Análisis de Chuchel: lo nuevo de Amanita Design es una adorable risa continua

Análisis de Chuchel: lo nuevo de Amanita Design es una adorable risa continua

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Análisis de Chuchel: lo nuevo de Amanita Design es una adorable risa continua

Chuchel es pequeño, peludo y suave. Tan blando por fuera, que se diría todo de algodón (sucio, eso sí). Kekel, su archienemigo, es una especie de erizo sin púas, un travieso roedor que compite contra Chuchel por conseguir arrebatarle la jugosa cereza que una mano gigante de origen desconocido utiliza como cebo.

Ambos protagonizan 'Chuchel', la última obra de Amanita Design, conocidos por haber creado 'Botanicula', 'Samorost' y 'Machinarium'. Esta nueva aventura gráfica se mantiene en la línea creativa del estudio, que para este proyecto se ha decantado por un marcado tono humorístico que se conjuga maravillosamente con su simpático apartado artístico.

Enmarcar este videojuego dentro del género de las aventuras gráficas puede enfadar a más de un purista. Estamos, en realidad, ante un point and click reducido a la mínima expresión; 'Chuchel' es una sucesión de escenas cómicas en las que tendremos que descubrir la forma de conseguir la cereza antes que Kekel, y para ello tenemos que utilizar el ratón como vía de interacción con los seres y objetos de cada nivel. Así de simple.

Una hilarante batalla por la cereza

Cada nivel es diferente al anterior, no hay una sucesión lineal lógica porque el propio universo del juego es ilógico. En cada uno tendremos que descubrir cómo se consigue la cereza, aunque en ocasiones el objetivo principal puede variar por alguno que otro un poco más irreverente. Todo, por supuesto, sin dejar de lado el absurdo.

Cereza Chuchel

Por ejemplo, cuando ejecutamos 'Chuchel' por primera vez lo único que vemos en pantalla es al bichejo negro dormido en una caja, rodeado de seres de figuras extrañas y colores vivos. ¿Nuestra misión? Despertarle. ¿Cómo? Eso es lo que tendremos que descubrir. 'Chuchel' no tiene instrucciones, ni interfaz, ni siquiera tiene palabras. Esta primera prueba es lo más parecido que vas a tener a un tutorial.

Pero en realidad ni siquiera es un tutorial. Sería casi imposible hacer un tutorial de 'Chuchel' dado que no hay dos niveles iguales. Sí, todo se basa en el point and click, pero cada acción, cada interacción, varía con el entorno y con los personajes u objetos que haya en él. 'Chuchel' se siente cómodo en su propio gamberrismo y cambia las reglas para reírse del jugador al igual que el mundo se ríe del pobre Chuchel.

Y es que no hay nivel en el que Chuchel no acabe aplastado, desmembrado o lanzado por los aires, pero siempre guardando ese aire de violencia inocente e infantil propia de añoradas series de dibujos animados como 'Tom y Jerry' o 'El Coyote y el Correcaminos'. También la relación de amistad/enemistad entre Chuchel y Kekel recuerda a la de ese tipo de producciones.

Bonito a más no poder

Todo el videojuego desprende un aire de adorabilidad que se ve reforzado por su magnífico apartado artístico, compuesto tanto por un colorido y surrealista diseño gráfico de personajes, como por un apartado sonoro y musical cargado de ritmos alegres y una especie de lenguaje propio a base de gritos y murmullos que recuerdan a la forma de comunicarse de los Minions de la saga de películas de animación 'Gru, mi villano favorito'.

Retomando el apartado mecánico, cabe aclarar que 'Chuchel' no va a presentarnos retos excesivamente difíciles. Cuenta con alrededor de 30 niveles que se pueden superar en aproximadamente dos horas y media (yendo a un ritmo normal y sin buscar logros), y además dispone de un sistema de pistas que ayuda a los jugadores que se queden atascados en una pantalla más tiempo de la cuenta.

Homenaje Retro En Chuchel

Hay momentos en los que 'Chuchel' se permite coquetear con otro tipo de mecánicas que toma prestadas de videojuegos clásicos como 'PacMan' o 'Tetris', dándole al juego un punto más de agilidad y rompiendo con la monotonía que adolecen la mayor parte de aventuras gráficas.

Estos dos últimos aspectos -la accesibilidad y el reciclado de mecánicas clásicas- convierten a 'Chuchel' en un juego ideal para niños: no supone un reto imposible para el público más pequeño y, además, pueden tener aquí un necesario acercamiento (si es que no lo han tenido ya) con las mecánicas clave de los juegos clásicos de la historia de los videojuegos.

Si a eso le sumamos un plus humorístico tenemos el pack completo. 'Chuchel' es un juego divertidísimo, de hecho es de los pocos que recuerdo que me haya hecho reír tanto. Las escenas son muy tontorronas -no hay que esperar un fino humor cínico- y sus entrañables personajes se relacionan de una forma tan cautivadora que es difícil no soltar alguna que otra carcajada durante la partida.

La opinión de VidaExtra

Lo único que podría echarle en cara a 'Chuchel' (si es que se le puede recriminar algo a una cosa tan bonita y adorable) es que a veces no permite demasiada participación del jugador. Algún que otro momento parece más un sketch en vídeo que una interacción jugable.

Pero, más allá de esa pequeña y puntual tontería, lo nuevo de Amanita Design es una maravilla jugable. Dicen que cuando te lo pasas bien el tiempo pasa el doble de rápido y, para mí, 'Chuchel' ha durado mucho menos de las dos horas y media que marca mi cuenta de Steam. Es una forma de demostrar que se puede hacer buen humor en videojuegos sin tener que recurrir a las manidas parodias burdas.

Todo lo demás lo ponen su sencilla jugabilidad combinada con su diseño artístico de personajes surrealistas en fondos blancos y musiquita graciosa. El envoltorio de 'Chuchel' va más allá de lo visual: consigue convertirse en la esencia de una obra afable a la que siempre apetece volver.

A favor

  • Es fresco y divertido. Vas a reirte mucho jugando.
  • Su diseño artístico, tanto el dibujo como la música.
  • Es muy adecuado para niños.

En contra

  • Quizás se echa en falta algo de participación del jugador en ciertos momentos.
  • La duración puede ser un problema para algunos jugadores que gusten de experiencias más largas.
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