The Legend of Zelda: la historia del Reino de Hyrule. De la creación del mundo a la era posterior a la Calamidad

The Legend of Zelda: la historia del Reino de Hyrule. De la creación del mundo a la era posterior a la Calamidad

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El contexto que rodea cada nueva aventura del Héroe de la Trifuerza es uno de los elementos más cautivadores del universo de The Legend of Zelda. Y si por separado lo que nos ofrece cada entrega ya es fascinante, puesto todo en conjunto se nos descubre una historia en la que el clásico viaje del héroe se entrelaza con una mitología construida para la ocasión, el ocaso y resurgir de un reino que es reimaginado de manera recurrente y la voluntad manifiesta de tres cualidades destinadas a manifestarse a través del jugador: la sabiduría, el poder y el valor.

Porque si el mayor enigma de la saga de The Legend of Zelda es la propia historia del reino de Hyrule, aquello que distingue a la saga de Nintendo de los inevitables sucedáneos son las sensaciones de aventura, logro y descubrimiento; y cómo éstas brotan de manera natural y cobran un sentido todavía mayor al conectar aquello que se nos revela en cada juego con ese gran misterio. Aventuras únicas y muy distinguibles entre sí que, sumadas, forjan una de las historias más influyentes jamás manifestadas a través de los videojuegos.

Porque da igual si la apariencia de Link recuerda a los dibujos animados o nos lleva a mundos más sombríos. Incluso la forma en la que se manifiesta el propio mal, o Ganon en la mayoría de los casos es un fin para un medio mayor: como comentamos, toda la saga de Zelda está conectada. Al menos, en lo referente a las entregas principales. Y es al unir los diferentes nexos que conectan una historia con la siguiente (o la anterior) donde se puede ver cómo se manifiesta la verdadera grandeza de la saga de Nintendo.

No porque haya un impacto directo de un juego sobre otro, lo cual -por lo general- no sucede, sino por el enorme puzle argumental que se ha ido desplegando desde la aventura original de Link. O, más bien, desde el lanzamiento de Zelda II: The Adventure of Link. La secuela del clásico de NES y una de las poquísimas continuaciones directas. A fin de cuentas, Zelda II siempre ha sido una de las entregas más excepcionales, pero también un precedente cuya influencia y elementos más experimentales sirvieron para cimentar las entregas más queridas e icónicas.

La privilegiada vista aérea de Altárea de The Legend of Zelda: Wind Waker también supone una oportunidad de oro para conocer y vivir a través de Link los orígenes de la saga y el vínculo de los protagonistas con el inevitable destino que les espera a los herederos de la Trifuerza y su voluntad. Porque, y esto es lo esencial, ninguna entrega es una antesala de la gran historia de The Legend of Zelda, sino que ésta última es en realidad la unión de todas y cada una de las aventuras de Link.

Y, en ese aspecto, tanto las travesuras más desenfadadas de Link como las gestas que abordan de lleno la sensación de epicidad son piezas igual de importantes.

Con esa ambiciosa visión por delante, en VidaExtra hemos puesto en común, organizado y conectado toda la historia de la saga de The Legend of Zelda. Con la información oficial ofrecida por Nintendo como base, pero abordada de manera más amena y simple, abarcando desde la creación del mundo a la era posterior a la Calamidad.

Sobre de la línea del tiempo de The Legend of Zelda

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Organizar la historia del reino de Hyrule es algo inusualmente complicado. Originalmente no tenía mucho misterio, ya que Zelda II era la continuación directa del clásico The Legend of Zelda de NES con el mismo protagonista y, a su vez, el A Link to the Past de SNES era una precuela protagonizada por un antepasado del héroe original que regresará en Link's Awakening. No obstante, a partir de ahí la cosa se comenzó a complicar.

Llegados a este punto es necesario establecer una premisa: en todas las aventuras el nombre del héroe es Link. No es que se trate del mismo personaje, sino que en ocasiones se trata de descendientes y en otras heredan la voluntad del héroe original y su nombre. Incluso, la propia Nintendo admite que quizás algunos de estos héroes llegaron a ser conocidos por otros nombres.

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De manera oficial, The Legend of Zelda: Ocarina of Time estableció durante muchos años los orígenes de la propia saga. Pero, cómo su propio nombre indica, el hecho de que los viajes a través del tiempo estuviesen implícitos en la propia experiencia abría la puerta a diferentes líneas temporales alternativas, las cuales no solo derivan en las entregas ya conocidas, sino en otras que también pudieron ser y que comenzarán a ser exploradas con Majora's Mask y The Wind Waker.

A partir de Four Swords, y especialmente con The Minish Cap, la cosa se complica un poquito más: a través de Capcom, la propia Nintendo explora los acontecimientos previos a The Legend of Zelda: Ocarina of Time y, en el proceso, nos presenta un reino de Hyrule más rico en contenidos y variedad.  Eso sí, los tres valores originales de la Trifuerza se siguieron manifestando con la misma excelencia, independientemente del tema central de cada aventura.

Debido a las diferencias artísticas y temáticas de cada juego de la saga de The Legend of Zelda a partir de The Wind Waker se abría una duda bastante razonable: todos los juegos son un remake del original o existe una conexión argumental. De hecho, hasta el año 2001 todo estaba más o menos organizado para los fans.

Y si la teoría de que hubiese una conexión fue para muchos fans una leyenda  hasta que se hizo oficial la cronología en 2011, con motivo del 25 aniversario de la saga, lo cierto es que varios años antes y a nivel interno por parte de Nintendo, se estableció un orden que unificaba toda la historia y en el que, por cierto, se confirmaba definitivamente la existencia de líneas del tiempo alternativas. En muchos aspectos, esa fue la pieza que faltaba del puzle.

Dicho lo cual, Nintendo es ambigua intencionadamente con respecto a la cronología de la saga de Zelda por tres razones bien fundamentadas:

  • Por un lado,  y esto es esencial, porque eso le da libertad a la hora de introducir nuevas aventuras sin tener que contradecirse o limitarse creativamente.
  • Por otro lado, porque salvo las pocas secuelas directas, o las entregas gemelas de Oracle of Seasons y Oracle of Ages, cada título de la saga de The Legend of Zelda funciona de manera independiente a las demás. De modo que siempre puedan abordarse en cualquier orden.
  • Y, sobre todo, porque Nintendo tiene la intención de que la línea de tiempo sea flexible y esté abierta a la reinterpretación, tanto por parte de los fans como de cara al legado futuro de la saga.

A partir de aquí también hay que tener en cuenta que hay entregas que no forman parte de la cronología principal. Algunos adquieren la condición de episodios adicionales, como Link's Crossbow Training, mientras que otros son títulos que no pertenecen a la propia línea del tiempo establecida, como Hyrule Warriors. Por no mencionar la merecidamente castigada trilogía de CDi de la que la propia Nintendo se desentiende totalmente.

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Con estas premisas establecidas, la historia del Reino de Hyrule, y por extensión la de la propia saga de The Legend of Zelda, comienza con el nacimiento del propio mundo a manos de las diosas. A fin de cuentas, hablar del héroe y la princesa de Hyrule es referirse a una leyenda que ha sido transmitida durante generaciones.

De la creación del universo y la diosa Hylia

Las leyendas de Hyrule cuentan que, antes de que existiese el propio tiempo y la vida, tres diosas de la creación dieron origen a la propia existencia. Originalmente solo había caos, de modo que Din, la diosa del poder, creó la Tierra de la nada. No mucho después, Nayru, la diosa de la sabiduría, creó el espíritu del orden y el equilibrio de la existencia. Finalmente, la diosa del valor Farore creó la vida y a los habitantes del mundo.

Una vez completada su gran obra, las tres diosas de la creación abandonaron el mundo dejando como legado una poderosa reliquia que representaba su poder: la Trifuerza. Un triangulo sagrado capaz de hacer realidad cualquier deseo. Un símbolo de fe, un recurso desesperado para cuando el mundo se enfrente a una gran amenaza y un privilegio reservado para aquellos de espíritu fuerte, independientemente de que sus intenciones sean justas o malvadas.

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Antes de partir, la Trifuerza  fue confiada, a su vez, a una legión de espíritus, hadas y otra deidad: la venerada diosa Hylia sería la guardiana original de la reliquia y su poder, además de la responsable de extender la voluntad y el legado de Din, Nayru y Farore a los habitantes de la Tierra. No obstante, la propia existencia de la Trifuerza también despertó la ambición de los seres del mal: la tribu demoníaca comandada por el Heraldo de la Muerte y otras voluntades perversas que ya poblaban la Tierra iniciaron una guerra ancestral con el fin de reclamar y apropiarse del increíble poder de las diosas de la creación.

Para prevenir un mal mayor, Hylia tomó una decisión que cambiaría el curso de la historia: la diosa protectora de la Trifuerza elevó una porción de la propia Tierra y la envió a los cielos, separando a los supervivientes que imploraron su ayuda, junto a los justos y a los herederos de la voluntad de las diosas, del resto de criaturas y amenazas malvadas que codiciaban la reliquia a cualquier precio.

La tierra y el cielo serían separados por una barrera de nubes que protegería a los fieles devotos de Hylia, los hylianos, de todo mal y que evitaría que la Trifuerza cayese en las manos equivocadas. Sin embargo, el mal no solo no había sido mitigado, sino que se comenzó a propagar por la tierra sin control.

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La diosa sabía que aquello era una solución temporal. Dado que el poder de la Trifuerza no podía ser usado por ninguna deidad, Hylia renunció a su divinidad y renació como una hyliana para poder destruir al Heraldo de la Muerte y acabar con el mal que amenazaba a su pueblo. El precio a pagar: su propia inmortalidad.

Desde entonces, y tras la muerte de Hylia, ésta ha sido venerada durante generaciones. Siendo conscientes de que el mal volverá a amenazar la paz de los hylianos y la prosperidad del propio mundo. Pero, también, que la diosa protectora regresará de algún modo cuando llegue el momento.

Las era de los cielos, del Caos y de la Prosperidad

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Durante su vida como mortal, Hylia convivió con los hylianos, quienes se establecieron como la primera especie del mundo en establecer una civilización. El pueblo hyliano prosperó en los cielos gracias a su sabiduría y su generosidad, estableciendo un reino próspero sabiamente dirigido por sus descendientes y sucesores. Ajenos, por otro lado, a los peligros que habitaban en la superficie y las amenazas que comenzaban a brotar de ésta.

Como las hadas y los espíritus, originalmente los hylianos poseían un poder mágico que se fue diluyendo durante las generaciones hasta prácticamente desaparecer. Sin embargo, esta magia se ha llegado a manifestar entre sabios, héroes y los descendientes de la propia Hylia, quienes acabarán siendo con el paso de las eras la legítima familia real de Hyrule.

Han pasado miles de años desde que Hylia selló al Heraldo de la Muerte, y pese a que los hylianos no han olvidado ni su legado ni su sacrificio, se han acomodado a la tranquilidad de la vida protegidos convenientemente por un mar de nubes que surcan con libertad gracias a los pelícaros. Precisamente, será esa paz la que los hará más vulnerables.

El rapto de Zelda, la princesa descendiente de la voluntad de Hylia, hará que el espíritu del valor se manifieste en la figura de Link, un joven elegido por la voluntad de la propia Trifuerza. Pero antes, el joven deberá aceptar su propio destino como héroe y templar un arma divina con la que poder hacer frente al propio mal: la Espada Maestra.

Sería cuestión de tiempo que los hylianos regresen a la superficie y establecieran el que pasará a ser el reino de Hyrule. Durante esa transición, en el mundo tuvieron lugar acontecimientos únicos. Las eras de Caos y de la Prosperidad tendrán todo tipo de consecuencias, como el destierro del pueblo del Crepúsculo o la construcción del templo del Tiempo, sellando  la entrada al Reino Sagrado en el que se custodia la propia Trifuerza.

Por otro lado, durante el redescubrimiento de la tierra de Hyrule los hylianos conocerán nuevas civilizaciones y también crearán leyendas de otras especies, como los Minish, unos diminutos seres mágicos del tamaño de un dedal cuyos grandes actos tendrán un impacto mayor en la propia historia del reino y la familia real.

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Porque solo con la ayuda de todas las razas y pueblos de Hyrule los descendientes de la voluntad de Link a través de los tiempos lograrán proteger al mundo de las amenazas de poderosos hechiceros y las fuerzas del mal. Desafortunadamente, aquella concordia entre civilizaciones no durará para siempre.

La Guerra Civil de Hyrule y la era del Héroe del Tiempo

Tras innumerables conflictos y caos, la tierra de Hyrule vivió una era de paz. Paradójicamente, cuando la victoria sobre amenazas y males ancestrales permitió que las diferentes especies prosperaran, un conflicto se manifestó entre los pueblos libres del mundo: el inevitable roce entre las diferentes razas y culturas provocó una Guerra Civil que se extendió inevitablemente a todas las civilizaciones.

La Guerra Civil concluyó cuando el rey de los hylianos, descendiente del linaje de Hylia, logró apaciguar las diferencias y unificar todos los pueblos de Hyrule bajo un mismo reino. Aquello fue una paz consensuada, pero la confianza entre los pueblos no había sido totalmente restablecida y la semilla de la discordia había sido plantada. Aquella paz no durará eternamente.

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De algún modo, Ganondorf, el Rey de los ladrones de la tribu Gerudo, había logrado acceder al Reino Sagrado sellado en eras anteriores y, en un intento fallido por hacerse con el control de la Trifuerza, fragmentó la reliquia dorada en tres partes. El gerudo se apropiará del fragmento de la Trifuerza del poder, mientras que  la princesa Zelda, la heredera de Hylia en esta era, recibirá la Trifuerza de la sabiduría. Por desgracia, el propio proceso acabará condenando nuevamente al propio Reino de Hyrule a un destino fatal.

La voluntad de las diosas quiso que Link, un joven hyliano criado ajeno a los acontecimientos del resto del reino en el bosque Kokiri , entrelazase su destino con el de la princesa Zelda y heredase el nombre y la voluntad de los anteriores héroes de Hyrule. Y, no solo eso: el fragmento de la Trifuerza del valor despertará y se manifestará en el propio Link.

Pese a que el coraje y la determinación del joven héroe será un elemento esencial para restablecer la paz, solo será posible revertir el mal desatado por Ganondorf con la ayuda de los sabios de todos los pueblos de un reino que había sido unificado no hace demasiado y en la que la desconfianza entre las especies de Hyrule todavía estaba muy presente en sus corazones.

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Para vencer al mal, Link deberá aunar la voluntad de todos hylianos, y eso solo será posible a través de una gesta en la que el héroe deberá alterar el curso natural de acontecimientos presentes y futuros, viajando a través de dos líneas temporales enfundando la legendaria Espada Maestra y, en última instancia, demostrando ser el heredero legítimo de las voluntades de las diosas de la creación convirtiéndose en el Héroe del Tiempo.

No obstante, el destino de Hyrule no está escrito. Los resultados de los actos de Link, el éxito de su aventura y las consecuencias derivadas de realizar viajes temporales darán pie a la existencia de tres líneas de tiempo diferentes. En dos de ellas, el héroe sale triunfante, mientras que en la tercera el mal desatado por Ganondorf queda queda simplemente sellado en el Reino Sagrado. Al menos, durante un tiempo.

La Hyrule en la que el Héroe del Tiempo es derrotado

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La luz de los héroes debe brillar con más intensidad en los tiempos más oscuros. Los esfuerzos del Héroe del Tiempo no fueron suficientes para evitar que Ganondorf se apoderase de los tres fragmentos de la Trifuerza, la reliquia de las diosas de la creación, pero logró que los sabios de todas las razas de Hyrule, incluida la princesa Zelda, uniesen sus fuerzas y contuviesen la mayor amenaza de la historia del reino.

Gracias al poder de los seis sabios de Hyrule, tanto Ganon, la bestia de pura maldad emergida del triunfo de Ganondorf, como la Trifuerza quedasen sellados en el Reino Sagrado. Por desgracia, aquel confinamiento tuvo dos consecuencias fatales:

  • La cada vez mayor influencia del mal de Ganon en el Reino Sagrado condicionó la propia realidad, pasando a convertirse en el Mundo de las Tinieblas.
  • Por su parte, el propio Ganon comenzó a acostumbrarse al inagotable poder de la Trifuerza y, a través de esta, preparar su regreso al Mundo de la Luz llegado el momento.

Quizás Ganon se hubiese apoderado del fragmento de la Trifuerza del valor, pero la voluntad de la diosa Farore siguió estando muy presente entre los Hylianos durante las generaciones posteriores. Especialmente en un nuevo héroe, quien heredó el nombre de Link de uno de sus antepasados, que gracias a su determinación y destreza no solo consiguió derrotar a la bestia del Mundo de las Tinieblas, sino también recuperar la Trifuerza.

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Pese a que Link consiguió vencer a Ganon gracias a su poder, valor y sabiduría, el nuevo héroe de Hyrule debía prepararse para su inevitable regreso. Precisamente por ello inició una serie de viajes por todo el mundo que lo llevaron a tierras exóticas como la isla de Koholint o los reinos de Holodrum y Labrynna. 

Gracias a estas aventuras y a los objetos mágicos que encontró en ellas, el héroe de Hyrule logró evitar una inminente nueva venida del señor del mal. Pero el espíritu de Ganon no había sido derrotado. 

Como medida preventiva, y siendo plenamente conscientes de la voluntad del propio mal por regresar a la vida a través de sus acólitos, la familia real de Hyrule toma una decisión drástica: volver a separar la Trifuerza. Algo que provocará que la esencia de la reliquia de las diosas sea depositada en el alma de los descendientes de directos de Hylia, el héroe del valor y, de manera inevitable, el propio Ganon.

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Sin embargo, Los mundos de la Luz y la Oscuridad no son los únicos que coexisten en la tierra de Hyrule: en un mundo paralelo llamado Lorule, el poderoso hechicero Yuga se ha propuesto despertar el alma de Ganon y reunir una vez más la Trifuerza.  Un plan frustrado por el heredero directo de aquel Link que consiguió vencer a Ganon en el Mundo de las Tinieblas y, en el proceso, recuperar la reliquia de las diosas de una pieza.

Gracias a la nueva unificación de la Trifuerza, la familia de Hyrule logró devolver la prosperidad al reino durante las generaciones posteriores. No obstante, una vez más la codicia emerge entre los tiempos de paz.

Tras la muerte del Rey de Hyrule, y viendo las oscuras intenciones del príncipe y heredero legítimo del trono con la Trifuerza, la princesa, quien comparte nombre con la legendaria sabia Zelda, decide ocultar el fragmento del Valor. En represalia, el príncipe la hace caer en un sueño eterno. Lo cual, sumado a su nefasta gestión, hace que la gloria del reino decaiga.

La desgracia del reino de Hyrule supondrá la oportunidad que el espíritu de Ganon llevaba generaciones esperando. En un reino que conoció tiempos mejores, el señor del mal despierta y comienza a extender su influencia con el propósito de volver a reclamar el poder de la Trifuerza.

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Por suerte, en aquel momento la reliquia había sido dividida en ocho trozos y un joven hyliano que heredó la voluntad de los héroes de Hyrule se ha dispuesto a recuperar la Trifuerza, derrotar a Ganon y devolver la libertad tanto al reino como a la propia princesa Zelda. Una gesta para la que, por cierto, necesitará una buena espada.

La derrota de Ganon solo es el principio, el joven hyliano que logró liberar a Hyrule emprenderá una nueva serie de retos en nombre de la propia familia real y, en el proceso, se ha determinado a liberar a la princesa y heredera de la diosa Hylia de su sueño eterno. Una aventura que, gracias al beneplácito de las diosas de la creación, restaura el auténtico linaje real de Hyrule, el poder original de la Trifuerza y la prosperidad al reino.

La era del Crepúsculo. La línea de tiempo original en la que el héroe regresa triunfante

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El héroe del Tiempo que se enfrentó a Ganondorf logró evitar el peor de los escenarios. El mal había sido definitivamente, al menos, de momento. Y, en consecuencia, era el momento de regresar a su propia línea del tiempo.

Eso sí, los tiempos de paz no le privarían de nuevas aventuras por vivir en Hyrule e incluso más allá: el destino de la trifuerza del Valor llevará al joven Link incluso al mundo de Términa en una misión en la que deberá evitar la destrucción del reino.

Por su parte, y pese a la derrota de Ganondorf, el triunfo de Link no limitó la voluntad del rey de los ladrones del pueblo Gerudo. Sobre todo, cuando éste seguía conservando en su interior la Trifuerza del poder.

Así, viéndose imposibilitados de contenerlo, los sabios decidieron exiliarlo al Crepúsculo, donde continuará viviendo durante generaciones como un espíritu. Esperando la oportunidad de regresar al Mundo de la Luz y vengarse del linaje de los héroes.

Con el paso del tiempo, Ganondorf encontrará un medio de regresar a la vida y, gracias al poder de una reliquia, liberar a un demonio del pasado y desplegar toda su maldad como el Rey de las tinieblas Ganon.

Es entonces cuando el linaje de los héroes del valor resurge y, gracias a la espada cuádruple, se consigue derrotar definitivamente al mal del reino de Hyrule.

La era posterior a la gran inundación. El héroe vence, pero delega el futuro de Hyrule a los sabios

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La derrota de Ganondorf y su sellado junto a la Trifuerza del Poder concluyó la labor del Héroe del Tiempo en esta época, y el regreso de Link a su línea de tiempo original hizo que la familia real de Hyrule y los pueblos unificados del reino tomasen medidas para evitar que un nuevo mal emergiese en el futuro. Entre ellas, la división de la propia Trifuerza del valor en ocho fragmentos.

Desafortunadamente, la ausencia del héroe del tiempo en esta era provocó que el inevitable regreso de Ganondorf estuviese a punto de sentenciar el mundo a su destrucción. Y así hubiese sido si las propias Diosas de la creación no hubiesen intervenido.

En un acto desesperado, Din, Nayru y Farore sumergieron y sellaron Hyrule y al propio Ganon, la forma puramente malvada de Ganondorf, bajo lo que pasará a conocerse como el Gran Océano. Pero esto no supondrá ni el final del pueblo de Hyrule, ni tampoco el del Señor del Mal.

En un mundo posterior a la gran inundación provocada por las Diosas de la creación, un nuevo héroe emerge navegando con fascinación y libertad por el Gran Océano sin ser consciente de que Ganondorf, una entidad de pura maldad que llevó el mal y la desesperación a Hyrule en el pasado, está recuperando gradualmente su poder original.

Guiado por la familia real de Hyrule y con el beneplácito de Farore, la Diosa del valor, el nuevo heredero de la voluntad de los héroes del pasado reunirá la Trifuerza una vez más con el propósito de vencer de manera definitiva a Ganondorf y vivir nuevas aventuras, incluyendo periplos que lo llevarán a nuevas islas, lo enfrentarán a numerosos peligros y, con el paso del tiempo, a descubrir la Tierra de los Dioses, un lugar perfecto para fundar un nuevo Hyrule.

La era del Cataclismo y los acontecimientos posteriores

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Miles de años han pasado desde que un poderoso mal, Ganon el Cataclismo, azotase Hyrule. Ha pasado tanto tiempo que los habitantes del reino confunden los mitos con la realidad, pero la familia real no ha olvidado los sacrificios por los que pasaron sus antepasados, ni tampoco su deuda con el linaje de los héroes. Aquellos valientes que siempre han contenido al mal en los tiempos de mayor necesidad.

Sabiendo que el retorno de Ganon sería inevitable, y preocupado por una profecía, el Rey de Hyrule inició unas excavaciones entre las ruinas de una civilización pasada con la esperanza de encontrar artefactos ancestrales capaces de contener el resurgir de un poderoso mal que cada varias generaciones renace con fuerzas redobladas. O, al menos, el arma con el que los héroes de tiempos pasados lograron contener a Ganon.

Durante aquellas indagaciones en el pasado del reino se encontraron las Bestias Sagradas, unas imponentes máquinas que funcionan con tecnología creada una época olvidada. No obstante, aquello no fue suficiente para contener el peligro que el rey tanto temía: Ganon, la calamidad, despertó y su inmenso poder desplegado volvió a extender la miseria por reino de Hyrule.

Por suerte, la voluntad inquebrantable de la descendiente de Hylia y el despertar de un joven guerrero, heredero de la voluntad de los héroes de Hyrule, serán la clave para contener la amenaza de Ganon una vez más.

Una vez más, destino del reino y sus habitantes vuelve a reposar sobre los hombros de los herederos de Zelda y Link. Y estamos más que seguros de que no será la última prueba de destreza, sabiduría y valor a la que se enfrentarán los elegidos por la voluntad de la Trifuerza.

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