Retroanálisis de The Tower of Druaga, o cómo el espíritu de Pac-man se trasladó a un RPG

Retroanálisis de The Tower of Druaga, o cómo el espíritu de Pac-man se trasladó a un RPG

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The Tower of Druaga

Con motivo de revisionar el mítico Rolling Thunder de Namco, dentro de la colección Namco Museum Arcade PAC de Nintendo Switch estrenada en 2018, pude recordar otros clásicos de la compañía nipona, como el menos conocido (por estos lares) The Tower of Druaga, donde apostó por las mazmorras y el rol.

Su mayor éxito se produjo en Japón en 1984, ya que en occidente no cuajó de igual manera esta propuesta, principalmente por la tosquedad de su control y una dificultad extrema. Toca, por lo tanto, verlo con más calma con un retroanálisis.

Un Pac-man de fantasía... casi de modo literal

The Tower of Druaga

No es casualidad que la primera sensación al adentrarse en The Tower of Druaga sea la de que estamos ante un Pac-man con leves toques de RPG de acción, puesto que se gestó precisamente como "Fantasy Pac-man", tras un prototipo bautizado como "Quest", corriendo sobre la placa Namco Super Pac-Man.

El diseño de sus mazmorras (60 en total, cifra que mareaba de aquellas) era más intrincado que el clásico de Namco de 1980, tanto por la disposición aleatoria de sus muros como los innumerables secretos que guardaban en su interior, hasta el punto de tener que recurrir a guías para sacarle todo su jugo. Fue, de hecho, uno de los motivos de peso por los que no triunfó fuera del país del Sol naciente.

En el citado Namco Museum Arcade PAC, por fortuna, se nos detalla con pelos y señales lo que oculta cada fase para desbloquear un sinfín de objetos que facilitan de manera ostensible la tarea de completar esta aventura tan exigente.

El problema, claro está, radica en no saber esas cosas de antemano y en perder el tiempo, porque el otro inconveniente del juego era el tiempo. Debido a que no había dos fases iguales, podíamos tener la mala suerte de que la disposición de los enemigos u objetos estuviese más distante, obligándonos a dar demasiadas vueltas. Lo principal, sobre todo, era desbloquear el pico de cobre del primer nivel (derrotando a tres babosas verdes) para poder romper los muros y gracias a eso contar con hasta tres atajos por mazmorra. Con eso y las botas del segundo nivel (matando a dos babosas negras), no se hacía tan cuesta arriba la aventura.

The Tower of Druaga, la torre de la paciencia

The Tower of Druaga

Casi todas las mazmorras tenían un secreto asociado, siendo la mayoría desafíos en los que había que derrotar a un número determinado de enemigos. Pero también se podía dar el caso de ofrecer otro tipo de retos, como desviar hechizos con el escudo, para que produjese algún efecto beneficioso para el protagonista.

The Tower of Druaga era difícil de manejar, con un método bastante tosco para atacar, al no realizarse pulsando simplemente un botón. Se podía mantener después, eso sí, para ir con la espada como si estuviésemos en una batalla de justas, pero se notaba que no era su fuerte. Además, incluso el movimiento del héroe no era tan fluido como Pac-man, pese a utilizar un patrón muy similar.

Inspirado en Dragones y Mazmorras (de ahí sacó la idea su diseñador, Masanobu Endo, de hecho), contaba con los elementos propios del género del rol, pero bajo el prisma de una Namco que no paraba de crecer y que estaba siendo punto de referencia para géneros venideros. Y es que si Pac-Land influenció al mismísimo Super Mario Bros., entre otros plataformas, este juego de rol y acción haría lo propio con el legendario The Legend of Zelda de NES, estrenado en 1986, o los Ys.

The Tower of Druaga fue el punto de partida para una saga, bautizada como Babylonian Castle Saga, bastante popular en Japon, con tres entregas en los 80, dos en los 90 y varios capítulos o revisiones en el siglo XXI, contando a su vez con manga y anime propios. El estudio Gonzo (Hellsing, Gant) lo estrenó en 2008.

¿Ha aguantado bien el paso del tiempo?

No, desde luego. Su control es duro de pelar y exige una dedicación extrema por parte del jugador de cara a desentrañar todos sus secretos (guía en mano, tomando notas en cada mazmorra) y que el viaje no se haga tan cuesta arriba. Por eso, no es de extrañar que The Tower of Druaga tan solo haya triunfado en Japón.

The Tower of Druaga

The Tower of Druaga

Plataformas Arcade, MSX, Famicom, Game Boy, PC Engine... hasta Switch
Multijugador No
Desarrollador Namco
Compañía Namco
Lanzamiento 1984
Precio 31,99 euros (Museum)

Lo mejor

  • Todo lo que podíamos desbloquear
  • Pionero dentro de los RPG de acción

Lo peor

  • Su control era tosco y lento
  • El crono era un enemigo implacable
  • Si no tirábamos de guía, estábamos perdidos

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