Análisis de Neon Abyss, un roguelike que le echa muchos huevos pero cuyos excesos son su peor arma

Análisis de Neon Abyss, un roguelike que le echa muchos huevos pero cuyos excesos son su peor arma

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Neon Abyss

El mes pasado, cuando pude degustar la demo de Neon Abyss, noté que no era el típico roguelike que te conquistaba de buenas a primeras. A base de perseverancia uno llegaba a ver su potencial y le acababa gustando la fórmula de Veewo Games.

Con la versión final, por desgracia, tengo sentimientos encontrados. Y todo por culpa de los excesos en su fórmula, que pondrá al límite nuestra paciencia, aparte de ver ciertas incongruencias en su control y diferencias entre sus personajes.

"La muerte es la única salida" en Neon Abyss

Neon Abyss

Bajo ese lema viviremos cada caída al abismo en Neon Abyss, toda una prueba de resistencia llena de múltiples desafíos aleatorios en cada una de sus salas. Un roguelike de manual, muy en la línea de Rogue Legacy y similares, pero con variables especiales en relación a las sinergias, las armas y los huevos. Tal cuál.

Lejos del frenetismo del brutal ScourgeBringer, este trabajo de Veewo Games nos plantea una serie de objetivos predefinidos que serán independientes. ¿Esto qué quiere decir? Que en la primera mazmorra, que consta de solo cinco niveles, tendremos que enfrentarnos a Argos, el Dios de la Red Oscura; mientras que en la segunda mazmorra, con más niveles, nos tocaría Hal, Dios de las máquinas.

Una vez superada una mazmorra no podemos volver a la anterior, pero lo curioso es que la nueva mazmorra vuelve a introducir al jefe de la anterior a mitad del camino, por lo que a lo largo de las cinco mazmorras del juego (de dificultad extremadamente creciente) iremos repitiendo sucesivamente todo lo completado.

El problema es que al superar una mazmorra perdemos todo lo conseguido, salvo los cristales para desbloquear mejoras pasivas en forma de reglas u objetos aleatorios, al igual que minijuegos o personajes extra. Y en este sentido se nos exigirá una paciencia desmedida para desbloquearlo todo, puesto que por cada jefe se nos concede un solo cristal. Para que os hagáis una idea: desbloquear a Matt, el tercer personaje, requiere 15 cristales, y para llegar hasta su casilla necesitamos más del doble de cristales. Y hay ocho héroes en total, además.

En un recorrido normal podemos conseguir como mínimo cinco cristales, pero no todas las partidas son igual de satisfactorias al depender en exceso de los objetos o huevos que se nos van dando. En una partida logré uno en el que me permitía volar y el juego ganó muchos enteros así. Porque como plataformas cojea un pelín por culpa de lo bruscos que son los movimientos (no se pueden dar pasitos) o el propio salto en sí, muy limitado de inicio. Media un abismo entre cada partida.

Una tortilla con unos huevos muy caprichosos

Neon Abyss

El toque más original de Neon Abyss radica en sus huevos. Sí, en unos huevos que podemos conseguir de manera aleatoria y que tras eclosionar (si tenemos suerte) soltarán a una criaturita que nos acompañará el resto de toda la partida.

Esto, que sobre el papel pinta bien, se vuelve en realidad bastante loco y puede jugar mucho en nuestra contra, porque cada criatura puede contar con aspectos negativos que nos pueden complicar en exceso la tarea de seguir avanzando. Sucede en cierto modo como las sinergias, con objetos que no siempre mejorarán los parámetros del personaje. Un ejemplo claro lo tenemos en las "Palomitas", que provocan que todo disparo sea una explosión. Y las explosiones nos hacen daño.

Parte de ese problema se debe a que disparamos automáticamente al apuntar con el stick derecho. Lo ideal sería apuntar y disparar con el gatillo, por ejemplo, para calcular mejor. Y sucede lo mismo con la granada, que tan solo la podemos soltar en una dirección y hay situaciones que nos lo ponen difícil... Es, sin duda, un juego en el que no todo se basa en disparar, sino en parar a veces un rato a reflexionar y dosificar muy bien las llaves, granadas y cristales que llevamos en esa partida.

Cada nivel cuenta con una tienda, una sala con un jefe y un santuario con una mejora pasiva. A mayores nos podemos topar con múltiples cofres u otras salas especiales con desafíos contra varios enemigos para conseguir otra recompensa. Y como sucede en todos los roguelike, no podemos salir de una sala nueva donde haya enemigos hasta que los derrotemos a todos. Al principio habrá poca cosa, pero se irá complicando en cada nivel, experimentando un pico importante en el quinto, puesto que ahí cada impacto nos quitará un corazón entero. Y eso duele.

Tiene sus momentos. Pero también su crispación

Neon Abyss

Neon Abyss destaca, a su vez, por ese infierno de balas a lo danmaku contra los jefes, especialmente tras el segundo tramo de su vida, donde se vuelven más agresivos. Es muy disfrutable ahí, también por el hecho de que un mismo jefe varía si luchamos contra él en una de las primeras salas o en una de las últimas, antes del verdadero jefe de esa mazmorra, donde hay un dios asociado a cada una.

Es bastante puñetero, por otro lado, a la hora de adentrarse en la mayoría de las salas, porque da muy poco margen para reaccionar y en muchas ocasiones recibiremos un disparo casi sin darnos cuenta. Se vuelve muy loco y caótico, especialmente cuando se juntan los disparos de nuestras armas (donde hay una variedad bastante rara), las acciones de los huevos y lo agresivos que se vuelven los enemigos contra nosotros. Y varía mucho el asunto con ciertas sinergias...

Dos ejemplos rápidos: "ojo interior" nos permitirá leer la descripción de todos los objetos antes de cogerlos  y "caca de mostaza" hará que los huevos hieran al enemigo sin los tocan. Porque guiarse por el nombre y forma de un objeto, salvo que lo hayamos memorizado, entraña mucho riesgo, que los hay malos también.

Tiene otros alicientes, aparte de esa aleatoriedad tan extrema, como lo bien (o mal) que juguemos de cara a desbloquear una sala extra con otra mejora pasiva. Si no nos dañan en las salas o usamos los cristales debidamente, podremos escoger entre dos mejoras; si nos hacen daño o intentamos destruir los cofres de cristal y demás, podremos acceder a una sala oscura donde se nos concederá una mejora pasiva a cargo de sacrificar para siempre un corazón. Tiene su miga, vaya.

La pena es el diseño poco inspirado de la mayoría de las salas, lo vacías que resultan algunas o lo mucho que abusa de la repetición para desbloquear todo, incluidos el resto de personajes (Matt tiene un dash, hay otro que tan solo tiene escudos...). Tiene buenas ideas con los huevos y las sinergias, pero le falta una mayor consistencia a nivel jugable para competir contra los mejores roguelike.

La opinión de VidaExtra

En definitiva, Neon Abyss tiene sus momentos en los que nos puede llegar a brindar partidas interesantes y altamente exigentes (ya no digamos con su Challenge Mode, a contrarreloj), pero también nos podemos topar con otras sesiones torpes o frustrantes. Al menos le echa huevos, que es lo que importa.

Neon Abyss

Neon Abyss

Plataformas Nintendo Switch, PS4, Steam y Xbox One (versión analizada)
Multijugador No
Desarrollador Veewo Games
Compañía Team 17
Lanzamiento 14 de julio de 2020
Precio 19,99 euros

Lo mejor

  • Gran variedad de huevos. Todos loquísimos
  • Las sinergias también son una locura
  • Todo lo que podemos llegar a desbloquear

Lo peor

  • Control mejorable en varios aspectos
  • Se vuelve caótico por momentos
  • Abusa de la repetición y del exceso

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