Cuando Japón convirtió su peculiar broma de meterle los dedos por el culo a alguien en un videojuego

Cuando Japón convirtió su peculiar broma de meterle los dedos por el culo a alguien en un videojuego

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Japón

A poco que hayamos consumido anime, podemos sacar en conclusión que estamos a años luz de la cultura japonesa. Los usos y costumbres del país nipón son tremendamente peculiares, pudiendo ver algunos en el entretenimiento japonés. A pesar de que podemos llegar a entender su función, pocas tradiciones más inusuales podemos hallar que el kanchō.

Una práctica escatológica

Quizás por el nombre no lo situéis, pero seguramente habréis visto en algún capítulo de Shin-chan o Bobobo cómo un personaje junta sus dedos índice para introducirlos en el ano de otro personaje y sin previo aviso. Estamos hablando de una broma que es tremendamente recurrente para los jóvenes que acuden a la escuela en Japón, aunque no es exclusiva de esta región.

Otros lugares de Asia también son conocedores de esta práctica, como Corea del Sur bajo el nombre ttong chim, mientras que en Filipinas se llama bembong. Su objetivo es el humorístico, lo cual ha propulsado su uso hasta en programas de televisión tan populares como Naruto, pero también puede llegar a ser visto como un acto ilegal o de acoso sexual.

Bajo esta perspectiva, la desarrolladora surcoreana Taff System se puso las pilas para sacarle rédito a tan escatológica forma de sorprender al más despistado. Allá por el año 2001 llegó a las salas recreativas la máquina arcade llamada Boong-Ga Boong-Ga, un esperpento de proporciones bíblicas cuya mecánica principal era la de realizar el kanchō a un trasero.

Prepara bien tus dedos

Semejante videojuego tuvo su espacio durante el Tokyo Game Show del 2000 y se planeó la creación de 200 unidades que se repartirían a lo largo y ancho de todo Japón. La realidad es que apenas cinco de ellas llegaron a ver la luz realmente para que pudiésemos practicar el kanchō con la mejor de nuestras habilidades. Para ello, era posible utilizar un dedo de plástico que venía junto a la máquina.

Si no te sentías especialmente cómodo con este formato, siempre podías optar por dar azotes al trasero para conseguir una buena puntuación. Sin embargo, la pregunta que surge es: ¿quiénes son los que reciben la introducción de dedos? Podíamos escoger entre personajes tan variopintos como una ex-novia/o, un gángster, una suegra, una mujer cazafortunas, una prostituta, un pedófilo y un estafador.

Boong-Ga Boong-Ga

Evidentemente, cada vez que los dedos eran introducidos podíamos ver en pantalla la reacción del personaje en cuestión. El premio no era precisamente agradable de recibir, ya que consistía en una tarjeta que calificaba al jugador dependiendo del comportamiento sexual que hubiese demostrado, dependiendo del impacto del dedo. Además, un precioso trofeo de plástico con heces -una especie de llavero- suponía la coronación absoluta si nuestro rendimiento era sobresaliente.

La pesadilla más asquerosa

Si por lo que sea el asco todavía no ha invadido tu cuerpo, quizás un abrazo de las mascotas de Boong-Ga Boong-Ga sí que lo consiga. Estamos hablando de un enorme zurullo empapado en su propio materia junto una mano gigantesca con el dedo índice apuntando intenciones, al mismo tiempo que muestra estar empapado en sangre. Una visión absolutamente terrorífica y que Taff System le pareció la mejor de las ideas.

Pertenecen al mismo equipo de trabajo que aseguró que la obra tenía la función de aliviar el estrés, lo cual parece que se puede poner claramente en duda. La carta de presentación para publicitar el juego rezaba tal que así:

"Este es un juego divertido de azotar a las personas que te hacen la vida imposible. Cuando azotes al personaje que elijas castigar, la expresión de la cara del personaje cambiará a medida que grite y se retuerza de dolor. Las expresiones divertidas de la cara harán reír a la gente y aliviarán el estrés"

Como no podía ser de otra forma, un gameplay de cómo se disfrutaba de semejante maravilla es el colofón perfecto para que recordéis ir con precaución en vuestras visitas a Asia.

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