He pasado la noche matando hordas de dinosaurios en Exoprimal: tres cosas que me han gustado mucho y dos que no me convencen en absoluto

He pasado la noche matando hordas de dinosaurios en Exoprimal: tres cosas que me han gustado mucho y dos que no me convencen en absoluto

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Exoprimal

Tras el cabreo con la trolleada que Capcom nos coló con las esperanzas de un nuevo Dino Crisis, durante las últimas horas he tenido la oportunidad de reconciliarme con Exoprimal, el nuevo shooter multijugador que nos propone hacer frente a inmensas hordas de dinosaurios y bichos gigantes.

Pese a que sigue estando lejos de ser uno de los juegos de Capcom que más podrían llamar nuestra atención, hay que reconocerle al César lo que es del César: la idea es interesante, reventar dinosaurios a granadazos es divertido, y las peleas contra T-Rex son una gozada. Esto es lo que más me ha gustado y lo que no de Exoprimal.

Lo que me ha gustado de Exoprimal

La idea es mucho más divertida de lo que pensaba

A bordo de exotrajes armados hasta los dientes que inevitablemente nos recuerdan a Anthem, la idea detrás de Exoprimal es unirnos a otros jugadores para dar cera a hordas de dinosaurios a través de distintas fases. Avanzando de zona en zona por distintos escenarios, el juego nos echará encima miles de dinos mientras intentamos sobrevivir y ser más rápidos que el equipo contrario.

En cada zona nos pedirá eliminar X tipos de dinosaurios concretos para dar por concluida la prueba, por ejemplo 100 velocirraptores o 1 Triceratops, y poder correr hasta el siguiente segmento que volverá a repetir el proceso con desafíos cada vez más complicados. Es original, divertido y el pique entre los dos equipos le funciona de fábula.

Las batallas contra dinosaurios gigantes

Aunque lo más llamativo suele ser ver cómo caen del cielo cientos de dinosaurios a los que ventilar de un plumazo, lo mejor de todo es enfrentarte a bicharracos como ese citado Triceratops, el T-Rex o un T-Rex infectado que aparece como fase final en combates que unen a ambos equipos para dar caza a una bestia que es aún más esponja de balas que el resto.

Entre los tanques aguantando el tipo y los médicos salvando la papeleta al equipo, lo más divertido es, de lejos, disparar desde la retaguardia utilizando habilidades y ataques especiales propias de cada exotraje. Lástima que sólo el T-Rex infectado requiera algo más de estrategia invitándote a destruir unos los puntos débiles mientras el bicho suelta rayos e invoca otros dinosaurios.

Exoprimal

Los enfrentamientos entre equipos

Además de la fase final en la que luchar contra el citado saurio en modo cooperativo, he podido jugar otras dos versiones de cierre para cada partida. En una de ellas, la más entretenida, debemos proteger una suerte de vehículo que debe llegar del punto A al punto B mientras las hordas de bichos intentan destruirlo.

Una vez llegado al final descubres que el otro equipo está haciendo lo propio y, además de preocuparte de los dinosaurios, también te toca entorpecer el avance contrario eliminando a los jugadores rivales sin olvidarte de tu tarea principal.

La otra, algo menos inspirada, nos invita a recorrer un escenario acumulando una serie de objetos en zonas que acabaremos controlando al más puro estilo toma de bandera. Si caes en combate, ya sea por culpa de los dinosaurios o porque el otro equipo se te ha echado encima, pierdes los objetos que no hayas asegurado. Cuando la cosa se reduce a un simple duelo por equipos las costuras de su gunplay se notan aún más. 

Lo que no me ha gustado de Exoprimal

El feeling de las armas

La comparación con Anthem no sólo le hace bastante daño en lo visual, también en lo que a sensaciones a bordo del exotraje se refiere. Tanto los disparos con el rifle principal como los espadazos tienen cero feedback y sensación de poder, pero lo que duele aún más es que el ataque especial en el que tu personaje se eleva y suelta una salva de misiles y disparos sea tan poco gratificante.

Por suerte en Exoprimal hay otros poderes como la posibilidad de invocar y controlar un T-Rex con sus propios ataques y habilidades que compensan un poco, pero más allá de lo espectacular del momento, en realidad los bocados y coletazos del bicho se sienten tan poco gratificantes como el resto de armas.

Exoprimal

Muchas dudas sobre lo que ofrecerá

La beta no ha servido para demostrar qué nos depara Exoprimal en materia de progreso. Sí sabemos que habrá más exotrajes con habilidades distintas para ir cambiando a placer, incluso en mitad de la partida, según veamos la situación, pero el qué hay más allá de jugar por jugar con amigos es un completo misterio.

Sí se presenta una trama para dar un poco de contexto, y es de esperar que en la variedad de enemigos y situaciones el juego consiga enganchar un par de tardes hasta conseguir todos los exotrajes, pero más allá de posibles armas secundarias que ir desbloqueando no hay rastro de cuáles serán los planes de Capcom para tenernos pegados a la pantalla de forma recurrente.

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