Análisis de Microsoft Flight Simulator, el nuevo referente en los simuladores aéreos

Análisis de Microsoft Flight Simulator, el nuevo referente en los simuladores aéreos

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Microsoft Flight Simulator

Pocas sagas pueden presumir de estar cerca de cumplir los 40 años de historia, de ahí la importancia del nuevo Microsoft Flight Simulator. Por hacernos a la idea, cuando debutó en 1982 salieron Pitfall!, Q*Bert o el Dig Dug de Namco. Y como es lógico, mucho ha llovido desde entonces, no solamente en cuanto a simuladores.

Cabe recordar, además, que esta saga tuvo su apogeo desde finales de los 80 hasta inicios del siglo XXI, llegando a un parón de 14 años cuando salió al mercado Flight Simulator X en 2006. Ese margen de tiempo da para mucho y el salto evolutivo (con dos generaciones de consolas de por medio) se nota en esta entrega de 2020, la más real hasta la fecha. Pero, ¿es acaso para todo el mundo?

Es un simulador, no un After Burner realista

Microsoft Flight Simulator

Esto tiene que quedar cristalino de inicio: por mucho que suene a perogrullo, Microsoft Flight Simulator es un simulador aéreo. Da igual que cuente con opción de habilitar ayudas automáticas para facilitar el vuelo sin que nos tengamos que preocupar de todos los avisos y directrices de cada viaje surcando el cielo, que en esencia estamos ante una experiencia totalmente diferente a esa clase de juegos como After Burner o Ace Combat. Si te va la vena más arcade, no es tu juego.

No significa que no puedas llegar a valorar lo que ofrece, pero requerirá por tu parte mucha paciencia hasta comprender sus entresijos para disfrutar del simple placer de volar, que no es algo tan fácil como pueda parecer hoy en día. Hay muchos factores a tener en cuenta y comunicarse con el ATC (Control de Tráfico Aéreo) constantemente, prestando atención a todos los avisos sobre el clima o todo lo relacionado con las características de la aeronave que pilotamos.

Asobo Studio (sí, el mismo equipo del premiado A Plague Tale: Innocence) ha creado un simulador pensado principalmente para pilotos expertos, pero sin renegar de los apasionados por la aviación o los que sienten curiosidad por ver qué se sentiría a los mandos de estas máquinas titánicas que sobrevuelan nuestras ciudades cada día. Si somos profanos en la materia, nuestra primera parada debe ser obligatoriamente el tutorial para saber a qué nos enfrentamos y saber cómo reaccionar ante cada aviso del juego. Porque no es pulsar el acelerador y esperar que todo vaya como la seda. Esto es como en la vida real.

Desde los fundamentos básicos de control de vuelo hasta cómo alcanzar altitud y mantenerse, pasando por técnicas para un aterrizaje correcto o cómo maniobrar con seguridad sobre aeropuertos concurridos, serán un total de ocho pruebas para matricularse en el tutorial con todas las garantías. Aunque también podemos omitirlo y fracasar estrepitosamente al tener un sinfín de parámetros a controlar.

Si buscas desafíos extremos, también los tendrás

Microsoft Flight Simulator

Microsoft Flight Simulator no es esa clase de videojuego que parezca, per se, un videojuego, al alejarse de los cánones principales en sus mecánicas, con esos objetivos, vidas o puntuaciones tan típicos de prácticamente casi cualquier género hoy en día, pero eso no significa que no abrace en su apartado actividades con varios tipos de experiencias precisamente para picar al personal con sus desafíos.

Bien sea con pruebas de aterrizaje o recorridos sin ningún tipo de ayudas, son una serie de desafíos muy directos, con un objetivo claro, donde se medirá nuestra actuación en base a la precisión del aterrizaje o la propia suavidad a la hora de tocar suelo, sin salirnos de la ruta preestablecida. Cómo se afronta cada aterrizaje depende de diversos factores, no será simplemente enderezar, reducir velocidad y bajar el tren de aterrizaje. Cada aeropuerto es un mundo. Y la climatología, igual.

Cabe resaltar que estos dos factores se han cuidado hasta el más mínimo detalle en este simulador. Y estamos hablando de alrededor de 37.000 aeropuertos con todo lujo de detalles y una climatología en tiempo real, si queremos ser lo más fieles posible a la región que estemos sobrevolando. Sobra decir que para que esto vaya como la seda hace falta una buena conexión a Internet y un gran ancho de banda y espacio en disco para almacenar todo lo que se vaya generando.

Si ya con un mando de Xbox One se nota en su vibración buena parte de lo que tiene que lidiar un avión en el aire, si disponemos de accesorios profesionales, como pudieron probar nuestros compañeros de Xataka, la experiencia es tremendamente más gratificante por cómo podemos llegar a sentir esas inclemencias del tiempo o unas simples turbulencias controlando un titán aéreo.

En este sentido, hay múltiples opciones, pudiendo recurrir al teclado, ratón o citado mando de Xbox por si no podemos rascarnos más el bolsillo, habiendo gran diferencia entre un teclado (con un sinfín de atajos) y un mando, viendo en este último una serie de combinaciones para acceder a otras funciones. Un ejemplo básico: con B+Y activamos o desactivamos los frenos de estacionamiento.

Lo bueno es que hay distintos grados de dificultad en base a las ayudas, desde un pilotaje prácticamente automático hasta la experiencia más realista posible. Es de agradecer, a su vez, que entre carga y carga (excesivo el tiempo de espera, por cierto, hasta el punto de desesperar según la zona de salida escogida, con varios minutos de carga) el propio juego nos suelte terminología sobre aviones o consejos sobre los pasos a seguir en cualquier desafío. No iremos a ciegas.

Microsoft Flight Simulator: ¿te gusta volar?

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Apelando al famoso eslógan sobre cierta marca de vehículos, el principal atractivo de Microsoft Flight Simulator es simplemente la posibilidad que nos ofrece de volar sobre cualquier región del globo terráqueo y con una calidad visual de lo más apabullante y bastante fidedigna, gracias a la fotogrametría, sobre todo.

Cierto es que se han visto en sus primeros días ciertas incongruencias, como un rascacielos imposible en Melbourne, o que no todas las ciudades cuentan con el mismo nivel de detalle, pero son aspectos que prácticamente ni se notan cuando estamos volando a 10.000 pies. Lo importante es que todas las zonas son reconocibles y resulta una delicia usar la vista externa para deleitarse con el paisaje. ¿Y qué hay de la vista de cabina? El cambio es importante, teniendo mucha menos visibilidad que cualquier simulador de conducción actual.

No tiene precio, desde luego, poder decidir desde el punto exacto que queremos iniciar el vuelo de salida y hacer exactamente lo mismo para el de llegada, variando el estado según si tenemos que despegar o aterrizar de un aeropuerto o iniciar directamente el vuelo desde el aire. Al final todo se traduce en escoger una ruta y disfrutar intentando hacerlo lo mejor posible mientras gozamos las vistas.

En este 2020 tan complicado que nos ha tocado vivir, es lo más parecido a unas vacaciones para mucha gente. Yo pude ir a mi querida A Guarda, que llevo años sin visitarla en la vida real. Eso sí, Microsoft Flight Simulator, como comentamos la semana pasada, no refleja ningún tipo de colisión al estrellarnos o por alguna avería del propio avión, sino que se funde a negro la pantalla con un mensaje indicando por qué fallamos. Lo bueno es que, trasteando en las opciones, se puede desactivar un aviso que nos impide realizar aterrizajes forzosos en cualquier parte donde haya tierra de por medio. Como si es en pleno bosque.

Lo ideal sería hacerlo según el manual del aviador, lógicamente, pero es un camino ante el que habrá que tener paciencia y sufrir mucho hasta llegar a dominarlo. Al menos la vida útil de este simulador es casi eterna sabiendo la infinidad de rutas que podemos establecer y lo mucho que dura en promedio cada travesía. Eso sin olvidar, por supuesto, las grandes diferencias que existen entre las 20 aeronaves que incluye, catalogadas entre Turbohélices, Aviones de líneas aéreas, Reactores y Hélices; en cuanto a velocidad de crucero, altitud máxima, resistencia o alcance.

La opinión de VidaExtra

En definitiva, no es casualidad que pilotos expertos o la crítica especializada lo hayan puesto por las nubes. Microsoft Flight Simulator es el nuevo paradigma para una saga legendaria por parte de Microsoft, con 38 años de historia. Sólo tienes que preguntarte si es tu juego. Y Xbox Game Pass te lo pone en bandeja.

Microsoft Flight Simulator

Microsoft Flight Simulator

Plataformas PC (en el futuro Xbox)
Multijugador No
Desarrollador Asobo Studio
Compañía Xbox Game Studios
Lanzamiento 18 de agosto de 2020
Precio 69,99 euros

Lo mejor

  • Simulador puro y duro para los amantes del aire
  • Sus cotas de realismo por toda la Tierra
  • El marcador online con los desafíos

Lo peor

  • Cargas exasperantemente largas
  • Depender de Internet para que sea más realista
  • No es apto para todo el mundo

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