Game Genie, la máquina de trucos que Nintendo intentó prohibir

Game Genie, la máquina de trucos que Nintendo intentó prohibir

3 comentarios Facebook Twitter Flipboard E-mail
Gamegenie

Recuerdo claramente sacar el Game Genie del baúl de juguetes que tenía en mi cuarto. Uno de esos inmensos cajones de mimbre que también servían de asiento además de alojar cientos de trastos, y que probablemente muchos de vosotros recordaréis con cariño.

No sabría responder a ninguna pregunta básica sobre él. Desconozco quién lo compró, cuándo lo hizo o con qué intención, pero sí me sorprende que en mi cabeza estuviese perfectamente claro qué era y para qué servía: era el Game Genie de Game Boy.

Game Genie: el nuevo poder de tus videojuegos

Tal vez lo pedí a los Reyes Magos. Tal vez fue un regalo de cumpleaños. Puede que lo comprase mi padre, como tantos otros cacharros que pululaban por casa. Recuerdo vagamente incluso una diminuta tele portátil que trajo de un viaje a Japón, así que la idea no resulta descabellada.

Pero lo importante era que aquél mamotreto me acompañó durante una buena parte de mi temprana vida como jugador. Sabía perfectamente que Game Genie era el cacharro de trucos para Game Boy y, cuando no estaba jugando a la consola, era fácil encontrarme leyendo el libreto de trucos que se escondía en la parte trasera.

No tengo ningún recuerdo de qué trucos utilizaba o con qué juegos lo hacía, pero en cambio sí puedo visualizar como si lo tuviese delante cómo la consola se convertía en un gigantesco mastodonte con aquello puesto. Y también notar en las manos cómo el peso de semejante Megazord me impedía jugar con comodidad.

Pero eh, a los ojos de aquél chiquillo la consola quedaba genial, y a lo que para mí ya era una máquina revolucionaria -salté de la Atari 2600 a una maravilla de gráficos de color verdoso-, con la suma del Game Genie podía convertirme en un héroe destinado a frenar un ataque de misiles.

No importaba que estuviese castigado sin jugar o que la Game Boy se hubiese chupado las pilas como una magdalena de hace dos semanas absorbería un café. La combinación de ambos cacharros era suficiente para montarme mi propia peli de ciencia ficción.

De las vidas infinitas a los niveles desechados

Con el paso de los años aprendí que pese a no ver el Game Genie en casa de ninguno de mis amigos, en realidad no había sido ningún niño especial, que el cacharro se había vendido a espuertas y que, además, tenía diferentes versiones para casi todas las máquinas de aquella época.

Creada por Codemasters, Game Genie llegó por primera vez a las NES norteamericanas a principios de los 90 y, con el tiempo y tras un notable éxito comercial, fue introduciendo otras versiones para SNES, Game Boy, Sega Megadrive y Game Gear.

Genie2

El cacharro consistía en un adaptador que colocabas en cualquiera de dichas consolas como si fuese un cartucho más. En su parte superior contaba con otra ranura en la que, esta vez sí, colocabas el juego que querías jugar.

Gracias al sistema el Game Genie podía puentear la comunicación entre el juego y la consola, permitiendo así modificar el código del juego para modificar cómo funcionaba. La idea era poder añadir desde vidas y munición infinita hasta elección de niveles, pero  en algunos juegos incluso se podía acceder a opciones ocultas que se habían quedado en el código, como niveles especiales o funciones de desarrollo.

Nada más iniciar la consola con el Game Genie enchufado, una pantalla nos indicaba que debíamos incluir hasta entre tres y seis códigos para modificar el juego. Una vez indicados siguiendo las pautas de los libretos que incluían cada versión, el juego se iniciaba con el truco activado.

Auge y caída del Game Genie

Como era de esperar no todas las compañías vieron con buenos ojos aquél invento y, aunque Sega no dudó en facilitar su distribución abrazándolo como accesorio oficial de sus consolas, en Nintendo intentaron torpedear la venta de Game Genie e incluso consiguieron detener su comercialización.

A ojos de los nipones, aquél cacharro modificaba los juegos de sus consolas creando una obra derivada que no era la que ellos comercializaban, y con ese discurso llevaron a los creadores de Game Genie a los tribunales alegando una violación de los derechos de autor.

Game Genie

La respuesta de Codemasters y Galoob, encargada de la comercialización del producto por aquellos lares -aquí se encargó de ello Famosa-, fue que su sistema simplemente utilizaba la información que había en el cartucho para darle al usuario lo que estaba buscando, sin cambiar gráficos o diseño que pudiesen llegar a confundirse con un juego distinto.

Los tribunales acabaron fallando en favor de Game Genie y, aunque Nintendo intentó torpedear el uso del sistema modificando sus juegos para que el sistema fuese incompatible, sólo se encontraron impedimentos con los juegos con chip Super FX y aquellos en los que se pudiese guardar y corromper partidas.

Para todos los nuevos juegos que llegasen tras el lanzamiento de cada Game Genie, entre la distribuidora y las revistas de la época se las apañaron para ofrecer códigos adicionales que sirviesen para sacarles partido.

Un negocio que llegó a alcanzar las cinco millones de unidades vendidas en todo el mundo pero que, con la llegada de las consolas 3D y el cambio de cartuchos por CD, acabó desapareciendo por completo con la llegada de la quinta generación de Saturn y PlayStation.

Comentarios cerrados
Inicio