Moverse mucho, aprender mucho, divertirse mucho, comer mucho y descansar todos los días. Así se hacen las cosas en la Escuela Tortuga y, por extensión, así se las gastan Goku y compañía en Dragon Ball Z Kakarot, la enésima excusa con la que Bandai Namco congrega a los saiyans de Akira Toriyama en torno a un RPG de acción. El regreso en clave de videojuego del anime de culto que expande la visión del maestro Toriyama introduciendo brillantes dosis de fanservice.
Un proyecto totalmente pensado para los fans de Dragon Ball, con lo bueno y lo no tan bueno que implica eso. Pero también una cita obligada para todos aquellos que en su niñez, juventud o ya entrados en edad se emocionaron con las intensas batallas y gloriosas transformaciones del Dragon World.
Condensando lo mejor de la serie animada en aproximadamente 40 horas de exploración, combates explosivos, espectaculares cinemáticas y subtramas en las que perderse entre aventura y aventura. Y, a la vez, un ARPG que plasma con devoción reverencial la esencia y el espíritu del anime de Toei Animation.
Y para muestra -y a modo de adelanto- cada vez que abrimos Dragon Ball Z Kakarot, éste nos recibe con una renovada versión del opening Cha-La Head-Cha-La creado para la ocasión. Todo un kamehameha de nostalgia que puedes ver justo bajo estas líneas.
Una responsabilidad que Bandai Namco supo delegar: con Ganbarion (responsables de Dragon Ball Fusions) centrada en la última gran aventura de One Piece en consolas y una Dimps con una manos llenas entre Super Dragon Ball Heroes y las expansiones de contenido de Dragon Ball Xenoverse 2, el proyecto pasó a manos de Cyberconnect2. Una apuesta prácticamente segura viendo su trabajo previo con la saga Naruto: Ultimate Ninja Storm.
Y, pese a las flaquezas de DBZ: Kakarot, la devoción hacia el material original está fuera de duda. No solo a la hora de hacernos vivir cada icónica escena con la misma fuerza que en el anime, sino a la hora de atreverse a completar el muy generoso legado de la saga de Toriyama en terreno RPG con nuevas historias menores.
Promoviendo en el proceso el regreso de personajes casi olvidados de las primeras aventuras de Goku e integrándolos de nuevo y con acierto dentro del propio universo Dragon Ball.
Eso sí, donde la experiencia sabe brillar con luz propia, como veremos, es en el desarrollo de combates. Haciendo que las inevitables colisiones entre Goku y sus aliados con el resto de grandes villanos de Dragon Ball, desde Raditz hasta el Pequeño Buu, sean el plato principal de la experiencia -¡cómo debe ser!- y, en el proceso, sus historias principales acaben teniendo el peso y la energía que se espera de ellos.
Lo cual no quita que haya también aspectos algo más rutinarios -y relajados- con los que se busca estirar las horas de juego y saciar a los completistas.
DBZ Kakarot es un regalo para los fans y un rendido homenaje a la serie de anime, pero también una aventura que, desde otro punto de vista, difícilmente logrará convencer por méritos propios a los apasionados por el RPG occidental o de corte asiático. Pese al muy profundo sistema de progresos que Cyberconnect2 ha integrado en el conjunto.
¿El motivo? DBZ Kakarot convierte el coleccionismo implícito de la experiencia RPG en un reclamo para los fans más dedicados y aquellos que desean empaparse todavía más en el basto mundo imaginado por Toriyama. Y, pese a todas esas sensaciones positivas, no logra maquillar las imperfecciones de su propia experiencia.
Dragon Ball Z: del anime al videojuego
Hemos perdido la cuenta de los videojuegos basados en Dragon Ball Z que arrancan con la invasión Saiyan, nos llevan hasta Namek en busca de las esferas místicas y concluyen con la batalla por el universo en el planeta Kaioshin. Bandai Namco es consciente de ello y durante la la pasada década se dedicó a experimentar con realidades paralelas e incluso se atrevió a imaginar el futuro del Dragon World antes del estreno de La Batalla de los Dioses. Y no lo hizo mal, todo hay que decirlo.
En este sentido, la premisa de Dragon Ball Z Kakarot no solo pone por delante que volveremos a presenciar la transformación de Goku en el legendario Super Saiyan o el noble sacrificio de Vegeta, sino que lo abraza desde la nostalgia y con acierto. Usando la serie de anime como referencia por encima del manga original, sí, pero con el beneplácito de Toriyama y montones de referencias televisivas que van desde las cortinillas de título a la banda sonora. Incluyendo potentes réplicas cinemáticas de las escenas más memorables.
Lo cual no quiere decir que Cyberconnect2 se haya guardado recursos especialmente interesantes y acertados para que el conjunto se sienta fiel al anime y, a la vez, aporte novedades al fan más ávido. Elementos concretos y muy estudiados con los que, de manera descarada, se extiende la duración del propio juego, entre los que también encontramos excusas para que nos perdamos intencionadamente por los escenarios.
A veces, a través de sutiles líneas de diálogo que no solo proyectan la personalidad de Goku y compañía, sino que entrelazan más y mejor las relaciones de los protagonistas. Porque DBZ Kakarot conserva todas las frases y escenas originales, sí, pero también sabe añadir muchas más en el proceso que se disfrutan con la perspectiva de saber que es lo próximo que ocurrirá.
Otras veces, a través de historias paralelas jamás contadas que quizás no reinventen la propia experiencia de juego, pero que consiguen recompensar nuestra curiosidad con alegres reencuentros, combates inesperados, encargos muy toriyamescos y nuevas conversaciones que dan respuesta a grandes incógnitas jamás respondidas en torno al Dragon World, como la paulatina desaparición de la gente animal del manganime o el motivo por el que no le vuelve a crecer la cola de los saiyans.
Y entre tramas mayores, recados y misiones secundarias, un conjunto de enormes escenarios diseñados para ser atravesados de punta a punta. Aunque no siempre de la manera más acertada.
Como comentamos, el sistema de progresos de DBZ Kakarot se basa en comer, moverse y aprender constantemente, de modo que además de entrenar y medir nuestra fuerza con aliados y enemigos, deberemos obtener un montón de orbes, recetas y potenciadores para que nuestro personaje esté constantemente aumentando su capacidad de combate. Mejorando sus estadísticas y aprendiendo nuevas técnicas.
Dicho lo cual, DBZ Kakarot no es un mundo abierto, sino varias grandes áreas explorables a vuelo, en vehículo o a pie. El desarrollo de la historia decidirá qué personajes tenemos a nuestra disposición (incluyendo héroes y asistentes) sin sorpresas, pero con la ventaja añadida de que en los interludios entre los grandes arcos argumentales del anime podremos alternar de protagonista y lugares con libertad.
De hecho, es en estos interludios donde Cyberconnect2 se ve más suelta e inspirada a la hora de jugar con el anime y lograr que el jugador interactúe con el mundo del juego. A fin de cuentas, los amplios escenarios de DBZ Kakarot invitan a ser explorados, y si le dedicamos un poco de tiempo no tardaremos en descubrir pequeñas tramas sueltas que redondean el valor del conjunto de la experiencia.
Con todo, y pese a que hay algún que otro minijuego, el RPG de acción de Cyberconnect2 se enfrenta a su propia fórmula al ofrecer demasiadas misiones y pasos previos al gran combate que acaban siendo excesivamente rutinarios.
Muchas misiones de exploración acaban siendo tediosas o desafortunadamente simples, mientras que el modo en el que se van acumulando y encadenando los combates menores o contra enemigos de baja categoría le pasa una ligera -pero existente- factura al ritmo general.
Por suerte, y pese a lo anterior, el sistema de batalla diseñado para el juego, el cual bebe del legado reciente Dragon Ball en los videojuegos, es uno de los mayores aciertos de DBZ Kakarot.
Combates espectaculares y momentazos que nos emocionaron
Lo que son las cosas: a partir de la aparición de Son Gohan, el hijo de carácter pacífico de Goku, tanto el manga como el anime de Dragon Ball pasaron de ser de una aventura con temática de artes marciales a una constante sucesión de batallas cada vez más explosivas, cuya escala acaba ascendiendo más allá del sistema solar. No es que sea algo negativo, que conste, pero de cara a los videojuegos eso implica que los combates deben ser uno de los aspectos centrales.
Con eso por delante, y pese al desafío que supone crear un ARPG basado en la obra de Toriyama, Cyberconnect2 tenía muy claro que la experiencia de lucha debía estar totalmente en consonancia con el espíritu de la serie y, a la vez, contentar a quienes han crecido jugando con Goku, Vegeta, Piccolo y Freezer en sus consolas. Un triple reto que se resolvió en DBZ Kakarot de manera muy natural.
De partida, porque el sistema de combate es muy similar al visto en Dragon Ball Xenoverse y todo lo que llegó después del muy celebrado DBZ: Budokai Tenkaichi, los combates con total libertad de movimiento en aire y tierra dicen presente con la espectacularidad y el frenetismo de las sagas de Dimps y Spike. Eso sí, recordando constantemente al jugador que está frente a un RPG.
Es decir, DBZ Kakarot no es un Xenoverse con menos luchadores y más énfasis en la exploración. Es un RPG en el que los personajes tienen voz, carácter y motivaciones. Y, en este sentido, la ambición de Cyberconnect2 resulta todo un hito dentro del legado jugable y de RPGs de Dragon Ball.
Lo cual sirve como excusa para introducir coleccionables y, en el proceso, permite desbloquear poco a poco una espectacular enciclopedia a lo largo de la aventura. Una enorme base de datos que colmará las expectativas de los fans de Dragon Ball.
Sin embargo, y pese al valor añadido del contenido que se ha repartido por el Dragon World, al final todo el peso de la experiencia acaba atado y muy bien ejecutado a través del sistema de combate, el cual no solo tiene en cuenta nuestra habilidad con el mando o la destreza de nuestro personaje, sino los progresos que hayamos hecho.
Dicho de otro modo: las estadísticas y el progreso de la aventura principal se materializan en nuestra manera de desenvolvernos en los combates individuales, de grupo y ante los jefazos del juego, de modo que constantemente se nos alienta a progresar y subir niveles.
Eso no quiere decir que todo se reduzca a encadenar un combate con el siguiente mientras nos dirigimos de un punto a otro, como en los JRPGs Clásicos: además del sistema de progresión habitual hay que sumar el sistema de Muros de Comunidad: conforme progresemos y según la predisposición que tengamos a perdernos iremos desbloqueando hasta siete muros y diferentes emblemas de personaje que mejorarán nuestras estadísticas.
Las capacidades de combate de nuestro héroes también aumentan a través de los entrenamientos, e incluso consumiendo los diferentes orbes dispersos por el Dragon World podremos añadir nuevas técnicas de combate y potenciarlas.
Y, llegado el momento, acceder a transformaciones que no solo supondrán un estallido de poder, sino que elevarán drásticamente el potencial y la capacidad de combate de nuestros héroes.
Si bien, el acabado de los personajes no alcanza el nivel de maestría de Dragon Ball FighterZ, hay que admitir que DBZ Kakarot se corona a sí mismo con los golpes cinemáticos y las espectaculares escenas de animación creadas para el juego. Colmando de tensión y efectos y destellos la pantalla y a la vez, sabiendo actualizar totalmente lo visto en el anime.
Dándole a cada nuevo gran paso argumental fuerza propia y una sobresaliente carga emotiva.
Más allá del anime: Dragon Ball Card Warriors y el despertar de un nuevo poder
Las sagas del anime de Dragon Ball Z son las que son, pero uno de los aciertos del RPG de CyberConnect2 es su manera de expandir el material original. Incluso tras su lanzamiento.
Además de las historias jamás contadas y misiones secundarias referidas y una sucesión de contenidos extra que tienden lazos con la patrulla del tiempo de Trunks, Dragon Ball Kakarot ha seguido creciendo a través de nuevos DLCs de pago y un nuevo modo de juego multijugador totalmente gratuito.
A través de los dos episodios de El despertar de un nuevo poder, el doble set de contenidos de post lanzamiento incluido en las ediciones especiales de DBZ Kakarot y el pase de temporada, CyberConnect introduce los dos largometrajes centrados en la entrada en escena de Beerus, el Dios de la Destrucción y el regreso dorado del temible emperador galáctico Freezer.
Dos muy libres adaptaciones de La batalla de los Dioses y La Resurrección de Freezer en las que en lugar de extender sus contenidos hasta los primeros arcos argumentales del anime de Dragon Ball Super sirven como pretexto para introducir -con grandes licencias- los personajes y elementos centrales de cada filme en el juego.
Sin ir más lejos, en el primero de los DLCs de El despertar de un nuevo poder apareceremos en el mundo del Dios de la Destrucción para ser entrenados bajo la supervisión del ángel Wish. Sin más preámbulos ni rodeos. Una excusa quizás demasiado simple para que Goku y Vegeta despierten el poder del Dios Super Saiyan a la que podremos acceder directamente una vez hayamos pasado los primeros compases de la historia principal.
Mucho más original e interesante es la experiencia de cartas coleccionables que se suma gratuitamente -aunque con opciones de micropagos- a la propuesta jugable de DBZ Kakarot: el modo Dragon Ball Card Warriors.
En esencia, la estructura jugable es muy similar a la de HearthStone: los héroes y villanos de Dragon Ball pasan a ser cartas de personaje con sus propios niveles de ataque y vitalidad, los cuales podremos alinear y mejorar con el propósito de eliminar las cartas del tapete contrario y, en última instancia, agotar la barra de salud del jugador oponente.
Podemos jugar y progresar de manera informal y competitiva y, lógicamente, las victorias nos dan la posibilidad de aumentar nuestra colección de cartas. Con todo, y como ya dijimos, Dragon Ball Card Warriors incluye su propia tienda in-game con la que adquirir paquetes a través de dinero real.
Dragon Ball Card Warriors es una muy interesante adición a DBZ Kakarot que, quizás, no reinvente la manera de jugar con las cartas digitales, pero se disfruta de manera muy acertada, añade un siempre agradecido componente multijugador y cuya sencilla pero muy bien planteada interfaz elimina cualquier barrera de cara a disfrutar de la experiencia, incluso jugando a través de los mandos tradicionales.
Con todo, Bandai Namco no ha concluido el ciclo de novedades previstas para el juego: un nuevo pack llegará a lo largo de 2021 y la adición de contenidos y personajes inspirados en Dragon Ball Super: Broly o la saga del Torneo de Poder de Dragon Ball Super será siempre bienvenida al juego.
la opinión de VidaExtra
En los juegos basados en mangas y animes es bastante frecuente que haya que aplicar dos varas de medir: una que evalúe su capacidad de conectar con los fans de los personajes implicados -o el autor original-, y otra que sirva para ver cómo se desenvuelve como videojuego frente a otras propuestas similares. Por suerte, o por desgracia, Dragon Ball Z Kakarot no es la excepción a esta disyuntiva.
Como adaptación del anime de Dragon Ball Z, el juego de CyberConnect2 es toda una sorpresa. Su ambición al sumergirnos en el Dragon World no tiene precedentes, así como el tratamiento que reciben los personajes principales. Casi todas sus adiciones argumentales de relevancia son acertadas y sus cinemáticas una gozada.
Consiguiendo destacar merecidamente en combates intensos y espectaculares que, lejos de buscar un equilibrio propio de los juegos de lucha, ofrecen una merecida distinción entre enemigos de poca monta y jefazos finales.
Como ocurrió con el manga, y por extensión el anime, una vez concluida la saga de Cell los personajes experimentan nuevas y más fascinantes transformaciones mientras la trama se va disolviendo de manera gradual en favor de encadenar una batalla con la siguiente.
Y, en cierto modo, lo mismo se aplica al el juego y el modo en el que se atreve a añadir nuevos matices y decorar la historia original. Pese a que se añaden divertidos conceptos por aquí y por allá, como el minijuego de baseball del instituto de Gohan o una pequeña subtrama en torno a un nuevo miembro de las fuerzas especiales de Freezer diseñado por el propio Toriyama.
Y, sin embargo, como RPG tiene aspectos que no son propios de los juegos actuales. Muchas de las misiones secundarias quedan deslucidas por su poca variedad o el modo en el que llegan a ser rutinarias en planteamiento, de modo que hay un enorme contraste entre seguir la historia principal y su particular manera de añadir horas de juego extra.
Lograr igualar el impacto y la emoción del anime original es un desafío que Dragon Ball Z Kakarot supera con nota si queremos atravesar el juego sin desviarnos, pero el modo en el que está planteado el conjunto te invita constantemente a descarrilarte. Es más, llegado cierto punto de la experiencia, se hace inevitable que debamos dar rodeos debido a la creciente dificultad de los enemigos y jefazos.
Y pese a que esto desluce el valor en conjunto, su manera de añadir rejugabilidad a través de los viajes temporales o su multijugador acaban jugando en su favor y dejando sensaciones positivas.
Dragon Ball Z Kakarot es un RPG de acción que despertará sensaciones de nostalgia a los fans de Dragon Ball y, en el proceso, le hará revivir las mejores aventuras de Goku junto a tramas originales creadas para la ocasión. Se echa muy en falta ese toque aventurero de las primeras aventuras del pequeño niño con cola de mono, sobre todo con unos escenarios tan amplios.
Pero el modo en el que nos vuelve a emocionar en el clímax de la batalla de Namek o durante la colisión de Kamehamehas del Juego de Cell hace que en esos momentos nos olvidemos de sus flaquezas. Recordándonos por qué aquella adaptación animada del manga de Akira Toriyama nos dejaba con la boca abierta frente a la tele. Sensaciones que siguen presentes tantos años después a través de los videojuegos.
Dragon Ball Z Kakarot
Plataformas | PS4, Xbox One y PC |
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Multijugador | Sí (Dragon Ball Card Warriors) |
Desarrollador | CyberConnect2 |
Compañía | Bandai Namco |
Lanzamiento | 17 de enero de 2020 |
Precio | 44,66 euros |
Lo mejor
- Una trama fiel a las emociones del anime de la Toei y con mucho fanservice
- Un sistema de progresos profundo con montones de coleccionables
- Pese a ser un RPG, el sistema de combate retiene la explosividad e intensidad originales
- El modo Dragon Ball Card Warriors es una interesante adición multijugador
Lo peor
- Muchas misiones secundarias acaban siendo repetitivas
- Se podía haber aprovechado mejor la experiencia de exploración
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