La música de Dragon Ball Z: Budokai Tenkaichi era épica, pero tiene truco: su compositor plagió los temazos

La música de Dragon Ball Z: Budokai Tenkaichi era épica, pero tiene truco: su compositor plagió los temazos

2 comentarios Facebook Twitter Flipboard E-mail
Dragon Ball Z: Budokai Tenkaichi

No hay fan de Dragon Ball que no esté celebrando por todo lo alto la noticia. Dragon Ball Z: Budokai Tenkaichi está de vuelta y ello supone el regreso de una de las franquicias de lucha que más horas de diversión nos ha dejado. Tres títulos contemplan a esta ramificación de la saga que vio la luz alllá por los 2000 y que convivió en éxito con Dragon Ball Z: Budokai. Para entender semejante popularidad no solo hay que atender a los enormes planteles de personajes o a la espectacularidad de los combates, sino a un elemento tan fundamental como la música.

El responsable de muchos de los acordes que podemos escuchar en los juegos de Bandai Namco es Kenji Yamamoto, compositor que comenzó su carrera en 1987 y la terminó de forma abrupta en 2011. ¿El motivo? Toei Animation se dio cuenta de que gran cantidad del material que había creado infringía los derechos de autor de terceros y lo puso de patitas en la calle para siempre respecto a Goku y compañía.

Una leyenda musical

Yamamoto se destacó durante 24 años de profesión por componener los acordes de animes, videojuegos y multitud de producciones surgidas de las factorías de entretenimiento de Japón. Con todo, su vínculo con el universo de Akira Toriyama fue muy recurrente, convirtiéndose durante mucho tiempo en una especie de compositor oficial para los videojuegos en los que los Saiyans se dedicaban a repartir guantazos.

La línea Dragon Ball: Super Butoden de Super Nintendo acogió sus primeras melodías y hasta se encargó del inolvidable salto al 3D con Dragon Ball: Final Bout para la primera PlayStation. THE BIGGEST FIGHT ~Clash~ con Hironobu Kageyama es un clásico inolvidable para la intro animada en la que los personajes principales se medían con los villanos más característicos, como Buu o Cell. Lo mismo se puede decir de la música del ending de la historia, tal y como es Kimi wo Wasurenai.

Dragon Ball Z

También se atrevió por aquellos tiempos en probar con el juego de Dr. Slump de 1999 y se codeaba con algunas de las series de efectos especiales más famosas de Japón. Participó en Super Sentai y Ultra Nyan: Extraordinary Cat who Descended from the Starry Sky, ejemplos de que sus habilidades conseguían ir más allá del plano virtual. Su época de esplendor no parecía tener fin y con Dragon Ball Z: Budokai a comienzos del siglo XXI volvió a coronarse gracias a temazos del calibre de Ore wa Tokoton Tomaranai!! con la colaboración de grupos como TOTO y Towe of Power.

Hikari no Sasumirai e! para Dragon Ball Z: Infinite World, Kiseki no Honō yo Moeagare! en Dragon Ball Z: Burst Limit y más composiciones para Dragon Ball Z: Shin Budokai en PSP o Dragon Ball: Raging Blast 2 lo mantuvieron en todo lo alto durante aquellos años. Incluso sus temas principales se reciclaron para Dragon Ball Z: Budokai Tenkaichi, en la primera entrega de PS2 y Wii, donde únicamente no hizo el opening. Esa tarea sí que se le encomendó para Dragon Ball Z: Budokai Tenkaichi 3, siendo compositor de la pieza inicial. Su labor resultaba tan encomiable y era tan aplaudida que Toei le encomendó la tremenda responsabilidad de componer la banda sonora de Dragon Ball Kai en sus primeros 95 episodios. Ya sabéis, esa revisión del anime que vio la luz hace ya unos cuantos años.

Dragon Ball Z Budokai 3

La estrella se apagó

La fortuna y la fama le sonreía a Yamamoto. Sin embargo, había quienes comenzaron a subir vídeos a YouTube desde el 2010 realizando sospechosas comparaciones entre las notas creadas por él y otras canciones. Por ejemplo, el tema de Cell para Dragon Ball Z: Super Butoden 2 sonaba muy parecido a One of These Days de Pink Floyd. Senritsu no Toki en Dragon Ball Z: Budokai parecía sacado de Iron Man de Black Sabbath y el grupo finlandés Stratovarius apuntaba a ser una referencia constante en su repertorio.

Tras la presión de los fans, la empresa de entretenimiento se vio obligada a tomar una decisión. El 9 de marzo de 2011, Toei emitió una nota de prensa en la que reconocía que Yamamoto había infringido multitud de derechos de autor con las piezas musicales que había compuesto. Con efecto inmediato, el artista fue despedido y reemplazado de su puesto en Dragon Ball por Shunsuke Kikuchi. En la versión anime fue incluso más sonado el plagio con Isshin Ittai basada en War de Avatar y Arata na Teki no Shutsugen sonando similar al tema inicial de Terminator Salvation de Danny Elfman.

El desastre fue tal que las reediciones posteriores se modificaron para evitar problemas de cualquier tipo. Dragon Ball Z: Budokai HD Collection, Dragon Ball: Raging Blast 2 o los ports de Dragon Ball Z: Super Butoden de Nintendo Switch y Super Butoden 2 de Nintendo 3DS se revisaron al completo, eliminando las bandas sonoras de toda la vida. Únicamente las unidades originales contienen una música que sonaba de escándalo, pero que no toda surgió de la mente de Yamamoto.

Comentarios cerrados
Inicio