Viernes es el Dark Souls de los juegos de cartas en solitario

Viernes es el Dark Souls de los juegos de cartas en solitario

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Sí, ya sé que es uno de los recursos más manidos de la prensa del videojuego, pero si hay un juego de mesa al que le viene de perlas esa referencia es este. Por dificultad y adictividad, Viernes es lo más Dark Souls que vais a encontrar entre los juegos de cartas en solitario.

El pique constante que propone al ponerte contra las cuerdas, mientras te das de bruces contra una partida perdida tras otra, no sólo te hacen pensar constantemente que eres el más manco del lugar y que igual estás haciendo mal, sino que también te invitan a seguir jugando para intentar superarte a ti mismo.

Cómo se juega a Viernes

En Viernes nos convertimos en el personaje de la mítica novela de Robinson Crusoe pero, a diferencia de lo que ocurría en el libro o las adaptaciones, aquí el indígena tiene poquitas ganas de salvarle el culo al náufrago una vez tras otra. De hecho, precisamente por lo cuesta arriba que nos pone el intentar sobrevivir, vosotros también vais acabar odiándolo.

De la mano de un sistema con varios niveles de dificultad y tres fases en cada una de ellas, la idea es ir superando los retos que nos plantea la isla hasta terminar la pila y saltar a un nuevo nivel. Todo ello intentando esquivar la casi nula capacidad de decisión y reacción de Robinson Crusoe, que por si no había quedado lo suficientemente claro, es tonto de narices.

A nivel de mecánicas en realidad no podría ser más simple. Levantamos dos cartas de reto y elegimos la que más nos convenga para seguir jugando en base a ella. Normalmente lo que haremos en este caso será elegir la que implique un número, y por tanto también un reto, menor. A partir de ahí deberemos de robar dos cartas de Robinson Crusoe para igualar o superar el número indicado en la carta de desafío.

¿Fácil, verdad? Pues no, porque lo más normal es que acabemos robando cartas de -1, 0, o 1 punto que hacen referencia a que Robinson está despistado, o durmiendo, o haciendo cualquier otra cosa que no debería hacer cuando tiene un peligro a sus puertas.

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Con un total de 20 vidas disponibles en el nivel más fácil, podremos seguir robando cartas mientras pagamos vidas para encontrar la que realmente nos haga sumar lo suficiente para completar el reto o, si lo preferimos, abandonar ese reto y descontar tantas vidas como puntos falten hasta llegar al objetivo.

Un juego terriblemente difícil

Sin ser plenamente consciente de la dificultad que entrañaba Viernes, reconozco que durante las primeras partidas todo el rato tenía la sensación de estar jugando lo peor posible o tener muy mala suerte con los robos. “No puede ser tan difícil”, pensaba, pero esa es precisamente la gracia del juego.

El cántico del Git Gud de Dark Souls le viene de perlas precisamente por eso, porque a base de jugar empiezas a interiorizar estrategias, a prever posibles problemas que puedan venir, y a intentar adaptarte a ellos y al desafío que supone superar las tres fases de dificultad para luego enfrentarte a los piratas que vienen al final de la partida. Con cada nueva partida perdida, el juego empieza a hacerse cada vez más accesible.

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Pese a ello, ya os digo, no vengáis aquí pensando que vais a dominarlo en una partida. Si bien entender sus reglas y mecánicas es facilísimo, y preparar la mesa no te va a llevar más de dos minutos, a partir de ahí te espera una lucha constante contra la imbecilidad de Robinson Crusoe que probablemente te acabará cabreando tanto como una lucha contra Genichiro.

Si sueles tener el problema de no encontrar gente con la que jugar a los juegos de mesa, y pese a ello te gustaría seguir disfrutando del medio, Viernes es, sin duda alguna, uno de esos juegos que merecen un hueco en tu estantería. Un solitario tan simple como adictivo y desafiante que, si necesitas un reto a tu altura, no te va a decepcionar lo más mínimo.

Edge Entertainment- Viernes. Juego de Cartas, Color, Talla Unica (1)

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