Bloodborne: análisis

Bloodborne: análisis

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Bloodborne: análisis

Parecía bastante claro, tras dedicarle no pocas horas de juego a 'Bloodborne', que estábamos no solo ante el mejor exclusivo de PS4 hasta la fecha, sino también ante uno de los claros aspirantes a Juego del Año 2015. From Software ha logrado llevar a un nuevo nivel el dinamismo de la saga Souls sin que por ello deje de ser exigente, y arropado por un diseño de Yharnam exquisito.

'Bloodborne' esconde muchos secretos en su interior, más de los que se atisban en su simple superficie. Es un juego largo e intenso que pondrá a prueba tanto nuestra habilidad a los mandos como nuestra paciencia y que amortizará todos y cada uno de los euros que hayamos pagado por él.

Premiando al jugador que investiga cada recoveco

Bloodborne

Lo decíamos hace unas semanas cuando llevábamos más de 20 horas de juego. Pese a que suela ser lo habitual y resulte extraño cuando no lo hay, aquí no se echa en falta un mapa, principalmente por lo bien diseñada que está la ciudad de Yharnam, al igual que sus alrededores y zonas especiales.

Además, al igual que en la saga Souls de From Software, iremos progresando por ella poco a poco, habilitando accesos que acortan el camino después (tras sudar tinta), lo que hará que casi sin darnos cuenta conozcamos al dedillo los entresijos de esta ciudad tan poco apetecible (para vivir en el mundo real). Además, como es mi caso, agradezco que 'Bloodborne' premie al explorador que se pare a investigar cómo llegar hasta esa zona aparentemente innacesible en donde se ve el destello de un objeto. Las mejores runas están reservadas solamente para los que no siguen el camino fácil.

(...) agradezco que 'Bloodborne' premie al explorador que se pare a investigar cómo llegar hasta esa zona aparentemente innacesible en donde se ve el destello de un objeto. Las mejores runas están reservadas solamente para los que no siguen el camino fácil.

Me ha gustado mucho, a su vez, la ausencia de linealidad al poder escoger la ruta que nos pida nuestro cuerpo. Esto deriva en variedad a la hora de afrontar los jefes finales, pudiendo derrotar primero a alguno más fuerte antes del que en teoría dictarían los devenires de la historia. Porque como iremos viendo en este action-RPG de From Software con tintes victorianos, se nos abrirán múltiples frentes llegado un punto en Yharnam, lo que se traduce en muchas rutas de golpe a seguir.

Lo comentaba con mis compañeros. Pese a que en el fondo todo termine en el mismo punto crucial (aparte que algunos jefes no se "activan" hasta que cumplamos ciertos requisitos), no será nada raro ver que uno se aventure por una zona mientras que el otro sigue por otra completamente distinta. Y si a eso le sumamos un montón de secretos en donde los objetos que consigamos juegan un papel crucial (ya sean invitaciones selladas o una simple corona de un rey), tenemos para rato.

Difícil, sí, pero Bloodborne no es imposible

Bloodborne

En mis primeras impresiones hubo muchas risas por el tema de recorrerme una pequeña porción de la ciudad de Yharnam sin ningún tipo de arma, dando lo mejor de mí mismo con la habilidad de rodar. Cuando me percaté de mi error en el sueño del cazador, todo lo vi con otra perspectiva. Con las armas ya era otro rollo más fácil de lo que cabría esperar. Y ya con la versión final, tras echarle un montón de horas, tuve la suerte (y parte de habilidad, claro) de derrotar a todos los jefes finales a la primera. Sin embargo la lógica acabó imperando y ha habido algún final boss que me dio caña.

No hasta tal punto de desesperarse, porque cualquier enemigo, por mucha variedad de ataques que tenga, penaliza al jugador que peca de ansioso con sus ataques, pero sí que habrá alguno que nos pondrá en serios aprietos y quizás tengamos que recurrir a la llamada de otro cazador humano. El método para jugar en cooperativo a 'Bloodborne' ya lo explicamos en su momento y nos sigue pareciendo mejorable, especialmente por lo que suele tardar en encontrar a alguien aunque sea un colega y le hayamos puesto contraseña a la partida. Pero al menos está, y se agradece. Mucho.

Otra historia es que se nos pueda colar algún cazador invasor, lo cuál tendrá que pasar tarde o temprano, y que nos dará más de un quebradero de cabeza si nos toca el típico achantado que se quiere refugiar entre los enemigos (porque no le hacen daño) para verse en superioridad y quitarnos nuestros ecos de sangre. Hubo uno que me desesperó, y eso que estaba con un colega. Si nos hizo perder 10 minutos, igual no exagero. Aunque al menos al final le pudimos dar matarile. Por pesado.

Ahora bien, cuando el juego nos avise de que una bruja está tocando una campana para que pueda entrar algún cazador invasor, bastará con buscar dónde está la bruja y eliminarla para tener unos minutos de respiro. Que vale que 'Bloodborne' sea difícil, pero no como para poner tantas barreras.

De hecho una de las "barreras" la tenemos en su cámara. De por sí no hay ningún problema con ella, sin embargo en ciertas situaciones en las que fijemos la cámara contra enemigos de gran calibre o que se muevan rápido y estemos en zonas con poco margen de maniobra, nuestra visibilidad se reducirá hasta el extremo y más de una vez estaremos maldiciendo a la cámara porque nos han matado. En muchas ocasiones, para ahorrarme ese disgusto, obvié el tema de fijar la cámara.

Sangriento y visceral en las distancias cortas

Bloodborne

Donde no falla 'Bloodborne' es en el tema de las armas. Ya de por sí, a nivel jugable, resulta mucho más dinámico que la saga Souls al haber ganado en velocidad de respuesta. Esto no significa, en cualquier caso, que esto sea un 'Diablo' en el que podamos atacar a lo loco y curarnos al instante. No. La esencia Souls sigue ahí y eso se traduce en calcular bien los ataques, sin ir a la desesperada, y saber que curarse lleva su tiempo. Cumpliéndolo a rajatabla, sin precipitarse, ganaremos mucho.

Después está el tema de conocer al dedillo cada enemigo. Pese a que todos cuentan con variedad de ataques, en muchos casos se resume a esperar a que dén el primer golpe, esquivarlo y devolverles el ataque. O cuando le pillemos el punto, utilizar las balas de mercurio con cualquier arma de fuego para debilitar al enemigo y poder realizarle un ataque visceral, que viene a ser el crítico de toda la vida. También se puede conseguir con un ataque normal, pero es mucho más difícil de lograr así.

Nuestro personaje, del que podremos escoger sexo y modificar su apariencia y seleccionar entre distintos modelos prefijados con parámetros diferenciados, como en un RPG al uso, podrá equiparse con dos armas para la mano derecha (la de cuerpo a cuerpo) y otras dos para la izquierda (las de fuego) y la forma de navegar entre ellas seguirá siendo muy cómoda, igual que en la saga Souls. Ahora bien, pese a que podemos conseguir un escudo, su utilidad es inmensamente más reducida. Casi se podría decir que está de adorno. Porque en 'Bloodborne' tienen más peso las armas.

La esencia Souls sigue ahí y eso se traduce en calcular bien los ataques, sin ir a la desesperada, y saber que curarse lleva su tiempo. Cumpliéndolo a rajatabla, sin precipitarse, ganaremos mucho.

Además, toda arma (salvo el escudo) se puede mejorar hasta nivel 10 (utilizando distintos tipos de piedras de sangre que sueltan algunos enemigos o recogemos de ciertos puntos concretos), con lo que aumenta su poder ofensivo, y se le puede aplicar distintas gemas para variar sus propiedades.

En buena parte de la aventura utilicé las cuchillas de cazador iniciales ya que pese a no gozar de mucho alcance (casi me tenía que pegar, literalmente, a los enemigos), eran muy rápidas y llegado a un punto de la historia hacía más daño con ellas que con otras armas supuestamente más poderosas. Hasta que opté por la espada de Ludwig. El caso es que aquí gozaremos de un arsenal lo suficientemente variado (y en algunos casos, original, como cierta rueda...) como para encontrar nuestro equipo ideal. Y sabiendo que les podremos aplicar propiedades arcanas, de fuego o rayo, según convenga, jugando también con la viveza de sangre (daño por armas de fuego), por si tenemos claras cuáles son las debilidades de cada enemigo para propinarles más daño. Todo muy rolero.

De hecho, aunque parezca mentira, el único enemigo que se me atragantó fue cierta araña un poco puñetera con unos ataques de meteorito (con propiedad arcana, claro está) que finalmente pude abatir tras hacer algo tan simple como cambiar mi vestimenta para gozar de mayor resistencia a lo arcano. Y quien dice arcano, dice veneno o frenesí. Si estamos en una zona propensa a recibir más daños de estos elementos, nuestra prioridad sería aumentar la resistencia para todos ellos. Y gracias que varias runas que podremos conseguir mejorarán estos parámetros para aguantar más...

Bloodborne y ese deseo por ganar más lucidez

Bloodborne

Decíamos lo de los secretos en 'Bloodborne' y en lo de las falsas apariencias, porque no todo es lo que parece en Yharnam. A medida que ganemos lucidez, desde entablar un combate contra un jefe final a ayudar a otro cazador o simplemente usando cualquier calavera del conocimiento del loco que vayamos consiguiendo, accederemos desde lo más básico, como es el poder subir los parámetros de nuestro personaje (un punto por nivel y mejorando poquísimo las estadísticas), a poder acceder a ciertos objetos canjeándolos por puntos de lucidez. Aunque lo verdaderamente importante es que a partir del nivel 15 de lucidez veremos otros enemigos que antes no estaban y con 40 otras cosas...

Esto puede dar pie a más de un susto. Aunque ya de por sí 'Bloodborne' tiene más de una sorpresa a la vuelta de la esquina, por lo que hay que fijarse bien por dónde pisamos (y también guiarnos por las pistas de otros cazadores, como nosotros, que por lo general dicen cosas con cabeza), que, aunque en menor medida respecto a la saga Souls, también hay trampas. Y morir así es fácil.

El sistema de notas, aparte de servir como herramienta informativa, nos dará más de una alegría cuando alguien valora como "grata" nuestra misiva, ya que se repondrá nuestra salud al máximo.

(...) un juego que se disfruta (y se sufre) como pocos y con el que amortizaremos sobradamente el dinero que cuesta.

Otro detalle a tener en cuenta en 'Bloodborne' es que no todo ser vivo con el que nos topemos tenga que ser enemigo. Si vamos a lo loco, nos perderemos la posibilidad de entablar conversación con algún NPC que nos podría reportar algún beneficio pasados algunos puntos cruciales en la historia. Mientras que por otro lado, están los cazadores NPC, con algunos muy puñeteros que pondrán todo de su parte, como rociarnos con un gas que no permitirá curarnos durante unos segundos, con tal de matarnos. En algunos casos hasta son más duros que los jefes finales, y eso que son más pequeños.

Por si fuera poco, esta obra de From Software nos tiene reservado otro complemento a la historia (más allá de las misiones secundarias de los NPC), por si queremos exprimirlo más a fondo (nunca mejor dicho), y no es otro que el tema de los cálices. En lo personal debo decir, eso sí, que no ha sido santo de mi devoción al pecar de escenarios repetitivos, con un diseño estándar para las mazmorras, con leves variaciones (ahí sí que he echado en falta un mapa), aunque por contra nos toparemos con nuevos enemigos, tanto normales como jefes finales, lo cuál tiene su punto de interés.

De todos modos, donde saca pecho 'Bloodborne' es en lo expuesto anteriormente, con todo ese misterio que rodea a Yharnam y que tendrá su conclusión en forma de tres finales distintos. La pega es que ni la reciente actualización a la versión 1.03 ha solventado de todo los tiempos de carga, que siguen siendo algo pesados (sobre todo si morimos y/o viajamos mucho), aunque ahora sean más descriptivos. En cualquier caso ni esto ni ciertos momentos de la cámara empañan un juego que se disfruta (y se sufre) como pocos y con el que amortizaremos sobradamente el dinero que cuesta, que esto hoy en día... Y con un excelente doblaje al castellano, ojo. ¿Qué más se puede pedir?

A favor

  • La ambientación de Yharnam
  • Todos los secretos por desentrañar
  • Exigente y cautivador
  • Horas de juego para rato
  • Matar a un jefe a la primera

En contra

  • Las pantallas de carga siguen siendo largas
  • Esa cámara a veces...
  • La apatía de los cálices

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