Jugar Xbox directamente desde la tele y sin consola abre un mundo de posibilidades. Lo malo: su tecnología todavía está muy verde

Jugar Xbox directamente desde la tele y sin consola abre un mundo de posibilidades. Lo malo: su tecnología todavía está muy verde

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Mi consola Xbox Series X tiene el tamaño perfecto, pero es pesada. Bastante pesada, de hecho, para los estándares de una consola: nada menos que 4,45 kilogramos. No ocupa tanto espacio como la PS5, menos mal, pero ese extra de poderío sobresale de algún modo. Y pese a que gracias al juego en la nube solo necesito un mando, uno cualquiera con Bluetooth, para retomar la mayoría de mis partidas directamente desde la tele, no tengo planeado dejar de encender la bestia negra de Microsoft. Una lástima: me hubiese gustado dejar de llevarla de una tele a la otra.

La historia, contada mal y rápido, es la siguiente: desde el pasado mes de diciembre es posible jugar a los títulos incluidos en el Game Pass desde prácticamente cualquier SmartTv de Samsung fabricada a partir de 2021. Eliges el juego que quieras, de Vampire Survivors a Forza Horizon 5, y empiezas a jugar o retomas la partida que tenías en curso.

¿Un tiro en el pie? Más bien, un plan maestro para promover la suscripción al servicio, incluso si no tienes consola y PC, que en caso de convencer deriva en una preferencia (a base de progresos y horas de juego y fidelización) hacia la marca Xbox.

Los requisitos, además de la propia televisión inteligente, son tan razonables como contar con una conexión a internet y un mando con Bluetooth. No tiene que ser el de Xbox. El proceso pasa por descargar la app desde la tele, conectar mi cuenta y finalmente vincular. Si ya cuentas con una suscripción en activo no tardas ni cuatro minutos en tenerlo todo listo. Tan simple como suena.

Sobre el papel, se trata de un plan perfecto. Inicias la App desde la tele como puede ser la de Netflix, Spotify, Twitch o Youtube y, una vez te haya saltado la interfaz de Xbox Cloud Gaming, retomas la partida dónde la dejaste a sabiendas de que el Quick Resume luego te va a preguntar por el fichero que quieres conservar.

Una declaración de intenciones de lo lejos que está dispuesta a llegar Microsoft en su gran visión del futuro de los videojuegos. En la práctica, sin embargo, estamos hablando de una experiencia de juego que todavía está bastante verde.

Xbox Cloud Gaming no es un sustituto a Stadia. Ni en lo bueno ni en lo malo

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El juego en la nube no es el futuro: es el presente. Y Xbox Cloud Gaming es una estupenda alternativa muy bien encauzada. La otra cara de la verdad es que han pasado más de dos años desde que comenzó su despliegue inicial y la calidad de las partidas sigue estando a la sombra de un Google Stadia que, de hecho, jamás llegó a despegar a nivel comercial funcinando de manera muy satisfactoria. ¿Qué aporta Microsoft al respecto? Básicamente, todo lo heredado del Game Pass. Que no es poco.

Te confieso que el juego en la nube dejó de parecerme magia moderna hace años. De hecho, considero que es algo que está tardando demasiado en implantarse bien. En convencer a los exceptivos. Stadia se fue al traste devolviendo lo invertido, pero hay otras alternativas como Shadow, por poner un ejemplo, que realmente dan la genuina impresión de que estás con un PC delante de tus narices.

Replanteando la pregunta elemental: ¿por qué pagar cientos o miles de euros en hardware, como tarjetas gráficas, cuando lo puedes invertir directamente en una buena tele y en jugar a lo que quieras? Eso sí, coexistiendo de manera natural con el resto de formatos, como ocurre con Steam Deck y su remote Play o, con una Xbox de nueva generación y Xbox Cloud Gaming.

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Bueno, partimos de un error de base: para que la duda esté bien planteada, la experiencia de juego debe ser satisfactoria. Y en el caso de jugar a Xbox en una tele sin consola no se ha llegado a dar ese paso. Y no será por que no se han volcado en ello: Microsoft sustituyó el hardware que movía los juegos en remoto por el equivalente a sus consolas de nueva generación.

La primera conclusión a la que llegamos es sencilla: Xbox Cloud Gaming no es un sustituto a Stadia. Ni en lo bueno ni en lo malo. si bien, el año pasado se habilitó en juego en la nube de Xbox en televisores, las propuestas de Microsoft y Google no son equiparables.

  • Tal y como se ha planteado Xbox Cloud Gaming, en la actualidad es parte indivisible de un servicio que da acceso a montones de juegos y extiende su alcance a plataformas de juego diferentes, como pueden ser los SmartTv, los navegadores web o los smartphones. Incluso las consolas.
  • Mientras que Stadia era la plataforma en sí misma, con lo que los juegos debían ser comprados por separado. Siendo justos, Google ofreció un plan de pago con juegos mensuales, pero su filosofía siempre fue otra.

¿Eso quiere decir que actualmente Xbox Cloud Gaming, es una experiencia injugable en televisores? En absoluto. Es una solución, pero todavía está muy verde para ser la mejor solución. O, al menos, lo que se espera de él.

Luces y sombras de jugar a Xbox sin consolas ya metidos en 2023

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Lo mejor de que todo esté centralizado en una misma plataforma, en este caso el Game Pass, es que no tienes que dar rodeos. Cuando inicio mi aplicación de Xbox en mi Televisor  me encuentro con las mismas configuraciones que dejé en mi navegador web. Sólo me tengo de preocupar de aquello a lo que voy a jugar. Mis dos criterios: algo a lo que haya jugado mucho y algo a lo que no haya jugado lo suficiente.

Lo primero es lo más fácil. Con mis juegos convenientemente ordenados por último uso y mis partidas guardadas justo en el punto en el que las dejé en consola o en el ordenador, veo desfilar en el menú a mis viejos conocidos: Dragon Ball FighterZ, Vampire Survivor, un Assassin's Creed Odyssey al que le estoy dando esas horas que me faltaron en su día... A partir de ahí una de cal  otra de arena.

Iniciar partida en cualquiera de ellos es tan sencillo como en consolas y todavía más que en PC: no hay instalaciones, actualizaciones, ni tampoco hay que pasar por launchers. Los tiempos de carga están ahí, a los que hay que sumar el del propio juego, pero al menos los juegos que he puesto a prueba tienen un elemento común: son razonables.

La parte no tan positiva es la resolución, el rendimiento y la respuesta. Para la ocasión conecté la televisión a través de un cable al rúter y también ví cómo se desenvolvía con el Wi-Fi. Sobra decir que necesitas una conexión buena y estable para jugar, faltaría más, pero a diferencia de las pantallas de los móviles o los monitores de menos de 30 pulgadas, a Xbox Cloud Gaming  se le ven rápido las costuras en una pantalla grande. Al menos, por ahora.

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Contaba con ello cuando me subí a mi BMW Z4 Roadster de Forza Horizon 5 tras un enorme lapso de tiempo. También cuando volví a cabalgar con Kassandra en Assassin's Creed Odyssey y los paisajes apenas mostraban detalles. Pero lo que realmente me sacó de la partida fue el margen de tiempo al jugar a Dragon Ball FighterZ. Si te soy sincero, no le dediqué más de diez minutos a este último: dos partidas al Arcade y una al multijugador en sonada desventaja. Era el momento de ver qué tal se desenvolvía con juegos más modestos.

Mi primera partida sumergiéndome en el mar de indies del Game Pass a través del televisor fue Vampire Survivors. ¡Faltaría más! E incluso en esas circunstancias al apostar por el Wi-Fi llevamos a la app a situaciones complicadas al llenar la pantalla de enemigos. Con todo, para juegos mucho más relajados como Kentucky Route Zero: TV Edition es una delicia.

Fui saltando del Day of The Tentacle a As Dusk Falls, pasando por LEGO Star Wars: La Saga Skywalker y antes de cerrar la última sesión, desenchufando por enésima vez el cable de ethernet de la televisión y recogiéndolo para conectarlo a otro lado, tenía la lectura clara: Microsoft tiene una enorme revolución en el horno, pero también una materia pendiente: que su alternativa de juego en la nube funcione igual de bien en todos los juegos. O, al menos, que no ceda tanto terreno en los más exigentes.

Xbox Cloud Gaming no debe ser un extra del Game Pass: debe darle la réplica al hardware

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Si nos lees a diario o de vez en cuando sabrás que fui pionero de Stadia y me mantuve en activo al plan mensual hasta que Google me dijo que la aventura llegó a su fin. Es más, me devolvió el importe de lo comprado. Stadia funcionaba bien, realmente bien, pero su modelo de negocio no iba a llegar mucho más lejos. El juego en la nube de Xbox, sin embargo, abre un mundo de posibilidades. Sobre todo, cuando se habilite el ratón y el teclado.

A través de Xbox Cloud Gaming la propia Microsoft le da el giro total a la retrocompatibilidad, permitiendo que los jugadores de Xbox One disfruten de los juegos que solo aparecerán en los sistemas de nueva generación. Pero, hay que insistir, eso solo será una verdadera alternativa de cara a mastodontes como Starfield o Forza Motorsport si la experiencia de juego es buena.

La otra gran barrera a superar es permitir que podamos jugar a lo que ya tenemos en propiedad a través de la nube, esté o no esté en el Game Pass. la buena noticia es que Microsoft anunció que ya ha comenzado a trabajar en ello. ¿Lo veremos antes o después de que esta fase de Beta de Xbox Cloud Gaming termine?

Si bien, como comentamos al principio, es un acierto total ofrecer Game Pass sin tener que depender de comprar una consola o un PC de vanguardia de cara a fidelizar tanto para el servicio como para la marca, lo cierto es que la manera de ofrecer el juego en la nube está estrechamente vinculado a la suscripción Premium y se ofrece más como una ventaja o prestación dentro de ésta (junto con Gold y EA Play) que como una manera de experimentar nuestros juegos.

Dicho de otro modo: hacer que jugar a Sea of Thieves sea tan sencillo como encender la televisión. Que mostrar a un amigo o conocido DOOM Eternal o tu partida en curso de Persona 5 Royale sea tan sencillo como activar tu cuenta de HBO Max en su tele. Y, ¿Por qué no? Ponerle a los pequeños de la casa juegos como Fortnite o Overcooked! 2 en una SmartTV sin tener que mover los 4,45 kilogramos que pesa la bestia negra de Microsoft.

Y sin embargo, la experiencia de un juego tan sencillo como Vampire Saviors podría ser bastante mejor con una conexión Wi-Fi en pleno 2023.

Microsoft tiene grandes planes para este año. No solo en cuestión de juegos y lanzamientos, que también, sino de cara a todo lo que puede beneficiar al Game Pass la adición de Activision Blizzard. Y, pese a ello, tiene un As en la manga del que nos resistimos a olvidarnos: su propio sistema de juego en la nube. El caballo de troya perfecto para su plan maestro. Un gigante dormido con unos buenos cimientos: su procesamiento en nube es uno de sus máximos ativos.

El propio Phil Spencer nos dijo en exclusiva que su estrategia  se centra en el jugador y no tanto en el dispositivo. Va siendo hora de abrir ese mundo de nuevas posibilidades.

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