Hay juegos que empiezan bien, pero lo fastidian en el tramo final. Soy de los que opinan que lo importante es el camino, pero también es cierto que si el viaje no se aprovecha y se pierden matices, acaba pesando más esa sensación de decepción.
Es justo lo que me ha pasado con Twin Mirror. Me encantó su tramo inicial, con ese sello inconfundible de DONTNOD (Life is Strange, Tell Me Why), hasta que dejó de profundizar en el peso de los personajes, concluyendo en un desenlace bastante forzado que me dejó una sensación amarga. Porque parece que quedaron muchas cosas en el tintero y se lanzó con prisas para no retrasarlo más.
Cuando no eres bienvenido en tu pueblo, se nota
Twin Mirror tenía todo para encantarme, puesto que su punto de partida nos pone en la piel de Samuel Higgs, un periodista dotado de habilidades extraordinarias para la investigación (al entrar en su palacio mental) que regresa a su pueblo natal, al que abandonó hace años por desamor y un problema con los mineros locales (un artículo suyo provocó el cierre de la mina, principal sustento de Basswood), para asistir al funeral de su mejor amigo. Y claro, no es bienvenido.
Pronto descubre que ciertas cosas han cambiado, sobre todo tras una borrachera de la que no recuerda nada y se sorprende al comprobar algo en su cuerpo... Ahí empieza una investigación sobre su mejor amigo, porque algo no encaja bien.
Como vimos en nuestro avance del mes pasado, el palacio mental de Samuel Higgs le permite reconstruir una escena para descubrir exactamente qué pasó ahí, o analizar todas las posibles opciones ante un desafío crucial. Es un estado donde el tiempo parece congelarse para que Sam pueda moverse con total tranquilidad por el lugar donde transcurren los hechos, difuminando los elementos cruciales para un mejor análisis. Una herramienta interesante... Al menos, al principio.
Porque el problema de Twin Mirror es que no aprovecha sus puntos fuertes, se queda a medias en todo momento, siendo bastante significativo cómo nos ilusiona al principio viendo que toda persona con la que hablemos tendrá su propia ficha en sus notas, para saber más sobre su vida e intentar descubrir algún recuerdo relevante, hasta que el grueso de toda esa gente queda totalmente en segundo plano, con la mayoría sin volver a aparecer en escena. Esto hace que, de modo inevitable, sea prácticamente imposible empatizar con sus habitantes.
Tampoco se esfuerza demasiado en lograr que conectemos con los más importantes, ni siquiera con los que deberían sorprendernos al final, con la gran revelación. Parece más una lucha interna del propio Sam, con esa otra personalidad con la que se evade en muchas charlas con su antiguo amor, Anna.
Es un poco lo que sucedió con Tell Me Why, una bonita aventura, pero ante la que el peso de la trama recayó, sobre todo, en Tyler y Alison, diluyendo bastante el resto de secundarios. Y parte de la culpa la tuvo que simplemente fuesen tres capítulos. La sensación que deja Twin Mirror, es la de una aventura no-episódica (aunque inicialmente sí que iba a ser episódica) más corta y menos profunda.
Twin Mirror, un signo de desgaste en DONTNOD
Es curioso, porque es una aventura en la que, a pesar de notarse el sello DONTNOD, intenta ser diferente a las anteriores del estudio francés, como el uso del palacio mental, que no tiene nada que ver con cualquier habilidad que hayamos visto en sus trabajos, pese a haber paralelismos con Remember Me.
Ese estado virtual, como si se tratase de una realidad aumentada que podemos manipular para resolver un rompecabezas, sirve para demostrarnos cómo funciona la compleja mente de Sam, al igual que cuando aparece su otro yo en escena, llegando a ausentarse por completo del otro interlocutor, salvo que nosotros decidamos cuándo parar. De hecho, este recurso lo usa mucho, incluso en charlas normales, con opción a cortar una conversación para saltar a otro tema o dejar que se explayen o desahoguen. Es un recurso que está bien llevado.
La pena es lo expuesto anteriormente, que muchas de esas conversaciones con personajes secundarios, al final son irrelevantes, aunque el juego intente solventarlo en dos momentos críticos del último tramo. Pero le falta pegada.
No es, por otro lado, una aventura gráfica en la que haya que gestionar un inventario con sus objetos, sino que es bastante directa y lineal, con unos objetivos muy definidos que podremos consultar en todo momento, siendo difícil que nos atasquemos, salvo a la hora de encontrar el orden correcto en unas pruebas del palacio mental o en algunos puzles, como el de cierta oruga...
Para darle un poquito más de vida, en algunas zonas podemos encontrar una serie de coleccionables, aunque sin la relevancia que tuvo el citado Tell Me Why (bastante sorprendente lo logrado ahí, desde luego), salvo por el bonito detalle de colar un guiño a la recreativa de Pac-man para superar el récord de Nick, jugando al clásico de Namco. Y no es precisamente un easter egg difícil de ver, además.
Finalmente, destacar esas libertades que se toma la mente de Sam, pareciendo por momentos que estamos ante el videojuego Control de Remedy, con unos parajes de pura fantasía, como el tramo final. Aunque también peque de usar ciertos recursos con mecánicas experimentales que rompen bastante el ritmo.
La opinión de VidaExtra
En definitiva, Twin Mirror se desinfla demasiado rápido. Parecía que nos iba a sorprender, pero al final ha supuesto una decepción, siendo la peor aventura de DONTNOD, con diferencia. Resulta de lo más irónico, porque se retrasó un año entero, pero le habría venido bien salir más tarde para contar mejor su historia.
Twin Mirror
Plataformas | PS4, Xbox One y Epic Games Store (versión analizada) |
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Multijugador | No |
Desarrollador | DONTNOD |
Compañía | Bandai Namco |
Lanzamiento | 1 de diciembre de 2020 |
Precio | 29,99 euros |
Lo mejor
- El recurso narrativo del palacio mental
- Buena ambientación
- El guiño jugable de Pac-man
Lo peor
- Tiene muchos personajes de relleno
- Lo atropellado que resulta su final
- Se echa en falta una mayor duración
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