Watchmen: el fin está cerca, o por qué un beat-em up del montón es también la peor pesadilla de Alan Moore hecha videojuego

Watchmen: el fin está cerca, o por qué un beat-em up del montón es también la peor pesadilla de Alan Moore hecha videojuego

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Pese a ser el guionista y autor (junto con Dave Gibbons) de la novela gráfica original, el nombre de Alan Moore no aparece en la adaptación cinematográfica de Watchmen. Esto se debe a una petición -o más bien exigencia- expresada por parte del propio Moore, quien prefirió quedarse al margen antes de ver cómo otra de sus obras resultaba arruinada. Y tampoco verás su nombre en el juego Watchmen: el fin está cerca.

Si bien el filme gustó a unos y no consiguió calar igual de bien en otros, lo cierto es que su adaptación a consolas y PCs era, y es, algo complicada de defender de cara al propio Moore. Pese a que en su día cumplió su cometido.  

Hace no demasiado elogiábamos en VidaExtra el modo en el que la saga Batman: Arkham conseguía plasmar con maestría todos los aspectos clave del Caballero Oscuro de DC Comics, igualando sus mejores obras, se podría decir que Watchmen: el fin está cerca nos lleva al caso contrario, ofreciéndonos una propuesta tristemente genérica, cuyo mayor propósito era respaldar el estreno del filme. 

Un juego, por cierto, que apostó por el formato episódico.

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Sería injusto decir que el problema en torno a Watchmen: el fin está cerca  (título adoptado para la ocasión en referencia a la pancarta de Rorschach) es ser -de por sí- un pésimo juego. No lucía mal para la época y los combates tenían su aquel. No obstante, es el reflejo definitivo de todo aquello que Moore deseaba evitar cuando creó la historia original. Entre otras cosas, ofrecer lo mismo de siempre. 

El imposible arte de adaptar a Alan Moore (al gusto de Alan Moore)

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Alan Moore es un genio. Una mente brillante e inquieta. Un anarquista según para qué. Eso es incuestionable. Pero también el mayor protector de su propia obra. Incluso algunos coautores con los que trabajó, como el dibujante David Lloyd de V de Vendetta, sintieron que Moore sólo sería feliz con una adaptación completa y fiel del libro a la pantalla

Y lo cierto es que adaptar la narrativa original de Watchmen es, de por sí, todo un desafío.

De hecho, durante décadas se intentó en vano realizar una adaptación cinematográfica. Algo que a Warner le interesaba ya que los personajes, en caso de no usarse, pasarían a ser propiedad de Moore. Pero lo que de verdad le preocupó al inglés es su -realmente justificable- postura de que cada medio tiene su propio tipo de narrativa, y al volcarla en otro medio distinto se pierde la esencia.

Mi libro es un cómic. Ni una película, ni una novela. Un cómic. Se creó de un modo determinado y se diseñó para leerse de cierta manera: en un sillón, plácidamente junto a un fuego y con una taza de café caliente 

Dicho de otro modo: es posible hacer una película con Mario, Sonic o Lara Croft o la licencia de Final Fantasy, pero en el momento en el que llevas esos personajes e ideas a otro medio acaban siendo otra cosa. Y muy rara vez se acaba contentando a todo el mundo.

Cuando Warner consiguió empezar a dar vida la película de Watchmen (a la cuarta) quiso ir a lo seguro: el cineasta Zack Snyder plasmó el cómic 300 viñeta a viñeta con enorme éxito y pese a que su visión de Watchmen hace en la mayor parte del metraje lo propio con la historia de Moore y Gibbons, las licencias, los cambios y los recortes son inevitables. 

Pese a todo, la potente inversión palomitera de Warner, DC y Snyder vendría acompañada de una potentísima campaña de marketing (de la que Moore se desentendió a toda costa) encabezada por el primero de los dos episodios de Watchmen: el fin está cerca, la precuela oficial de la película en clave de videojuego.

Lo que hace tan importante Watchmen y la trayectoria que ha tenido en los videojuegos 

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El gérmen de Watchmen lo encontramos en una idea de Moore: reunir a un grupo de héroes de la editorial DC que no estuviera en activo para crear una obra única en torno al asesinato de uno de sus miembros principales. La editorial, contenta con el talento de Moore, aceptó la idea tras sugerir que los héroes usados fueran creados para la ocasión con el fin de evitar perder personajes de manera innecesaria.

Si bien en principio esto afectaba los planes iniciales de Moore, ya que el impacto de la pérdida de un héroe conocido es mucho mayor entre los lectores, al final consiguió sacarle partido a esto atreviéndose a llegar todavía más lejos en su premisa inicial y gozando de cierta libertad de cátedra, creando héroes descaradamente basados en otros grandes personajes del mundo el cómic y poniéndolos al servicio de su historia.

Hay muchas temáticas que se abordan en Watchmen, aunque uno de los ejes es la propia heroicidad de sus protagonistas. Sobre todo, cuando en el fondo se tratan de personas disfrazadas de manera excéntrica con la única excepción del prácticamente omnipotente Dr. Manhattan, quién no solo está falto de heroísmo y motivaciones, sino que carece de cualquier ápice de humanidad. 

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De este modo, los personajes de Watchmen son vigilantes ligeramente organizados, pertenecientes a tiempos pasados y que, en el mejor de los casos siguen en activo para los intereses del gobierno de los Estados Unidos en un contexto muy concreto. Una excusa para que Moore reescribiera la historia de Norteamérica a conveniencia de su obra, especulando con las consecuencias de contar con un ser con capacidades prácticamente divinas en conflictos como la guerra del Vietnam o la Guerra Fría mientras que el resto sobrelleva esta realidad alternativa con mejor o peor fortuna. 

Watchmen no es un cómic al uso. No como los que DC y Marvel publicaban contemporáneamente, dónde la justicia se colorea en tonos blancos y negros y las peleas marcan el ritmo de la acción. Es más, en los doce números en los que se divide Watchmen el número de peleas se cuenta con los dedos de las manos, y la gran mayoría se resuelven de manera instantánea. Lo cual no quita que algunos de ellos tenga un retorcido -y brutal- sentido de la justicia a través de otros métodos.

Y es precisamente en ese punto donde todas las adaptaciones de Watchmen a los videojuegos han fracasado: las tres propuestas de Warner bebían (para presumible disgusto de Moore) de la misma fórmula de Final Fight.

Como comentamos, coincidiendo con el lanzamiento de la película Warner Interactive publicó hasta tres juegos de Watchmen. O, más bien, tres extensiones del filme (y la visión) de Snyder.

El primero, Watchmen: The Game desarrollado por los veteranos para móviles de Glu, era beat-em up elaborado en Java  para los terminales con teclas en los que se recorrían dos escenarios de la película. Dos personajes seleccionables (El Comediante y Búho Nocturno) y poco nuevo que aportar. 

El segundo de ellos, Watchmen: Justice is Coming, estaba diseñado para móviles con pantalla táctil (básicamente iPhone) y su mayor reclamo residía en permitirnos crear nuestro propio superhéroe. O Más bien, nuestro tipo con disfraz y predisposición a dejarse los nudillos en las calles.

En ambos casos estamos hablando de dos juegos que no trascendieron dado que, pese al ruido del filme, apenas aportaron nada. Algo que, por otro lado, resultaba realmente contrario al material en el que estaba basado. Y lo cierto es que la mayor apuesta de Warner de cara a su despliegue en las consolas y escritorios tampoco llegó mucho más allá. 

Watchmen: el final está cerca: en qué fracasó el videojuego oficial de la película

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El lanzamiento de Watchmen: el final está cerca tuvo lugar dos días antes del estreno del filme, y pese a que este está totalmente basado en la visión de Zack Snyder del cómic y su tratamiento de los personajes, Warner se preocupó de tender lazos con la obra original con escenas animadas que parecían viñetas en movimiento y, sobre todo, intentando atar algunos de los cabos sueltos de la trama.

De este modo, el videojuego oficial no solo servía de precuela de la película, sino que ahondaba en el pasado de Rorschach y Búho Nocturno durante su etapa conjunta como vigilantes callejeros, hilando una historia creada para la ocasión, mostrando por primera vez con algún que otro personaje mencionado durante la obra original y estando disponible exclusivamente en digital a nivel mundial durante el tiempo que el film estuviese en carteleras. 

O, al menos, el primero de los dos episodios.

Warner dividió la trama de Watchmen: el final está cerca en dos entregas, y, definitivamente, la decisión de partir la trama por la mitad no tiene nada que ver con la duración de la experiencia: en conjunto, superar ambas puede llevar unas seis horas o menos de juego, siendo algo más larga la primera parte.

El motivo de esto era múltiple, pero todo al final se reduce en aprovechar los estrenos y la disponibilidad del filme y, a su vez, ofrecer material previo e inédito a los fans del cómic. Desafortunadamente, Watchmen: el final está cerca es un ejemplo de manual de cómo usar una licencia sin tener demasiado en cuenta la visión del autor.

A nivel jugable, se trata del clásico beat’em up en tercera persona en el cual deberemos limitarnos a golpear a todo lo que se vea en pantalla. Hay combos y las fases terminan por colmar los clichés del género: la prisión, la fábrica, la alcantarilla… así hasta llegar a la mansión del gran jefazo final.

El segundo de los episodios y la versión completa llegaría en verano de ese mismo año aprovechando el lanzamiento del filme en formatos domésticos. De hecho, Warner editaría una edición conocida como The Complete Experiencie en PS3 en la que además se incluía el Director's Cut de la película de Watchmen y los cortometrajes.

La propuesta de Warner no iba mal desencaminada.  Rorschach hace referencia a los tiempos en los que salía a patrullar con Búho Nocturno en una única viñeta del cómic y, sobre esa premisa se construyó toda esta trama original. 

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Sin embargo, eso no evita que al final haya acabado siendo una visión superficial de la obra de Moore, reduciendo, sus personajes a clichés en una experiencia que, sin ser mala, resultó una oportunidad perdida de hacer algo realmente interesante. 

¿Es posible hacer un buen juego de Watchmen? El legado de Alan Moore en los videojuegos

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Asegurar que a Alan Moore le desagradaron los juegos de Watchmen es casi  intentar adivinar el imprevisible comportamiento del propio Moore. Pero tenemos motivos reales para pensar que ni siquiera se ha acercado a ellos. Básicamente, porque tampoco ha querido ver sus propias adaptaciones.

No voy a ver [la película de Watchmen], obviamente. Al menos puedo mantenerme neutral siempre y cuando no pongan mi nombre en la película ni hagan de las suyas como en las veces anteriores [en V de vendetta o Desde el infierno] y que tan bien les resultaron

Cualquiera que haya leído los cómics de Watchmen entiende en parte los motivos de Moore: pese a que el inglés dejaba a Gibbons los detalles finales en lo referente a diseños, su manera conjunta de componer cada viñeta y de llevar al lector a exprimir cada página, jugar con las composiciones y los flashbacks e incluso invitarle a volver números atrás es imposible de adaptar a otros medios. Y así es como él concibió Watchmen.

Como resultado, abordar su obra a través de los videojuegos del modo que jugamos hoy es realmente complejo. Lo cual implica explorar otras alternativas para dar uso a unos héroes creados a medida y que, como dijimos, en realidad son solo un grupo de personas con excéntricos disfraces, armas de fuego, algún gadget y, ocasionalmente, vehículo propio. Y poco más. 

Con todo, y por más que le pese a Moore, sus lectores y fans han encontrado el modo de incluir trocitos de su legado en los videojuegos. Nos referimos a referencias sutiles o realmente manifiestas en forma de guiños a obras como La Broma Asesina, su etapa en la Cosa del pantano o la propia V de Vendetta.

Hasta la fecha, Moore no ha estado implicado de manera directa en la creación de un videojuego pero estamos seguros de que si algún día da el paso, como ocurre con toda su obra, no nos dejará indiferentes.

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