Titanfall sigue siendo uno de los mejores FPS multijugador de la historia de los videojuegos. Así, a secas y en pleno 2020 a pesar de haber sido lanzado hace seis años. No hay discusión posible. Podrá gustar más o menos, allá cada cual, pero lo que hizo Respawn está al alcance de muy pocos.
Esto lo digo después de haberme echado unas partidas hace unas horas. Mi intención inicial era volver a Titanfall 2 para comprobar qué tal seguía de salud después de haber vuelto a él hace casi dos años, algo que acabaré haciendo más pronto que tarde, pero acabé entrando al primer título y llevándome una grata sorpresa.
Tenía otra razón para querer volver a Titanfall 2: daba por hecho que en su multijugador habría más gente que en el título original, donde probablemente no iba a encontrar a nadie o bien la búsqueda de partida, creía yo, podría llegar a eternizarse. Nada más lejos de la realidad: jugar en Titanfall en una Xbox One en pleno 2020 es cuestión de segundos.
Todo sigue bien en Titanfall
El juego encuentra partida al momento porque, oh sorpresa, la gente sigue jugando. No he mirado cifras de jugadores, pero os confirmo que durante las sesiones que llevé a cabo ayer mismo no tuve ningún problema para encontrar partidas de seis contra seis una y otra vez. Como si no hubiera pasado el tiempo. Como si fuera un juego de éxito recién lanzado.
Lo hablaba con mi compañero de equipo R. Márquez, el cual me acompañó en algunas de estas partidas: qué bien sigue todo en Titanfall. Quizás nos dieron para el pelo más de la cuenta, algo lógico cuando te enfrentas a gente que probablemente lleva tiempo jugando y tú estás oxidado porque hace años que no lo tocas y además vienes de juegos que, ahora, te parecen lentos como caracoles, pero por lo demás, miel.
Al entrar, Titanfall me lanzó una pantalla informativa que me hizo reír. Mucho. En ella se detallaba un pequeño resumen de mi rendimiento durante la última temporada en la que jugué, que según esta información fue la 22, y me daba la bienvenida a la nueva temporada, la 63. No me digáis que no es gracioso: “Hola, han pasado 41 temporada desde tu última visita, ¿dónde has estado? Te echábamos de menos. Por aquí todo bien, no te preocupes, entra y pártele la cara a esos pilotos”. Y para allá que me fui.
Es lo que pasa cuando entras a un juego que ha seguido adelante sin ti durante tantos años. Es una sensación extraña, pero a la vez todo olía como a casa. Los mapas, por ejemplo, me los conozco de punta a punta y a los pocos minutos de juego ya estaba corriendo por muros y haciendo saltos dobles imposibles para llegar a aquella zona que se me daba tan bien. Que sí, un poco oxidado en las primeras dos o tres partidas, porque el ritmo de Titanfall es endiablado, pero creo que haber jugado recientemente a Apex Legends quizás me ayudó un poco a mitigar esa sensación.
Y hablando de Apex Legends… lo comenté hace un par de días en este otro artículo sobre la situación del battle royale de Respawn un año después de su lanzamiento: es un juegazo, pero si entras a Titanfall o al multi de Titanfall 2 te das cuenta de la superioridad de éstos. Dos minutos en Titanfall te hacen olvidar las cucamonadas de Apex Legends. La tremenda velocidad de Titanfall, su sentido de la acción y lo bien que está diseñado todo para que esto no sea un completo caos, para que sepas en todo momento lo que estás haciendo y lo que quieres hacer, son detalles alucinantes.
Gráficamente sigue cumpliendo. Han pasado seis años desde su lanzamiento y evidentemente se nota, pero a los cinco minutos te has vuelto a acostumbrar a su diseño artístico, a sus colores y a sus estructuras. Poco importa que los titanes se vean a veces como muebles con patas cuando puedes abrir un escudo que para los proyectiles enemigos para luego devolvérselos o soltarle una salva de misiles a la espalda de un titán desprevenido. Todo en Titanfall va en favor de la espectacularidad y el manejo exquisito.
Armamento, titanes, habilidades y cartas: que no sea por opciones
No recordaba tampoco la enorme cantidad de armamento y habilidades disponibles tanto para los pilotos como para los titanes, pero quizás lo que más me sorprendió, o lo que menos recordaba, es la existencia de un mercado negro. En él se puede usar la moneda virtual del juego, que se gana jugando, para comprar desde cartas hasta nuevas voces para el sistema operativo de los titanes en diversos idiomas. Si te quieres enterar en todo momento de lo que te dice la IA, pues tiras de las voces en castellano y ya está. Pero si te da un poco igual porque en realidad toda esa información verbal te la conoces de memoria y/o la puedes ver tú mismo tanto sobre el terreno como en el HUD, hay voces en ruso y japonés que dan totalmente el pego. Maravilloso todo.
Ah, sí, las cartas. Titanfall tiene un curioso sistema que otorga ventajas temporales basado en una serie de cartas. Antes de cada partida puedes elegir hasta tres de ellas y luego, tras morir en batalla, puedes seleccionarlas para activar sus ventajas en el siguiente respawn. La verdad es que funciona realmente bien y algunas de ellas son realmente útiles, como los pulsos para ver la ubicación de los enemigos o la posibilidad de activar un arma contra titanes distinta de la que llevas equipada y más poderosa.
Como decía antes, el sentido de la acción y del espectáculo que supo darle Respawn a Titanfall es alucinante y va acompañado de todo lo necesario: buenas mecánicas, buenos diseños y una jugabilidad a prueba de bombas nucleares.
Y no acaba aquí la cosa. Como buen FPS multijugador que es, en Titanfall tenemos un rango que iremos subiendo a medida que vayamos ganando experiencia y cumpliendo retos. Los hay de todos los tipos, desde los que te piden aniquilar pilotos enemigos con un arma determinada hasta otros más complicados en los que debes hacer caer tu titán sobre ellos, pasando por otro montón de locuras. Al alcanzar el rango 50, y si has cumplido los requisitos necesarios, el juego te permite regenerar tu rango para pasar al siguiente nivel desde cero y empezar el loop de nuevo.
En definitiva, si no habéis probado nunca Titanfall, dadle una oportunidad. Y si lo teníais abandonado, volved porque estoy seguro de que os va a sorprender lo fino que funciona todo y lo muy por encima que sigue estando de prácticamente todos los juegos de este género lanzados durante los últimos seis años.
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