Cómo un alegre chocobo se convirtió en el gran embajador de Final Fantasy y el ariete de Square Enix al gran público

Cómo un alegre chocobo se convirtió en el gran embajador de Final Fantasy y el ariete de Square Enix al gran público

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Chocobo

Hay montones de juegos de Final Fantasy pero la franquicia solo tiene un embajador universal: el Chocobo. Podríamos decir en general, desde luego, pero también nos referimos a uno en específico, cuyo aspecto casi parece sacado de una serie animada. Con enormes ojos azules, a veces con un reconocible zurrón y otras con un pañuelo, pero siempre el mismo talento tanto al patinar a velocidades absurdas como a la hora de meterse en líos.

El personaje simplemente conocido como Chocobo, aunque en alguna ocasión se le ha llamado Poulet -un poquito más abajo las razones- es una carismática criatura emplumada que personifica la faceta más universal de Final Fantasy. Su diseño y su personalidad lo hacen el héroe perfecto para aparecer en videojuegos destinados a todo el mundo, lo cual es un incentivo tanto para los fans como para quienes no conocen o están interesados en la saga rolera.

Incluso, a su modo, se atreve a medirse en apariciones y cameos con el mismísimo Cloud o Sefirot, aunque en su favor hay que decir que irradia un carisma casi comparable al del bueno de Vivi y los magos negros de la saga clásica. El suficiente como para protagonizar una saga de juegos propia que no solo llevan su nombre, sino que en ocasiones directamente se prescinde de incluir las palabras Final Fantasy. Y eso es un logro en sí mismo.

Un doble mérito, teniendo en cuenta que los chocobos ni estuvieron en el Final Fantasy original, ni mucho menos se imaginaron como esa especie tan adorable que de la que se han hecho incontables peluches. Eso sí, pese a que el diseño de los chocobos varía de un juego a otro, el de Chocobo, con mayúscula, siempre prevalece.

Lo cual, si queremos abordar el tema al completo, nos lleva a la pregunta de rigor: ¿qué es exactamente un chocobo?

El origen de los chocobos y su aparición y presencia en Final Fantasy

La descripción de Chocobo, como especie, nos la ofrece la propia Square Enix en la propia serie Dissidia Final Fantasy:

Una raza de pájaros que no vuelan, caracterizada por sus plumas amarillas, su olor característico y el canto inolvidable "¡kweh!" Domesticados por su naturaleza gentil y sus pies rápidos, a menudo se usan como medio de transporte terrestre.

Quienes conocen la saga al completo ya habrán dibujado una sonrisa en la cara: saben bien que hay montones de matices a tener en cuenta en esa descripción, empezando por que el color de su plumaje puede llegar a variar. Aunque, a efectos generales podemos asumir que se trata de una especie que recuerda a unos polluelos, con un largo cuello y patas más o menos del mismo tamaño, perfectos para ser domados y montados a la hora de descubrir el mundo.

Descritos así cuesta muy poco entender cómo y por qué se han hecho toneladas de peluches basados en ellos. Sin embargo, cuando Yoshitaka Amano los dibujó para Final Fantasy III, su aspecto se parecía más al de una criatura saca directamente de la película Cristal Oscuro.

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Los Chocobos de Yoshitaka Amano para FF III

Como comentamos, los chocobos se integraron en la saga Final Fantasy tras el lanzamiento de la primera entrega (pese a que en versiones posteriores se añadieron de un modo u otro manera retroactiva) pero no tardaron en lograr su propio calado. Su origen, como contó nuestro compañero Rubén, nace del recuerdo de Koichi Ishii, diseñador y director de Square Enix, de los pollitos de su niñez.

Y bueno, el nombre viene de una delicia de chocolate japonesa llamada ChocoBall, producida por Morinaga y cuya pronunciación   (チョコボール) Es prácticamente igual a la de nuestros amigos emplumados. Es más, Kyorochan, la mascota de los chocolates, comparte el mismo grito de guerra: "kweh". ¿Olerá igual?

La popularidad de Final Fantasy creció a la misma velocidad que la de los chocobos. El hecho de que, de manera merecida, pasasen a ser uno de los grandes elementos recurrentes de la saga sumado al carismático aspecto (al menos en los videojuegos) de esta especie jugó a su favor. Y no lo vamos a negar, cuando la saga por fin echó raíces en occidente -especialmente en Europa- estos simpáticos pajaretes fueron unos embajadores de primera tanto para los nuevos juegos como a la hora de rescatar los clásicos perdidos.

Y no lo vamos a negar, que se les vea en juegos tan dispares como Assasin's Creed Origins como en la mismísima saga Dragon Quest (la gran rival de Final Fantasy) queda más que patente que ni siquiera el propio Cloud -que está en todas partes- puede rivalizar con los mismísimos chocobos.

La saga Chocobo: el comodín de Square Enix

Al principio comentamos que los chocobos son los embajadores definitivos de Final Fantasy, pero también nos referimos a uno en específico cuyo nombre, valga la redundancia, es Chocobo. Y no tiene mucho sentido darle otra: como personaje y a nivel de diseño es una marca en sí misma, reconocible y extrapolable a todo tipo de juegos. Incluyendo los protagonizados por él mismo.

1997  fue decisivo para Final Fantasy. Squaresoft creó una subsaga propia, lanzó el juego más caro de la historia (Final Fantasy VII) cuyo calado llega a nuestros días y, entre infinidad de proyectos, en diciembre de  ese mismo año llegaba a la playstation original Chocobo no Fushigi na Dungeon. Si ese juego en concreto hubiese sido lanzado más allá de Japón se habría llamado Chocobo's Mysterious Dungeon.

Aquello fue un hito en si mismo: se trató del inicio de la saga Chocobo.

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El propio nombre de Chocobo's Mysterious Dungeon no deja margen a malentendidos: se trata de una extensión de la popularizada fórmula de Mystery Dungeon protagonizada por Chocobo, aunque en esa entrega en específico exclusiva del mercado japonés su nombre canónico era  Poulet, que es un juego de palabras entre "pollito" y "player" derivado del sonido nipón (プーレ). Pese a ello, y como tantos juegos de aventuras, podías ponerle el nombre que quisieras.

Hasta entonces, y de manera más que razonable, Squaresoft fue relativamente comedida a la hora de lanzar spin-offs de Final Fantasy más allá de territorio asiático, pero la emergente popularidad en occidente de la saga hizo que la secuela (Chocobo's Dungeon 2) llegase en 1998 a Japón y un año después a Estados Unidos. Llegados a este punto, no está de más recordar que los lanzamientos simultáneos a nivel mundial eran algo extremadamente infrecuente.

El ciclo de esta subsaga se completará a nivel completamente internacional en 2007 con Final Fantasy Fables: Chocobo's Dungeon para Wii y Nintendo DS, y no mucho después con su relanzamiento en PS4 y Nintendo Switch. Dicho lo cual, para entonces la saga Chocobo ya había quedado totalmente establecida en paralelo a Final Fantasy.

Los otros juegos del valiente Chocobo

Es 1999. Estamos a punto de dar el cambio de milenio y pese a que PlayStation triunfa en los videojuegos, Nintendo es la que sienta cátedra. Así, como respuesta a Mario Kart 64, la consola de Sony no solo recibió Crash Team Racing, sino una desenfadada alegría para los fans de Final fantasy de todo el mundo: Chocobo Racing.

Un título incluido en la Chocobo Collection -un lote conmemorando los 10 años de chocobos en la serie Final Fantasy-  junto con Dice de Chocobo y Chocobo Stallion y que, por cierto, fue lanzado por separado en occidente y tuvo una nueva oportunidad de brillar hace muy, muy poco.

Porque no solo estamos hablando de grandes juegos, sino también de pequeñas producciones realmente especiales, como Hataraku Chocobo, para sistemas como la WonderSwan de Bandai. E incluso la PocketStation, la miniconsola de PlayStation, recibió Chocobo World ese mismo año.

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Con su propio juego de carreras disponible en todo el mundo, quedaba oficialmente abierta la veda para llevar a Chocobo, como mascota de la saga Final Fantasy, a cualquier tipo de experiencia imaginable.

Com embajador de la marca final fantasy, Chocobo (y la sub-serie Chocobo) aparecieron en infinidad de juegos que rara vez salieron de Japón, como Doko de mo Chocobo, Chocobo de Mobile​ o el asistente Choco-Mate para móviles anteriores a los smartphones.

¿Te acuerdas de los juegos en flash para Facebook? Ahí también estuvo la ya reformulada y fusionada Square Enix con Chocobo's Crystal Tower. Y la tendencia no decayó después con un Chocobo Panic que debutó en iPhone y luego llegará Chocobo No Chocotto Nouen.

En Final Fantasy Fables: Chocobo Tales se combinó la aventura con las batallas por cartas en Nintendo DS entre 2006 (Japón) y 2007. Algo que había funcionado de maravilla en diversos juegos de la época, todo sea dicho, y que en cierto modo estaba presente de manera bastante regular en la saga -en especial Final Fantasy VIII- con lo que tenía mucho sentido tanto que Square diese el paso como el hecho de que Chocobo fuese el gancho del juego.

Eso sí, su secuela titulada con el kilométrico nombre de Chocobo to Mahou no Ehon: Majo to Shoujo to Go-nin no Yuusha se quedará únicamente en Japón. Y lo que es peor: por desgracia, las consolas portátiles de Nintendo tuvieron bloqueo regional hasta Switch. En cierto modo, ese mismo círculo quedó cerrado en 2022 con el lanzamiento de Chocobo GP.

El muy prometedor futuro de los chocobos en los videojuegos

Hacerle un seguimiento a Chocobo y su legado es dificilísimo, ya que no basta con seguirle la pista a la enorme cantidad de juegos de Final Fantasy y sus spin-offs: hay que ir más allá.

Desde disfraces temáticos en Super Smash Bros a colaboraciones en juegos que van desde una sutil careta en Final Fantasy X-2 a New Minna no Golf. Haciendo una parada más que obligada, por cierto, en Theatrhythm Final Fantasy.

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Quizás, las temáticas de Final fantasy hayan ido variando con el paso de los años. Y lo mismo se aplica a los sistemas de combate, las influencias o cómo se aborda la narrativa. Incluso la manera en la que se aborda la épica.

Pero de todos los ingredientes en común que tienen los actuales y futuros Final Fantasy hay un elemento con el que siempre podremos contar: el gustazo de pasear a lomos de un chocobo.

¿Seguiremos viendo a Chocobo en nuevas aventuras originales? Contamos con ello.

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