservas traen un extra de lujo: una copia de System Shock 2: Enhanced Edition, aunque Prime Matter indica que ésta se habilitará tras el lanzamiento. Doble ración de SHODAN.

Duración de System Shock (2023)

La duración de System Shock, como el original, la defines antes de empezar la partida. Si estableces todas las dificultades al mínimo es un paseo que fácilmente puedes completar en menos de diez horas. Si buscas las soluciones en internet, cuando estén, incluso menos todavía. Pero si te van los desafíos y perderte por los pasillos, el ciberespacio y reciclar hasta el último cacharro que hay en las salas, la cantidad de tiempo se puede elevar a 25 horas. O más.

System Shock (2023)

System Shock (2023)

Plataformas PC. Próximamente en PS5, PS4, Xbox Series y Xbox One
Multijugador No
Desarrollador Nightdive Studios
Compañía Prime Matter
Lanzamiento 30 de mayo de 2023

Lo mejor

  • El regreso por todo lo alto de un juego de merecido culto
  • Más explícito en la acción, más intuitivo en lo jugable y la interfaz
  • Su apartado artístico retrofuturista tiene un estupendo equilibrio entre nostalgia y carácter propio

Lo peor

  • Puestos a pedir, habría estado bien sumar contenidos multijugador y extras del desarrollo

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