Análisis de Ori and the Will of the Wisps, una secuela de ensueño y emotiva para uno de los mayores baluartes de Xbox Game Studios

Análisis de Ori and the Will of the Wisps, una secuela de ensueño y emotiva para uno de los mayores baluartes de Xbox Game Studios

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Ori and the Will of the Wisps

Ori and the Blind Forest es, con diferencia, uno de mis metroidvania favoritos, una experiencia mágica, de las que te tocan la patata desde el primer minuto, como en aquel arranque de la película Up. Supuso, además, el debut de Moon Studios del mejor modo posible, algo de lo que pueden presumir pocos estudios, por cierto.

De ahí que esperase con tanta ansia su secuela, Ori and the Will of the Wisps, el videojuego de 2020 al que más ganas le tenía. Las expectativas, como es lógico, eran altísimas, por el gran poso que dejó la historia de Ori y que rejugué hace unas semanas para refrescar la memoria con todos sus momentazos. La duda era saber si Moon Studios nos ofrecería una secuela que mantuviese el mismo listón.

Algo más que una secuela: un mundo nuevo

Ori and the Will of the Wisps

Mucho ha llovido desde la primera toma de contacto con esta secuela y no fuimos pocos los que lamentamos sus varios retrasos hasta fijar su fecha para el 11 de marzo en Xbox One y Windows 10, pero por suerte la espera está a punto de llegar a su fin y cabe decir que Moon Studios lo ha vuelto a conseguir: nos ha brindado otra aventura de las que dejan huella y una nueva muestra de la envidiable salud que muestran actualmente los metroidvania, donde Ori sobresale claramente.

Pero no estamos ante una secuela que se rige por el continuismo más absoluto, sino que (continuando la historia desde donde acabó el primer Ori and the Blind Forest, con esa cría de búho rescatada y acogida por Ori, Naru y Gumo) aporta una serie de cambios importantes a nivel de mecánicas para ofrecer una experiencia sensiblemente diferente, pero familiar, e igualmente satisfactoria como la anterior.

Su punto de partida transcurre, como era de esperar, viendo cómo crece Ku, aquella hija de Kuro a la que le salvamos la vida en el bosque de Nibel. Los primeros minutos son de degustación pura y dura para ponernos en tesitura ante esa nueva familia, hasta que Ku siente la necesidad de explorar al ver a otros pájaros volar. ¿El problema? Que tiene una ala dañada. Pero, como si de la primera parte de la trilogía de Cómo entrenar a tu dragón se tratase, su familia encuentra una solución y tanto Ori como Ku parten en un fascinante viaje a otro mundo.

Así arranca su historia... hasta que pasa algo y ambos se separan. Ahí es donde empieza el juego, de hecho, y donde notaremos al instante los cambios a nivel jugable que se han experimentado. Por ejemplo, ya no podemos guardar la partida en cualquier zona usando puntos de energía, sino que el propio juego lo hace de forma automática en determinados puntos (bastantes, eso sí), aparte de los pozos de espíritu que, más allá de guardar de forma manual, nos permitirán viajar rápidamente entre ellos una vez descubiertos y desde cualquier lugar del mapa.

Ori, por otro lado, ya no cuenta con esas esferas de luz a modo de arma, sino que contará con un arsenal de lo más variado, como una espada, una maza, una lanza o un arco, entre otros. Nosotros decidiremos qué obtener primero, necesitando luz para poder comprar el resto. Es una de las muchas cosas que han variado en esta aventura, pese a que en el fondo las sensaciones para afrontar este Ori and the Will of the Wisps sean las mismas que en el primero al sentirnos como en casa.

Ori and the Will of the Wisps está mucho más vivo

Ori and the Will of the Wisps

Respecto a Ori and the Blind Forest, esta secuela se muestra más viva al habitar en el mundo de Niwen muchos más seres con los que podremos interactuar. Sin ir más lejos, tendremos un montón de misiones secundarias para ayudar a sus habitantes, principalmente los moki, que son una especie de lemures preciosos.

Será decisión nuestra hacer caso a sus peticiones, pero sería un error desperdiciar las ventajas que nos aportarán si cumplimos sus deseos, sobre todo a la hora de reformar su poblado por medio de cierta persona y con cantidades importantes de mineral gorlek. Hasta podremos coleccionar semillas para dárselas a otro ser importante y que ese lugar sea más bonito y accesible. Porque ahora ya no habrá que estar pendientes únicamente de los coleccionables de luz y los orbes de vida y energía. Habrá un aumento muy importante con los objetos por esas misiones.

¿Y qué hay de la movilidad por Niwen? Ori no cuenta de entrada con todas las habilidades que obtuvo en su primera aventura, pero sí que tardará menos en desbloquearlas y gozar de una agilidad que hará que nuestro periplo por este nuevo mundo sea mucho más llevadero. Me ha parecido, de hecho, un juego bastante más asequible a nivel de muertes (no más de 30 en las casi 10 horas de juego que me ha durado, cuando en el primero la palmé unas 200 o por ahí) y por el uso que le podemos dar a los fragmentos y ciertas habilidades a equipar.

Es un juego que ofrece muchas alternativas para amoldarnos a cada situación, siempre y cuando tengamos un mínimo de curiosidad por descubrir sus secretos y de esa forma obtener fragmentos que nos faciliten la vida, como recargar la energía golpeando a los enemigos o que estos reciban daño automáticamente cada vez que dañen a Ori, como si éste llevase pinchos. Muchos de estos fragmentos los podremos conseguir desde un mercader, dicho sea de paso, al igual que el resto de armas. Y la moneda de cambio será la luz, lógicamente.

No es, de todos modos, un juego que obligue a farmear, ni mucho menos, ya que está muy bien medido su progreso si nos centramos en la historia y vamos cumpliendo de vez en cuando las secundarias, sin dejar de prestar atención a esos muros que parecen ocultar objetos de interés. Además, el mapa mostrará bastante más información en esta ocasión y será difícil perderle el rastro a los coleccionables o a las misiones, evitando de esa manera dar vueltas innecesarias.

En Niwen tendremos diversión más que asegurada

Ori and the Will of the Wisps

Otro cambio importante viene dado por el árbol de habilidades de Ori, que ya no existe como tal. Tendremos en su defecto los fragmentos espirituales con ventajas pasivas, por un lado, cuyo límite de ranuras iremos aumentando a base de completar santuarios (retos cortos donde nos enfrentaremos a varias oleadas de enemigos); y por otro, las habilidades que nos irá concediendo cada región.

Desde el menú del inventario (imagen superior) tendremos constancia de todo nuestro progreso a nivel de misiones y objetos, pudiendo consultar, a su vez, un sinfín de parámetros más hablando con cierto personaje del poblado... Lo bueno es que nuestro registro también se guardará en la nube, pudiendo compararnos con el resto de jugadores para ver cuánto porcentaje hemos completado de la historia, en cuántas horas y con cuántas muertes. Y eso mismo para el modo contrarreloj con los desafíos de carrera que iremos desbloqueando por Niwen.

Estas pruebas nos limitarán el uso de habilidades para que saquemos más partido del entorno e intentemos superar los tiempos de Moon Studios, compitiendo con sus propios fantasmas, por cierto. Pero son pruebas totalmente secundarias, ojo.

¿Y qué hay del progreso a lo metroidvania? Esta secuela sigue ahondando en el estilo del primero, dejando de nuevo mucho margen para que exploremos libremente sin seguir un orden específico, salvo momentos puntuales por temas de guión. Además, las habilidades extra de Ori respecto al primero son de lo más acertadas, gozando de una agilidad sin parangón que nos permitirá disfrutar del viaje admirando, ya de paso, sus bellos paisajes. Porque Ori and the Will of the Wisps es una maravilla a todos los niveles posibles: auditivo, visual y jugable.

Destaca, a su vez, por la adición de jefes con barra de vida, sin ser solamente desafíos donde había que escapar de ellos, básicamente. Y eso que nos seguimos contando con varias de estas situaciones que nos ponen en tensión como pocos juegos en su estilo. Además, en algunos casos, flirtea con mucho acierto entre ambos estilos, empezando un combate donde tenemos que atacar para luego huir y rematar la faena en otra parte mostrando de nuevo las armas de Ori. Es brutal.

Un juego (también) pensado para Xbox Series X

Ori and the Will of the Wisps

Que no estamos ante el típico metroidvania ultra-pixelado (que me encantan, cuidado) es algo que ya quedó patente con la ópera prima de Moon Studios, pero es que este modesto (pero talentoso) equipo austríaco ha vuelto a elevar el listón con unos decorados con infinidad de detalles en diversos planos... hasta el punto de que necesitaremos tener actualizado el juego con el parche del día 1 para que todo vaya como la seda, porque en la versión 1.0.4052.0 hemos experimentado bastante errores y fallos de optimización desde Xbox One X. En Windows 10 (con Xbox Play Anywhere y Cross-Save), por suerte, había un parche más reciente.

Desde diversos glitches con ciertos elementos en pantalla a sufrir congelaciones puntuales de un segundo en algunos tramos del juego (probablemente por el guardado automático), pasando por una lentitud a la hora de navegar por el inventario o consultar el mapa, hasta errores en el progreso de la historia, como al llegar a los dominios de Baur... Errores, en cualquier caso, que se solucionarán (como hemos visto en Windows 10) cuando salga el juego mañana mismo.

Es como si Moon Studios se quisiese adelantar a la próxima generación de consolas, con Xbox Series X en mente (donde podremos jugar a este Ori and the Will of the Wisps, por supuesto), al haber sido (tal vez) demasiado ambicioso con este proyecto, una secuela que supera por momentos a su mágico predecesor.

Porque sí, nos volverá a tocar la patata con su historia y la relación entre Ori y Ku. Todas sus piezas encajan a la perfección, estando ante el típico juego que empiezas y que no deseas que acabe nunca por lo variado que resulta su universo y por todos los desafíos que nos ofrece. Porque Moon Studios sabe sacarle partido como nadie a las habilidades de Ori, requiriendo por nuestra parte mucha pericia, tesón y paciencia para solventar ciertas situaciones. Lo único que me ha extrañado, eso sí, es que ya no se pueda jugar con la cruceta digital del mando...

La opinión de VidaExtra

En resumen, estamos ante la secuela perfecta de Ori and the Blind Forest. No podíamos haber imaginado un marco mejor para este Ori and the Will of the Wisps, donde el listón era tan alto que parecía casi imposible volver a rozarlo. Dos obras maestras de esta generación que perdurarán en la memoria de por vida.

Imprescindible

Ori and the Will of the Wisps

Ori and the Will of the Wisps

Plataformas Xbox One y Windows 10 (Microsoft Store y Steam)
Multijugador No
Desarrollador Moon Studios
Compañía Xbox Game Studios
Lanzamiento 11 de marzo de 2020
Precio 29,90 euros (incluido también en Game Pass)

Lo mejor

  • Otra aventura con una historia fascinante
  • A nivel jugable sigue siendo una maravilla
  • Lo viva que resulta Niwen respecto a Nibel
  • Los cambios en armas, habilidades y jefes
  • Su banda sonora encaja a la perfección

Lo peor


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