Tras jugar unos cuantos partidos en Alpaca Ball: Allstars, ¿tiene todo lo necesario para disputarle el trono al gran Rocket League?

Tras jugar unos cuantos partidos en Alpaca Ball: Allstars, ¿tiene todo lo necesario para disputarle el trono al gran Rocket League?

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Alpaca Ball: Allstars

Para alguien como yo, cansado de los videojuegos de fútbol actuales (donde esté un buen Sensible Soccer, que se quiten los demás), fue toda una bendición cuando Psyonix perfeccionó su propia fórmula mediante el revolucionario Rocket League.

Desde entonces, no ha tenido rival, viendo cómo su popularidad ha ido en aumento con cada temporada hasta pasarse recientemente al modelo free-to-play. Por eso, me alegré cuando descubrí la proximidad de Alpaca Ball: Allstars, al proponer partidos de fútbol con otro cariz bien distinto, no sólo por las alpacas.

Diversión asegurada en reuniones con colegas

Alpaca Ball

Mediante una demo disponible en Steam, no quería desaprovechar la oportunidad de disputar unos cuantos partidos de este trabajo de Salt Castle Studio para ver si esas buenas vibraciones que me habían dejado sus vídeos se traducían a la hora de controlar esas alpacas. Y lo cierto es que he recibido justo lo que esperaba.

Es un juego de fútbol cachondo, para esbozar más de una sonrisa (o carcajada) debido al movimiento de cuello de las alpacas. Porque sí, daremos golpes al balón con la cabeza de dicho animal. Y si bien no estamos ante un videojuego con unos movimientos incontrolables como los de aquel pulpo padre de familia en Octodad: Dadliest Catch, sí que comparte un espíritu caótico para que cada partido tenga un componente impredecible de por medio. Ahí radica buena parte de su gracia.

Tras un primer partido de tanteo para conocer para qué sirve cada botón, no tardaremos mucho en dominar los dos tipos de pateo básico: con la B, para girar la cabeza en el sentido de las agujas del reloj; y con la X, para hacer justo lo contrario, pensando en esos tiros hacia atrás. Ahora bien, esto se desmadra con la llamada "patada poderosa", donde pulsaremos dos veces y de modo rápido el botón de salto para hacer una acrobacia incontrolable... que requiere suerte.

Aparte de un botón para deslizarnos rápidamente en impulsos cortos, no tiene nada más. Y tampoco lo necesita. Por no tener, no tenemos ni que preocuparnos de alternar entre distintas alpacas, porque tan solo controlaremos a una en todo el partido. Esto refuerza, lógicamente, la compenetración entre dos compañeros (sea una persona o la IA), siendo necesario quedarse a cubrir la portería en los partidos más exigentes contra la máquina. Que si no es un auténtico coladero.

Alpaca Ball: Allstars, toda una sorpresa en 2020

Alpaca Ball

En Allpaca Ball: Allstars no hay fueras de juego ni faltas, ni siquiera saques de banda, porque el balón nunca saldrá del campo, por muy alto que pueda ir un tiro. Y ojo, que también podemos seleccionar un disco típico del hockey sobre hielo, que se desliza más rápido y causa más pánico que el frisbee de Windjammers.

Esto hace que cada partido sea un campo de guerra, donde no será nada raro ver a una alpaca (o varias) en el suelo, aturdida, por un golpe fuerte. A esto hay que sumarle la opción de activar potenciadores aleatorios (pero de modo literal, porque no se recogen, sino que el juego se lo pone a cualquier alpaca en ciertos momentos) que provocan más si cabe el caos, como encoger el tamaño de todas las alpacas (menos una), controlar la bola con la mente o equipar a una con un casco para dar hostias como panes bestiales que tumban al rival en cero coma.

Y da igual que activemos o no los potenciadores, que los partidos resultan divertidos y refrescantes gracias a esa movilidad tan peculiar de las alpacas con sus cuellos. Y también, por qué no decirlo, por ver cómo se le va la pinza al juego con la citada patada poderosa, que en más de una ocasión he visto cómo mi alpaca ascendía cinco metros sobre el suelo. Sea glitch o no, te echas unas risas.

Ahora bien, queda por ver si compensa el modo Trayectoria, que viene a ser una campaña con historia que parece metida con calzador para ver cómo las alpacas también hablan y viven con pasión el alpacabol. Hasta se preocupan por su imagen, que podemos cambiar sus peinados o ponerles complementos. En mi caso, ya sólo por los partidos rápidos, me ha convencido completamente con su propuesta y puede ser una alternativa para desconectar algo de Rocket League.

  • Plataformas: Steam (versión analizada) y Nintendo Switch
  • Multijugador: sí, local (hasta ocho jugadores)
  • Desarrollador: Salt Castle Studio
  • Compañía: Badland Publishing
  • Lanzamiento: 15 de octubre de 2020
  • Precio: 17,99 euros (10% de descuento en eShop)
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