Por qué una Xbox One S sin lector de discos tiene todo el sentido del mundo

Por qué una Xbox One S sin lector de discos tiene todo el sentido del mundo

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Por qué una Xbox One S sin lector de discos tiene todo el sentido del mundo

El pasado X018 vino cargado de novedades, sorpresas y deudas pendientes, pero Microsoft dejó pasar la oportunidad de despejar algunas de las grandes incógnitas que circulan sobre el futuro de su división de consolas. Algo curioso, cuando fue la primera en mojarse el pasado E3.

Y pese a que los rumores últimamente no están acompañado a todos los anuncios venideros, lo cierto es que el hecho de que se esté hablando cada vez más de un modelo de Xbox One S sin lector de discos no nos pilla muy por sorpresa: a fin de cuentas, este puede encajar a la perfección en el plan que Microsoft lleva alineado desde la entrada de Phil Spencer.

Llamando a las cosas por su nombre, un modelo de consola sin lector de discos tiene sentido hoy, pero también desde que se anunció que el Game Pass está funcionando bien. Y con la férrea apuesta por el juego en nube desde todos los agentes de la industria del videojuego tiene mucho más sentido que nunca dar un nuevo paso intergeneracional. El segundo, desde la Xbox One X.

Un perfil de jugador en el que el tipo de juego y los servicios cuentan

Más allá de los títulos multiplataforma, el perfil de un usuario se genera a través de elementos comunes en los títulos fuertes de una plataforma. En este sentido, si God of War, Marvel's Spiderman o la saga Uncharted están centrados en la experiencia single player, la gran mayoría de licencias de Microsoft apuestan fuerte por la experiencia multijugador.

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De hecho, en VidaExtra hemos visto en numerosas ocasiones la diferencia de calidad en torno al servicio online de Microsoft, pionera en el sector de pago por otro lado, pero también cómo se ha apoyado la experiencia Xbox en disponer de una conexión a internet, ya bien sea con apps propias dedicadas al streaming o a través de servicios de suscripción.

Quien abrió la veda fue Electronic Arts con su EA Access. Una compañía que, por otro lado da presencia al multijugador en todos sus grandes lanzamientos (desde Battlefield V hasta FIFA 19) y que aprovecha el contexto para ofrecer periodos de prueba y descuentos digitales, pero también acceso a una biblioteca de juegos digitales en constante expansión.

¿Merece la pena adquirir los juegos de EA en disco? Con EA Access un juego te sale de salida más barato, puedes jugar antes y, si prefieres esperar, un año después lo tienes asociado a tu cuenta sin más trámite que 25 euros al año con planes mensuales. Y ojo, que EA también se ahorra tramites de publicación y distribución.

Años después, Microsoft daría el segundo paso con el Game Pass, una idea muy similar con un extra añadido: todos los títulos presentes y futuros del sello Microsoft Studios se podrán disfrutar allí desde el primer día.

Un movimiento que afianza la actividad online, permite que jugadores de PC y consolas jueguen juntos y que, tras las recientes adquisiciones del estudio, promete ganar más fuerza en los próximos.

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Entonces, ¿cuál es la verdadera ventaja de adquirir un juego en disco por 50 euros -o más- aparte de la reventa o el coleccionismo en estanterías? Para todo el que no la encuentra, como me pasa a mi, una consola sin lector de discos es una alternativa mucho más práctica y económica.

Alineando los planes futuros de Microsoft

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Partamos de lo que sabemos de manera oficial: Microsoft continuará difuminando el juego entre consola y PC gracias al servicio de tienda unificado de Windows y un juego con ratón y teclado que ya ha irrumpido (tímidamente) en Xbox.

Y si bien esto es un incentivo para que los jugadores de sobremesa continúen en escritorios, se trata de una puerta giratoria para que la proclamada Master Race haga lo propio apostando por Xbox.

A lo que hay que añadir que las publicaciones en físico para PC son cada vez menos frecuentes.

De hecho, en cada vez más casos son simbólicas. La más reciente edición de coleccionista de World of Warcraft: battle of Azeroth no incluye discos, y basta con pasarse por cualquier tienda que venda ordenadores para darse cuenta de que el USB o las tarjetas Sim poco a poco están haciendo más prescindible contar con un lector de CDs.

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Algo que, por otro lado, abarata enormemente el coste de hardware y da más libertad de diseño, tanto en tamaño como en carcasa como a la hora de distribuir los componentes internos. Permitiendo ofrecer una versión muy asequible como para que, con las suscripciones de Microsoft, sea todo un acierto a nivel comercial. Un rotundo golpe sobre la mesa si las cifras fueran buenas.

De hecho, incluso se podría decir que Microsoft ya tanteó esta posibilidad hace no demasiado. El servicio Xbox All Access lanzado en territorio americano incluye consola, una suscripción de Gold y otra de Game Pass en una única mensualidad.

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De modo que, salvo lanzamientos muy concretos como Red Dead Redemption 2 o Assassin's Creed Odyssey, no habría que invertir un céntimo extra.

A lo que hay que sumar el Project xCloud, el sistema de juego en nube de Microsoft en el que el hardware dejaría de ser una limitación y que, por cierto, ya utiliza blades personalizados en los centros de datos en las regiones de Azure. Unos que vienen a ser a groso modo versiones de Xbox One S. Sin lector, claro.

¿Tendría éxito una consola sin discos? En el caso de Microsoft, todo parece apuntar a que sí

Queda pendiente de confirmar o desmentir esta consola sin lector, pero hay que reconocer que los de Redmond han sabido construir un ecosistema sólido de juego en el que los discos son solo un trámite. Incluso dentro de su propuesta cross-generacional.

Las consolas Xbox One están recibiendo de manera gradual lo más destacado de sus anteriores generaciones gracias a la retrocompatibilidad, pero recordemos que ésta es en realidad una emulación. Si bien los discos de los juegos actuales son -por decirlo de alguna manera- launchers que precisan de la instalación del software, los de la Xbox original y Xbox 360 no son la excepción.

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De hecho, la retrocompatibilidad en Xbox One funciona descargando una copia digital del juego que se emula. Algo que permite que sea compatible con las versiones más actuales, los DLCs e incluso reciba mejoras técnicas gracias a actualizaciones. Así, los jugadores de Xbox One X pueden ver los clásicos con una calidad que sorprende más que una remasterización.

Según indica el medio Thurrott, esta nueva versión de Xbox sería lanzada junto con una iniciativa llamada ‘disc-to-digital’ que, como su nombre indica, convertiría los juegos físicos en descargas digitales. La idea sería llevar la copia en disco a un minorista asociado (como las tienda Microsoft) y cambiar su disco por una descarga digital.

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Y es que, llegados a este punto, no está de más recordar que los discos pierden la información contenida con el paso del tiempo. De mucho, mucho tiempo, como ocurre con cualquier soporte físico.

Recogiendo papeles: ¿tiene sentido una Xbox sin lector?

El 30 de mayo de 2009 Sony sacó la PSP Go, un modelo de consola que se centraba únicamente en los contenidos digitales. Y aquello no salió bien. Pero claro, ni había servicios de suscripción, ni juego online y mucho menos se apostaba tan fuerte por futuro de la nube.

Microsoft ya cuenta con todos los ingredientes necesarios y la piedra de toque sería un precio competente.

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Con las rebajas de Black Friday es posible hacerse con un modelo de Xbox One S por menos de 200 euros con un mando y algún juego. 100 euros por debajo del precio de una Switch rebajada, y un precio muy sugerente de por sí.

Ahora sólo necesita exclusivos capaces de rematar la propuesta, y Gears 5 y Halo Infinity están en el horno.

No sabemos cuántos teraflops ofrecerá el Project Scarlett, ni tampoco si el Project xCloud será capaz de conseguir que FIFA o Call of Duty se puedan jugar con la misma latencia que las versiones descargadas en memoria. Pero el éxito de la iniciativa Xbox All Access y del Game Pass dejan claro que hay una demanda por los contenidos que ofrece Microsoft.

Ahora sólo necesita ofrecerlos a un precio irresistible, y prescindir del lector de discos no solo es una solución viable, es algo especialmente asumible en los tiempos de Netflix... y de cara a los usuarios de Steam.

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