Parece que los días de Starbreeze podrían estar contados, salvo milagro. Tras múltiples problemas económicos, de desarrollo e incluso una redada policial, el informe financiero mostrado durante el día de hoy confirma la situación crítica del estudio.
Tal y como se recoge en el documento, el estudio sueco ha afrontado pérdidas este año por valor de 17.3 millones de dólares, lo que les obliga a buscar otras vías de financiación para poder mantenerse a flote.
De no conseguirlo, asegura el propio informe, no contarán "con fondos suficientes para seguir operando durante los próximos 12 meses, con una falta de liquidez prevista para antes de la mitad de este año fiscal".
La única noticia positiva que le queda al estudio viene de la mano de Payday, una franquicia relativamente exitosa cuya tercera parte se viene esperando desde hace más de tres años y cuyo lanzamiento no parece estar cerca, pero que desde la directiva del estudio llaman "la base sobre la que construir nuestro futuro".
El CEO del estudio, Mikael Nermark, ha detallado con resignación los planes futuros del estudio, que pasan por "centrarse exclusivamente en nuestro negocio principal: el desarrollo de juegos y publicar tanto juegos nuestros como de otras compañías" e intentar "terminar con la reconstrucción que se está llevando tanto dentro de la compañía como en sus subsidiarias para poder continuar operando con normalidad".
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